/ martes 22 de marzo de 2022

Opinión

Es una tentación, querer demostrar lo que no somos

Lo que somos, no ocupa demostración. Porque la identidad se muestra, no se demuestra. Lo que somos está de manifiesto, y no ocupa demostración.

Pero, que fácil es caer en la trampa de las demostraciones.

Alguien dijo: “El hombre se pasa la mitad de su vida creando una imagen, y la otra mitad, se dedica a cuidarla”. Y así, es como se nos va la vida, haciendo demostraciones de lo que somos.

Y por tratar de demostrar lo que somos, llegamos a cometer muchos errores. Y esto, se convierte en una tentación, que no es tan fácil de evitar.

Algunos dicen: que la cuerda se rompe por lo más delgado; y el demonio, se vale de nuestras debilidades, para tentarnos por ese lado.

El cuidado de la imagen, y el temor a que se ponga en duda nuestra identidad, ha sido la causa de muchas desgracias.

El cuidado exagerado de la imagen, es señal de nuestras limitaciones.

Y el Señor, tampoco se escapó, de ser tentado: el diablo, intento hacerlo caer en la trampa, anteponiendo su identidad, y así lo dice la Escritura: “ No comió nada en aquellos días, y cuando se completaron, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: Si eres el Hijo de Dios, dile a esa piedra que se convierta en pan”.(Lc. 4).

De tanto cuidar la imagen, podemos caer en la tentación. Pero bien sabemos, que la tentación es un engaño; y hasta que caemos en ella, es cuando abrimos los ojos, y nos damos cuenta de nuestro error.

Cristo, no cayó en ninguna trampa, porque había pasado cuarenta días en soledad, y dialogando con su Padre. Y esa luz, le permitió no ceder a la tentación; y por eso, responde con palabras Divinas: “ Está escrito: No solo de pan vive el hombre”.(Lc.4).

En este mundo, nadie está exento de ser tentado; y pocos, se libran de caer en la tentación.

El enemigo, nos asalta con pensamientos negativos, que nos hacen fallar.

Y por esa razón, hay que estar cerca de la luz de Divina, para que en la prueba, podamos vencer al enemigo.

Y con la ayuda de Dios, y su sabiduría, será fácil enfrentar al adversario.

Es una tentación, querer demostrar lo que no somos

Lo que somos, no ocupa demostración. Porque la identidad se muestra, no se demuestra. Lo que somos está de manifiesto, y no ocupa demostración.

Pero, que fácil es caer en la trampa de las demostraciones.

Alguien dijo: “El hombre se pasa la mitad de su vida creando una imagen, y la otra mitad, se dedica a cuidarla”. Y así, es como se nos va la vida, haciendo demostraciones de lo que somos.

Y por tratar de demostrar lo que somos, llegamos a cometer muchos errores. Y esto, se convierte en una tentación, que no es tan fácil de evitar.

Algunos dicen: que la cuerda se rompe por lo más delgado; y el demonio, se vale de nuestras debilidades, para tentarnos por ese lado.

El cuidado de la imagen, y el temor a que se ponga en duda nuestra identidad, ha sido la causa de muchas desgracias.

El cuidado exagerado de la imagen, es señal de nuestras limitaciones.

Y el Señor, tampoco se escapó, de ser tentado: el diablo, intento hacerlo caer en la trampa, anteponiendo su identidad, y así lo dice la Escritura: “ No comió nada en aquellos días, y cuando se completaron, sintió hambre. Entonces el diablo le dijo: Si eres el Hijo de Dios, dile a esa piedra que se convierta en pan”.(Lc. 4).

De tanto cuidar la imagen, podemos caer en la tentación. Pero bien sabemos, que la tentación es un engaño; y hasta que caemos en ella, es cuando abrimos los ojos, y nos damos cuenta de nuestro error.

Cristo, no cayó en ninguna trampa, porque había pasado cuarenta días en soledad, y dialogando con su Padre. Y esa luz, le permitió no ceder a la tentación; y por eso, responde con palabras Divinas: “ Está escrito: No solo de pan vive el hombre”.(Lc.4).

En este mundo, nadie está exento de ser tentado; y pocos, se libran de caer en la tentación.

El enemigo, nos asalta con pensamientos negativos, que nos hacen fallar.

Y por esa razón, hay que estar cerca de la luz de Divina, para que en la prueba, podamos vencer al enemigo.

Y con la ayuda de Dios, y su sabiduría, será fácil enfrentar al adversario.