/ lunes 6 de junio de 2022

¡Órale! Ya tengo ochenta y cinco años

No son tantos los vividos si no lo de ellos recorridos

MIL NOVECIENTOS TREINTA Y SIETE, albores de la expropiación petrolera y movimientos extranjeros en México. El país se mueve en los vaivenes del Cárdenas o y la sociedad se adentra en la doctrina del presidencialismo inicial. Familia mía acostumbrada al raigambre ancestral del paternalismo férreo en donde solo el jefe de casa ordena, ejecuta y manda; joven mujer, doncella hermosa dando a luz a escondidas por miedo al castigo familiar. Nacimiento que provoca el repudio de parientes porque el engendramiento fue fuera de lo social. En fin, así vine al mundo arrullado por la madre juvenil.

ESO FUE HACE 85 años, hace centurias en los tiempos o hace minutos en las vivencias esotéricas. Paso de años de estudio y de trabajo prematuro, cursar materias para ser maestro de rancho, deambular por caminos agrestes para llegar a comunidades rurales en las que se dejaba el conocimiento de los viejos maestros, aquellos que forjaron los principios de la Patria moviéndose en libertad socio-económica. Maestrito llevando en las alforjas didácticas el enseñar las primeras letras bajo los métodos onomatopeyicos, silábicos o de “donde agarre’. Años de enseñanza-aprendizaje emanados de una Normal Rudimentaria especialmente creada para formar “maestros de emergencia” por aquello de los programas gubernamentales de alfabetización y creación de escuelas rurales.

OCHENTA Y CINCO años de vida, 68 de los cuales los he pasado bajo el alero ¡y pago! de la Secretaría de Educación; existencia en aulas de 18 escuelas que bien merecen ser recordadas como página de historia: Puerto Blanco, Los Pablos, Pénjamo, Los Cerna, Las Yerbas, San José, Dolores Hidalgo, Ciriaco Cruz, Técnica 1, 20 de Noviembre, La Lonja, Col. San Luis Rey, Instituto Independencia, Escuela Normal Gabriela Mistral, Normal Justo Sierra, Normal de Educadoras Minerva, Normal Belisario Domínguez, Escuela Normal de Estudios Superiores del Magisterio Potosino. Caminos de enseñanza para enseñar o caminos de aprendizaje para aprender. Aulas de niños, jóvenes y adultos ávidos de estudiar. Mi vida entre los alumnos forjó mi eterno derrotero, que aún estoy siguiendo.

PERO AL MISMO tiempo conjugamos la actividad docente con la política y 70 años de mi existencia seguimos estando en el mismo Partido. Forja de mis creencias liberales conjugadas con caminos de participación múltiple, en acciones de proselitismo con herencia de historia revolucionaria en la que los viejos líderes sociales movieron a las masas populares para llevar al poder público a quienes se creían aptos para dirigir los destinos nacionales o regionales. Partido de mis ancestros, partido al que todavía activo.

SESENTA Y OCHO años de mis 85 siguiendo la huella de una organización sindical que me enseñó y me sigue enseñando la permanencia fiel a los principios gremiales en las que la lucha por los derechos laborales se puso y se pone de manifiesto cuando es necesario. Camino sindical recorrido en sus facetas de dirigencia desde la delegacional hasta la nacional. Compañerismo y hermandad forjada a través de los puestos de representación gremial llevando como tesis la unidad. SNTE al cual todavía pertenezco y cuya trayectoria ha seguido entre trabajo, crítica y desempeño.

CINCUENTA AÑOS EN el periodismo con miles, millones de letras escritas, disímbolas y torpes a veces pero llevando en ellas el devenir de una sociedad que nos cobija y des cobija, que nos arropa o nos encuera, que nos da y nos quita, que vive y muere a cada instante pero que existe como tal.

ASÍ HA SIDO PARTE DE MI VIDA, LA MATERIAL; lo espiritual lo sigo viviendo con el cariño familiar.

No son tantos los vividos si no lo de ellos recorridos

MIL NOVECIENTOS TREINTA Y SIETE, albores de la expropiación petrolera y movimientos extranjeros en México. El país se mueve en los vaivenes del Cárdenas o y la sociedad se adentra en la doctrina del presidencialismo inicial. Familia mía acostumbrada al raigambre ancestral del paternalismo férreo en donde solo el jefe de casa ordena, ejecuta y manda; joven mujer, doncella hermosa dando a luz a escondidas por miedo al castigo familiar. Nacimiento que provoca el repudio de parientes porque el engendramiento fue fuera de lo social. En fin, así vine al mundo arrullado por la madre juvenil.

ESO FUE HACE 85 años, hace centurias en los tiempos o hace minutos en las vivencias esotéricas. Paso de años de estudio y de trabajo prematuro, cursar materias para ser maestro de rancho, deambular por caminos agrestes para llegar a comunidades rurales en las que se dejaba el conocimiento de los viejos maestros, aquellos que forjaron los principios de la Patria moviéndose en libertad socio-económica. Maestrito llevando en las alforjas didácticas el enseñar las primeras letras bajo los métodos onomatopeyicos, silábicos o de “donde agarre’. Años de enseñanza-aprendizaje emanados de una Normal Rudimentaria especialmente creada para formar “maestros de emergencia” por aquello de los programas gubernamentales de alfabetización y creación de escuelas rurales.

OCHENTA Y CINCO años de vida, 68 de los cuales los he pasado bajo el alero ¡y pago! de la Secretaría de Educación; existencia en aulas de 18 escuelas que bien merecen ser recordadas como página de historia: Puerto Blanco, Los Pablos, Pénjamo, Los Cerna, Las Yerbas, San José, Dolores Hidalgo, Ciriaco Cruz, Técnica 1, 20 de Noviembre, La Lonja, Col. San Luis Rey, Instituto Independencia, Escuela Normal Gabriela Mistral, Normal Justo Sierra, Normal de Educadoras Minerva, Normal Belisario Domínguez, Escuela Normal de Estudios Superiores del Magisterio Potosino. Caminos de enseñanza para enseñar o caminos de aprendizaje para aprender. Aulas de niños, jóvenes y adultos ávidos de estudiar. Mi vida entre los alumnos forjó mi eterno derrotero, que aún estoy siguiendo.

PERO AL MISMO tiempo conjugamos la actividad docente con la política y 70 años de mi existencia seguimos estando en el mismo Partido. Forja de mis creencias liberales conjugadas con caminos de participación múltiple, en acciones de proselitismo con herencia de historia revolucionaria en la que los viejos líderes sociales movieron a las masas populares para llevar al poder público a quienes se creían aptos para dirigir los destinos nacionales o regionales. Partido de mis ancestros, partido al que todavía activo.

SESENTA Y OCHO años de mis 85 siguiendo la huella de una organización sindical que me enseñó y me sigue enseñando la permanencia fiel a los principios gremiales en las que la lucha por los derechos laborales se puso y se pone de manifiesto cuando es necesario. Camino sindical recorrido en sus facetas de dirigencia desde la delegacional hasta la nacional. Compañerismo y hermandad forjada a través de los puestos de representación gremial llevando como tesis la unidad. SNTE al cual todavía pertenezco y cuya trayectoria ha seguido entre trabajo, crítica y desempeño.

CINCUENTA AÑOS EN el periodismo con miles, millones de letras escritas, disímbolas y torpes a veces pero llevando en ellas el devenir de una sociedad que nos cobija y des cobija, que nos arropa o nos encuera, que nos da y nos quita, que vive y muere a cada instante pero que existe como tal.

ASÍ HA SIDO PARTE DE MI VIDA, LA MATERIAL; lo espiritual lo sigo viviendo con el cariño familiar.