/ lunes 20 de diciembre de 2021

Preocupa la autonomía y veracidad

Mucho se habla de la confianza del inversionista y de la necesidad de preservarla para sostener el crecimiento económico.

Sin embargo, si realmente queremos que haya confianza para invertir es necesario ofrecer condiciones reales para que en ese momento la inversión en México sea la mejor opción y para ello hay que tener cifras y datos.

En las actuales circunstancias lo único que no puede pasar es que tengamos una crisis de confianza interna creada por nosotros mismos y la injerencia presidencial.

Pocos intangibles tan importantes, difíciles de construir y de valorar como la confianza.

Esto es válido, tanto en el ámbito de las relaciones individuales, como en el de las colectivas.

Desde el punto de vista económico, hace varias décadas se ha entendido el poder decisorio que tienen las expectativas sobre los resultados tangibles del sistema.

En nuestro país como en la mayoría de los países del mundo, la información es el pilar para la toma de decisiones.

Existen muchos organismos tanto públicos como privados que proporcionan sin número de estadísticas tendencias y demás métricas acerca de México y cada uno de sus estados y poblaciones en particular. El Inegi es el vocero que goza de autonomía para evitar sesgos en la información, y se toma como referencia creíble para la toma de decisiones de las empresas y el gobierno.

Los cambios que se han hecho a diferentes organismos autónomos principalmente el Banco de México y ahora el Inegi, pondrán a prueba la credibilidad y su fidelidad al rigor técnico con el que han actuado en el pasado y que al interior han formado equipos multidisciplinarios de excelente nivel.

Sin embargo, la injerencia clara que se ha venido observando por parte del presidente en estos organismos que tienen otras cifras a la de la cuarta transformación, podrían caer en la tentación de usar la información de manera selectiva es decir a su conveniencia.

Es preocupante porque con esta información se realizan desde el plan nacional de desarrollo, el plan estatal de desarrollo, como para las acciones municipales, decisiones de inversión en nuestro país por parte de la iniciativa privada nacional y extranjera, muchas decisiones en el ámbito social y que decir de la salud pública.

Es mucho más importante cuidarnos de no crearnos nuestra propia crisis de confianza. La verdad es que es muy peligroso y hasta irresponsable, propiciar un ambiente de mayor desconfianza.

Mucho se habla de la confianza del inversionista y de la necesidad de preservarla para sostener el crecimiento económico.

Sin embargo, si realmente queremos que haya confianza para invertir es necesario ofrecer condiciones reales para que en ese momento la inversión en México sea la mejor opción y para ello hay que tener cifras y datos.

En las actuales circunstancias lo único que no puede pasar es que tengamos una crisis de confianza interna creada por nosotros mismos y la injerencia presidencial.

Pocos intangibles tan importantes, difíciles de construir y de valorar como la confianza.

Esto es válido, tanto en el ámbito de las relaciones individuales, como en el de las colectivas.

Desde el punto de vista económico, hace varias décadas se ha entendido el poder decisorio que tienen las expectativas sobre los resultados tangibles del sistema.

En nuestro país como en la mayoría de los países del mundo, la información es el pilar para la toma de decisiones.

Existen muchos organismos tanto públicos como privados que proporcionan sin número de estadísticas tendencias y demás métricas acerca de México y cada uno de sus estados y poblaciones en particular. El Inegi es el vocero que goza de autonomía para evitar sesgos en la información, y se toma como referencia creíble para la toma de decisiones de las empresas y el gobierno.

Los cambios que se han hecho a diferentes organismos autónomos principalmente el Banco de México y ahora el Inegi, pondrán a prueba la credibilidad y su fidelidad al rigor técnico con el que han actuado en el pasado y que al interior han formado equipos multidisciplinarios de excelente nivel.

Sin embargo, la injerencia clara que se ha venido observando por parte del presidente en estos organismos que tienen otras cifras a la de la cuarta transformación, podrían caer en la tentación de usar la información de manera selectiva es decir a su conveniencia.

Es preocupante porque con esta información se realizan desde el plan nacional de desarrollo, el plan estatal de desarrollo, como para las acciones municipales, decisiones de inversión en nuestro país por parte de la iniciativa privada nacional y extranjera, muchas decisiones en el ámbito social y que decir de la salud pública.

Es mucho más importante cuidarnos de no crearnos nuestra propia crisis de confianza. La verdad es que es muy peligroso y hasta irresponsable, propiciar un ambiente de mayor desconfianza.