/ domingo 23 de enero de 2022

Opinión

No hay persona

No hay persona más feliz en el mundo que aquella persona que decide lo que quiere, define lo que quiere y mantiene los sentimientos arriba de los intereses personales observando minuciosamente como sus ideales se materializan, por eso, en vida, disfruto del banquete llamado vida, ése, que como el humor hace que vivamos de manera fulgurante, apasionados e inquietos por ser y saber.

Vibrando en estelas sonantes a la hora de apelar a la memoria, esa, donde las sensaciones vienen y van como cometas que se acercan y alejan de nuestra tierra, esa tierra que representa el cuerpo de juventud y se enfrenta con el caminar a través del tiempo, ese tiempo que siempre es más y mayor que la vida, ese que no es perene como nosotros, ese que nos permite enamorarnos neciamente de todo y en ocasiones de todos sin tener que anunciar teatralmente el acontecimiento que no siempre tiene un final feliz operístico y aún así, nos permite guardar recuerdos buenos y los no tan gratos.

En ocasiones no entiendo como pasa el tiempo por mi cuerpo, de repente me siento treintañera y de repente me asusto frente al espejo, aunque la realidad es que no me siento vieja, soy persona con edad que como los vinos se añeja con el paso del tiempo para dar un mejor sabor de boca a cada trago de vida, el concepto de los colores para mí, tiene cien mil tonalidades, tantas tonalidades como los olores y sabores tienen, por eso lo mismo degusto y disfruto del mole y el caviar, una fría cerveza, un tequila o un cognac, despierto antes que el sol salga para que mis ojos se asombren cada día con el amanecer y el atardecer dejando salir mis corrientes interiores apresadas en la ternura no en los gritos o enojos.

Aamo mi país que sube y baja, baja y sigue bajando pero soy creyente que un día volverá a subir, me gusta el arte y el teatro, la música y el amor, la lluvia y el frio aunque prefiero el calor, encuentro a mi gente en lo inusitado y lo insólito, viviendo en cuartos lujosos y en cuartos opacos como el alma de algunos que comandan y viven entre nosotros.

En ocasiones no entiendo que ando haciendo yo aquí, escribiendo o dando pláticas, pareciera que no sé qué hacer, más la gente siempre tiene el poder de lo insólito y me enseña que el único infinito inacabable es la comunicación que conlleva al bien ser y reduce la incultura que casi siempre empieza en casa, con padres que desean hijos educados y no enseñan el cultivo del leer en un mundo actual de deformación del lenguaje, cultura limitada también por el poder que tal vez esta limitación sea por miedo a la verdad.

Como mexicana convivo con la antropología y la historia, me entretienen sus tragedias, historia que no acaba pues se repite y recrudece en el día con día, así, morimos y resucitamos entre los muertos en el día de muertos y cantamos sobre la muerte jugando, cotorreamos diciendo en música

Si Juárez no hubiera muerto, claro está que todavía viviría y me pregunto si en algo cambiaría la historia que estamos escribiendo actualmente, pero muerto está y juzgado también acorde a los ojos que le juzguen, como nos juzgarán cuando hayamos partido, por eso hay que reinventarnos cada día, para amanecer renovados, para construir relaciones sólidas, debemos trabajar en nosotros, arriesgándonos a convivir con nosotros, nunca podremos saber qué podemos aprender al conocer a otros, el miedo paraliza y nos evita conocer nuevos horizontes, crear vínculos sólidos que nos lleven a crear amistades perdurables, como mexicana soy y en una laguna vivo me gusta darle vuelo a la hilacha, porque de todo hay que conocer y de todo hay que hablar y de nada también, ¨pa´ que no nos cuenten¨ y mientras nos cuentan el cuento de la vida no hay persona que no disfrute vivir y que en general no desea morir. Gracias y espero sus comentarios en angeldesofia@yahoo.com.mx

No hay persona

No hay persona más feliz en el mundo que aquella persona que decide lo que quiere, define lo que quiere y mantiene los sentimientos arriba de los intereses personales observando minuciosamente como sus ideales se materializan, por eso, en vida, disfruto del banquete llamado vida, ése, que como el humor hace que vivamos de manera fulgurante, apasionados e inquietos por ser y saber.

Vibrando en estelas sonantes a la hora de apelar a la memoria, esa, donde las sensaciones vienen y van como cometas que se acercan y alejan de nuestra tierra, esa tierra que representa el cuerpo de juventud y se enfrenta con el caminar a través del tiempo, ese tiempo que siempre es más y mayor que la vida, ese que no es perene como nosotros, ese que nos permite enamorarnos neciamente de todo y en ocasiones de todos sin tener que anunciar teatralmente el acontecimiento que no siempre tiene un final feliz operístico y aún así, nos permite guardar recuerdos buenos y los no tan gratos.

En ocasiones no entiendo como pasa el tiempo por mi cuerpo, de repente me siento treintañera y de repente me asusto frente al espejo, aunque la realidad es que no me siento vieja, soy persona con edad que como los vinos se añeja con el paso del tiempo para dar un mejor sabor de boca a cada trago de vida, el concepto de los colores para mí, tiene cien mil tonalidades, tantas tonalidades como los olores y sabores tienen, por eso lo mismo degusto y disfruto del mole y el caviar, una fría cerveza, un tequila o un cognac, despierto antes que el sol salga para que mis ojos se asombren cada día con el amanecer y el atardecer dejando salir mis corrientes interiores apresadas en la ternura no en los gritos o enojos.

Aamo mi país que sube y baja, baja y sigue bajando pero soy creyente que un día volverá a subir, me gusta el arte y el teatro, la música y el amor, la lluvia y el frio aunque prefiero el calor, encuentro a mi gente en lo inusitado y lo insólito, viviendo en cuartos lujosos y en cuartos opacos como el alma de algunos que comandan y viven entre nosotros.

En ocasiones no entiendo que ando haciendo yo aquí, escribiendo o dando pláticas, pareciera que no sé qué hacer, más la gente siempre tiene el poder de lo insólito y me enseña que el único infinito inacabable es la comunicación que conlleva al bien ser y reduce la incultura que casi siempre empieza en casa, con padres que desean hijos educados y no enseñan el cultivo del leer en un mundo actual de deformación del lenguaje, cultura limitada también por el poder que tal vez esta limitación sea por miedo a la verdad.

Como mexicana convivo con la antropología y la historia, me entretienen sus tragedias, historia que no acaba pues se repite y recrudece en el día con día, así, morimos y resucitamos entre los muertos en el día de muertos y cantamos sobre la muerte jugando, cotorreamos diciendo en música

Si Juárez no hubiera muerto, claro está que todavía viviría y me pregunto si en algo cambiaría la historia que estamos escribiendo actualmente, pero muerto está y juzgado también acorde a los ojos que le juzguen, como nos juzgarán cuando hayamos partido, por eso hay que reinventarnos cada día, para amanecer renovados, para construir relaciones sólidas, debemos trabajar en nosotros, arriesgándonos a convivir con nosotros, nunca podremos saber qué podemos aprender al conocer a otros, el miedo paraliza y nos evita conocer nuevos horizontes, crear vínculos sólidos que nos lleven a crear amistades perdurables, como mexicana soy y en una laguna vivo me gusta darle vuelo a la hilacha, porque de todo hay que conocer y de todo hay que hablar y de nada también, ¨pa´ que no nos cuenten¨ y mientras nos cuentan el cuento de la vida no hay persona que no disfrute vivir y que en general no desea morir. Gracias y espero sus comentarios en angeldesofia@yahoo.com.mx