/ domingo 22 de noviembre de 2020

Para reflexionar

Un hijo llevó a su padre a un restaurante para disfrutar de una deliciosa cena. Su padre ya era bastante anciano, y por lo tanto, un poco débil también. Mientras comía, un poco de los alimentos caía de cuando en cuando sobre su camisa y su pantalón. Los demás comensales observaban al anciano con sus rostros distorsionados por el disgusto, pero su hijo permanecía en total calma.

Una vez que ambos terminaron de comer, el hijo, sin mostrarse ni remotamente avergonzado, ayudó con absoluta tranquilidad a su padre y lo llevó al sanitario. Limpió las sobras de comida de su arrugado rostro, e intentó lavar las manchas de comida de su ropa; amorosamente peinó su cabello gris y finalmente le acomodó los anteojos.

Al salir del sanitario, un profundo silencio reinaba en el restaurante. Nadie podía entender cómo es que alguien podía hacer el ridículo de tal manera. El hijo se dispuso a pagar la cuenta, pero antes de partir, un hombre, también de avanzada edad, se levantó de entre los comensales, y le preguntó al hijo del anciano: “¿No te parece que has dejado algo aquí? “

El joven respondió: “No, no he dejado nada”. Entonces el extraño le dijo: ¡Sí has dejado algo! ¡Haz dejado aquí una lección para cada hijo, y una esperanza para cada padre! El restaurante entero estaba tan silencioso, que se podía escuchar cae un alfiler.

Uno de los mayores honores que existen, es poder cuidar de aquellos adultos mayores que alguna vez nos cuidaron también. Nuestros padres, y todos esos ancianos que sacrificaron sus vidas, con todo su tiempo, dinero y esfuerzo por nosotros, merecen nuestro máximo respeto.

ELLA SE ACOSTUMBRÓ

A ocupar toda la cama, a dormir las horas deseadas, a no cocinar los domingos. A no dar explicaciones y hacer lo que le gusta sin que nadie la critique.

A comer a la media noche y a ver sus programas favoritos, a cantar en voz alta

A bailar por toda la casa, a que nadie la tache de loca.

A recibir llamadas a cada rato y contestar mensajes muy tarde.

Al olor del café por las mañanas, a tardar cuando le toca arreglarse para ir a dónde le de la gana.

Se Acostumbró a ella, a sus cosas, a su vida, a estar sola, a no esperar nada de nadie, a caminar por la vida con valores, con virtudes, con errores, a levantarse de caídas.

SE ACOSTUMBRÓ A QUERERSE... (Autor Desconocido)

REFLEXIÓN PARA HOY

Al final verás que nada de esto importaba:

- Si tu vestuario combina o no

- Ni la marca de tu carro

- Ni quedarte en el trabajo hasta tarde.

- Dejar de vivir por complacer a otros

- Robarte tiempo a ti mismo

- Quedarte sin comer por una dieta

- Gastar lo que no tienes por impresionar a otros.

- Aguantar las caras de los demás para sentirte aceptada.

- Enojarte porque las cosas son distintas a lo que tu esperabas.

- Mentir para agradar.

Al final lo único que importará es que hayas tenido el valor de atreverte a SER FELIZ.

CUIDENSE MUCHO Y SI NO TIENEN A QUE SALIR, NO SALGAN!

Me despido con la siguiente reflexión: “NO PODEMOS VOLVER A LA NORMALIDAD, PORQUE LO NORMAL ERA EXACTAMENTE EL PROBLEMA. NECESITAMOS VOLVER MEJORES, MENOS EGOISTAS, MAS SOLIDARIOS, MAS HUMANOS, MAS EMPÁTICOS Y SOBRE TODO MEJORES PERSONAS Y MAS FUERTES ANTE LA ADVERSIDAD”

Que tengan una excelente semana y les invito para que nos escriban a la siguiente dirección: anavaldez@prodigy.net.mx y en Facebook: Facebook.com/anamariavaldezcastrejon, en twitter @anacastrejon

Un hijo llevó a su padre a un restaurante para disfrutar de una deliciosa cena. Su padre ya era bastante anciano, y por lo tanto, un poco débil también. Mientras comía, un poco de los alimentos caía de cuando en cuando sobre su camisa y su pantalón. Los demás comensales observaban al anciano con sus rostros distorsionados por el disgusto, pero su hijo permanecía en total calma.

Una vez que ambos terminaron de comer, el hijo, sin mostrarse ni remotamente avergonzado, ayudó con absoluta tranquilidad a su padre y lo llevó al sanitario. Limpió las sobras de comida de su arrugado rostro, e intentó lavar las manchas de comida de su ropa; amorosamente peinó su cabello gris y finalmente le acomodó los anteojos.

Al salir del sanitario, un profundo silencio reinaba en el restaurante. Nadie podía entender cómo es que alguien podía hacer el ridículo de tal manera. El hijo se dispuso a pagar la cuenta, pero antes de partir, un hombre, también de avanzada edad, se levantó de entre los comensales, y le preguntó al hijo del anciano: “¿No te parece que has dejado algo aquí? “

El joven respondió: “No, no he dejado nada”. Entonces el extraño le dijo: ¡Sí has dejado algo! ¡Haz dejado aquí una lección para cada hijo, y una esperanza para cada padre! El restaurante entero estaba tan silencioso, que se podía escuchar cae un alfiler.

Uno de los mayores honores que existen, es poder cuidar de aquellos adultos mayores que alguna vez nos cuidaron también. Nuestros padres, y todos esos ancianos que sacrificaron sus vidas, con todo su tiempo, dinero y esfuerzo por nosotros, merecen nuestro máximo respeto.

ELLA SE ACOSTUMBRÓ

A ocupar toda la cama, a dormir las horas deseadas, a no cocinar los domingos. A no dar explicaciones y hacer lo que le gusta sin que nadie la critique.

A comer a la media noche y a ver sus programas favoritos, a cantar en voz alta

A bailar por toda la casa, a que nadie la tache de loca.

A recibir llamadas a cada rato y contestar mensajes muy tarde.

Al olor del café por las mañanas, a tardar cuando le toca arreglarse para ir a dónde le de la gana.

Se Acostumbró a ella, a sus cosas, a su vida, a estar sola, a no esperar nada de nadie, a caminar por la vida con valores, con virtudes, con errores, a levantarse de caídas.

SE ACOSTUMBRÓ A QUERERSE... (Autor Desconocido)

REFLEXIÓN PARA HOY

Al final verás que nada de esto importaba:

- Si tu vestuario combina o no

- Ni la marca de tu carro

- Ni quedarte en el trabajo hasta tarde.

- Dejar de vivir por complacer a otros

- Robarte tiempo a ti mismo

- Quedarte sin comer por una dieta

- Gastar lo que no tienes por impresionar a otros.

- Aguantar las caras de los demás para sentirte aceptada.

- Enojarte porque las cosas son distintas a lo que tu esperabas.

- Mentir para agradar.

Al final lo único que importará es que hayas tenido el valor de atreverte a SER FELIZ.

CUIDENSE MUCHO Y SI NO TIENEN A QUE SALIR, NO SALGAN!

Me despido con la siguiente reflexión: “NO PODEMOS VOLVER A LA NORMALIDAD, PORQUE LO NORMAL ERA EXACTAMENTE EL PROBLEMA. NECESITAMOS VOLVER MEJORES, MENOS EGOISTAS, MAS SOLIDARIOS, MAS HUMANOS, MAS EMPÁTICOS Y SOBRE TODO MEJORES PERSONAS Y MAS FUERTES ANTE LA ADVERSIDAD”

Que tengan una excelente semana y les invito para que nos escriban a la siguiente dirección: anavaldez@prodigy.net.mx y en Facebook: Facebook.com/anamariavaldezcastrejon, en twitter @anacastrejon