/ domingo 18 de julio de 2021

Secretos de la Sierra

El pasado 11 de julio fue una fecha determinante para los verdaderos dueños de la tierra de la comunidad de San Juan de Guadalupe que por años han trabajado y recorrieron un camino largo y sinuoso, como la propia sierra, para que se les respetara su derecho de decidir, proteger así como tener la certeza real de que nadie los despojaría de sus terrenos.

¿Por qué le decimos esto? haga de cuenta que usted se encuentra en su casa descansando un fin de semana, cuando de repente tocan a su puerta un grupo de sabelotodos, como de esos que hay muchos en la vida, entran a su casa y le indican que tumbarán puertas, paredes, reducirán los espacios, la pintarán de otro color, cambiarán la decoración y la distribución de la propia vivienda.

¿Por que? pues por varios motivos, el primero, porque así les da la gana, el segundo porque creen que es lo más conveniente, tercero, porque sus “conocimientos” dictan que eso es lo correcto, cuarto, porque es la manera de seguir siendo populares en el Barrio, o bien, porque es la manera de seguir haciendo negocio y subsistir.

Todas estas razones no tienen que ver con la decisión de usted como dueño de la vivienda, sino con intereses ajenos al suyo; eso es precisamente lo que la comunidad de San Juan de Guadalupe ha vivido prácticamente los últimos 25 años.

Han tenido que lidiar con políticos oportunistas, con poseedores de la verdad, personajes que se erigen como las conciencias criticas o bien, simplemente extorsionadores que ven en estos temas la forma de seguir vigentes.

La Sierra de San Miguelito es una realidad que al Presidente de la República prometió convertirla en un área natural protegida, pero ojo, no a costa de lo que fuera, sino respetando los derechos que más de 300 familias han forjado a lo largo de cientos de años Derechos. Esta tierra que ha pasado de generación en generación repentinamente se convirtió en un filón dorado para muchos aventureros, lo cuales pidieron estudios, consultas públicas y decretos para poder ver saciada su sed de venganza y ajuste de cuentas entre clases sociales, porque dicen “los ricos no se pueden apoderar de la tierra” (por cierto una tierra que no es de estos defensores).

La comunidad ha actuado de manera discreta, ha mantenido las formas, pero no se ha alejado del fondo, ha seguido atenta las instrucciones del Presidente de la República y ha abierto sus entrañas a estudios técnicos de parte de instituciones académicas que no tienen objeción, como la UNAM; a nivel municipal y federal se realizaron consultas públicas y todo este bloque al final les ha dado la razón.

Primero, porque son ellos los verdaderos dueños de esas propiedades y con la supervisión de la Secretaría del Medio Ambiente, a través de la Comisión Nacional de áreas protegidas, se ha dicho sí a salvaguardar el corazón y áreas vitales de la Sierra de San Miguelito, más de 11 mil hectáreas que incluyen zona amortiguamiento y zona de núcleo.

En este asunto hay que remarcarlo durante mucho tiempo existieron y tratan de subsistir los falsos gestores, protectores, activistas incluso ambientalistas de buró que hasta con el famoso burro Cleofas según sus argumentos tratan de defender hasta desgarrarse las vestiduras los terrenos comunales.

Los comuneros el domingo pasado tuvieron la oportunidad de decidir qué es lo que quieren en sus propiedades; el Gobierno Federal los ha escuchado y hoy trabajan de la mano en establecer sus acciones para proteger la sierra tanto en materia ambiental como delimitar sus propiedades, para que la propias autoridades inicien su trabajo para el desarrollo sustentable, la protección ambiental y porque no, proyectos que sean autofinanciables como la promoción del ecoturismo, lo cual sería de suma importancia para la generación de economía tanto para los comuneros como para otros sectores y un atractivo más para San Luis Potosí.

Cabe señalar que también por primera vez en décadas los comuneros tienen algo a su favor, pues aún existen adeudos por la indemnización de terrenos como la Cañada del Lobo, Casablanca y que a través del tiempo suman una buena cantidad y que las administraciones anteriores tanto estatales como federales se comprometieron a liquidar y los recursos siguen sin llegar a los beneficiarios, por lo que confían en la disposición del actual Gobierno Federal para que los ayude.

Con esta noticia excelente para los verdaderos comuneros, también es muy buena para San Luis Potosí en materia ambiental y ecológica, buena para sectores económicos que deberán respetar y trabajar bajo la Ley finalizan la épocas de incertidumbre para autoridades y quienes buscaron siempre hacer valer sus derechos; la mala y verdaderamente mala es para los falsos y oportunistas gestores, activistas y protectores de la sierra que se les acabarán su manera de sobrevivir y subsistir a través del engaño, como incluso trataron de hacer un Senador y una diputada morenista.

Twitter @lozano_ray

El pasado 11 de julio fue una fecha determinante para los verdaderos dueños de la tierra de la comunidad de San Juan de Guadalupe que por años han trabajado y recorrieron un camino largo y sinuoso, como la propia sierra, para que se les respetara su derecho de decidir, proteger así como tener la certeza real de que nadie los despojaría de sus terrenos.

¿Por qué le decimos esto? haga de cuenta que usted se encuentra en su casa descansando un fin de semana, cuando de repente tocan a su puerta un grupo de sabelotodos, como de esos que hay muchos en la vida, entran a su casa y le indican que tumbarán puertas, paredes, reducirán los espacios, la pintarán de otro color, cambiarán la decoración y la distribución de la propia vivienda.

¿Por que? pues por varios motivos, el primero, porque así les da la gana, el segundo porque creen que es lo más conveniente, tercero, porque sus “conocimientos” dictan que eso es lo correcto, cuarto, porque es la manera de seguir siendo populares en el Barrio, o bien, porque es la manera de seguir haciendo negocio y subsistir.

Todas estas razones no tienen que ver con la decisión de usted como dueño de la vivienda, sino con intereses ajenos al suyo; eso es precisamente lo que la comunidad de San Juan de Guadalupe ha vivido prácticamente los últimos 25 años.

Han tenido que lidiar con políticos oportunistas, con poseedores de la verdad, personajes que se erigen como las conciencias criticas o bien, simplemente extorsionadores que ven en estos temas la forma de seguir vigentes.

La Sierra de San Miguelito es una realidad que al Presidente de la República prometió convertirla en un área natural protegida, pero ojo, no a costa de lo que fuera, sino respetando los derechos que más de 300 familias han forjado a lo largo de cientos de años Derechos. Esta tierra que ha pasado de generación en generación repentinamente se convirtió en un filón dorado para muchos aventureros, lo cuales pidieron estudios, consultas públicas y decretos para poder ver saciada su sed de venganza y ajuste de cuentas entre clases sociales, porque dicen “los ricos no se pueden apoderar de la tierra” (por cierto una tierra que no es de estos defensores).

La comunidad ha actuado de manera discreta, ha mantenido las formas, pero no se ha alejado del fondo, ha seguido atenta las instrucciones del Presidente de la República y ha abierto sus entrañas a estudios técnicos de parte de instituciones académicas que no tienen objeción, como la UNAM; a nivel municipal y federal se realizaron consultas públicas y todo este bloque al final les ha dado la razón.

Primero, porque son ellos los verdaderos dueños de esas propiedades y con la supervisión de la Secretaría del Medio Ambiente, a través de la Comisión Nacional de áreas protegidas, se ha dicho sí a salvaguardar el corazón y áreas vitales de la Sierra de San Miguelito, más de 11 mil hectáreas que incluyen zona amortiguamiento y zona de núcleo.

En este asunto hay que remarcarlo durante mucho tiempo existieron y tratan de subsistir los falsos gestores, protectores, activistas incluso ambientalistas de buró que hasta con el famoso burro Cleofas según sus argumentos tratan de defender hasta desgarrarse las vestiduras los terrenos comunales.

Los comuneros el domingo pasado tuvieron la oportunidad de decidir qué es lo que quieren en sus propiedades; el Gobierno Federal los ha escuchado y hoy trabajan de la mano en establecer sus acciones para proteger la sierra tanto en materia ambiental como delimitar sus propiedades, para que la propias autoridades inicien su trabajo para el desarrollo sustentable, la protección ambiental y porque no, proyectos que sean autofinanciables como la promoción del ecoturismo, lo cual sería de suma importancia para la generación de economía tanto para los comuneros como para otros sectores y un atractivo más para San Luis Potosí.

Cabe señalar que también por primera vez en décadas los comuneros tienen algo a su favor, pues aún existen adeudos por la indemnización de terrenos como la Cañada del Lobo, Casablanca y que a través del tiempo suman una buena cantidad y que las administraciones anteriores tanto estatales como federales se comprometieron a liquidar y los recursos siguen sin llegar a los beneficiarios, por lo que confían en la disposición del actual Gobierno Federal para que los ayude.

Con esta noticia excelente para los verdaderos comuneros, también es muy buena para San Luis Potosí en materia ambiental y ecológica, buena para sectores económicos que deberán respetar y trabajar bajo la Ley finalizan la épocas de incertidumbre para autoridades y quienes buscaron siempre hacer valer sus derechos; la mala y verdaderamente mala es para los falsos y oportunistas gestores, activistas y protectores de la sierra que se les acabarán su manera de sobrevivir y subsistir a través del engaño, como incluso trataron de hacer un Senador y una diputada morenista.

Twitter @lozano_ray