/ domingo 14 de enero de 2018

OBSERVACIONES

2017–2018: SIEMPRE CON OPTIMISMO

 

Sin duda alguna un año más que ha quedado atrás, es el 2017, y es obvio que nunca lo volveremos a ver; tal pareciera que lo echamos hasta el fondo de un pozo, o que lo arrojamos hasta lo más profundo del mar, pero eso sí, jamás se vuelven a recuperar años pasados. Es evidente que lo único que queda de él, son los buenos y malos momentos de las experiencias, vivencias y convivencias por las que pasamos al instante, como los triunfos y fracasos; la felicidad y la tristeza; la emoción y el dolor; en fin, es ahí donde precisamente cada uno de nosotros, desde cualquier relevante posicionamiento personal, público o privado, hacemos del año concluido el recuerdo más negativo o más positivo de nuestras vidas.

Ahora, para este 2018, todo será absolutamente igual que el año pasado, y dentro de once meses estaremos diciendo adiós a este 2018 para recibir el próximo 2019, y así sucesivamente cada año, y junto con ellos, especiales momentos evocadores, como dijéramos coloquialmente: ya sean “feos o bonitos”, de manera colectiva o individual, como sea pero formarán parte de una huella indeleble que generalmente siempre llevaremos en lo más profundo del corazón y del pensamiento; -insisto- por muy tristes o dolorosos que sean éstos, y si son de felicidad, con mucho más razón…

Lógicamente eso de que estaremos recibiendo dentro de unos cuantos meses el año siguiente, lo digo de manera hipotética, puesto que nuestro futuro, es muy incierto: “tal vez hoy anochecemos, pero quizá mañana no amanecemos”. Es por eso que siempre debemos dar gracias a Dios por cada día de vida que nos da, porque la vida es una y hay qué vivirla al máximo. Así como también, mostrarnos agradecidos con Él por tener a nuestros seres queridos aún con nosotros (quienes seguimos teniendo esa enorme dicha desde luego), incluyendo parientes, familiares, amistades, en fin, hasta mascotas que han compartido grandes momentos con nosotros.

Mis apreciables lectores y también compañeros de El Sol de San Luis, desde este humilde artículo, sinceramente les deseo lo mejor: amor, paz, armonía, bienestar, estabilidad familiar, económica, y sobre todo, muchísima salud, ya que es el motor principal que mueve en su totalidad nuestro ser e impulsa las ganas de seguir adelante en la vida, luchando por el pan de cada día; y finalmente,ya lo demás, vendrá por añadidura, ¿no creen?                        Hasta la próxima…

2017–2018: SIEMPRE CON OPTIMISMO

 

Sin duda alguna un año más que ha quedado atrás, es el 2017, y es obvio que nunca lo volveremos a ver; tal pareciera que lo echamos hasta el fondo de un pozo, o que lo arrojamos hasta lo más profundo del mar, pero eso sí, jamás se vuelven a recuperar años pasados. Es evidente que lo único que queda de él, son los buenos y malos momentos de las experiencias, vivencias y convivencias por las que pasamos al instante, como los triunfos y fracasos; la felicidad y la tristeza; la emoción y el dolor; en fin, es ahí donde precisamente cada uno de nosotros, desde cualquier relevante posicionamiento personal, público o privado, hacemos del año concluido el recuerdo más negativo o más positivo de nuestras vidas.

Ahora, para este 2018, todo será absolutamente igual que el año pasado, y dentro de once meses estaremos diciendo adiós a este 2018 para recibir el próximo 2019, y así sucesivamente cada año, y junto con ellos, especiales momentos evocadores, como dijéramos coloquialmente: ya sean “feos o bonitos”, de manera colectiva o individual, como sea pero formarán parte de una huella indeleble que generalmente siempre llevaremos en lo más profundo del corazón y del pensamiento; -insisto- por muy tristes o dolorosos que sean éstos, y si son de felicidad, con mucho más razón…

Lógicamente eso de que estaremos recibiendo dentro de unos cuantos meses el año siguiente, lo digo de manera hipotética, puesto que nuestro futuro, es muy incierto: “tal vez hoy anochecemos, pero quizá mañana no amanecemos”. Es por eso que siempre debemos dar gracias a Dios por cada día de vida que nos da, porque la vida es una y hay qué vivirla al máximo. Así como también, mostrarnos agradecidos con Él por tener a nuestros seres queridos aún con nosotros (quienes seguimos teniendo esa enorme dicha desde luego), incluyendo parientes, familiares, amistades, en fin, hasta mascotas que han compartido grandes momentos con nosotros.

Mis apreciables lectores y también compañeros de El Sol de San Luis, desde este humilde artículo, sinceramente les deseo lo mejor: amor, paz, armonía, bienestar, estabilidad familiar, económica, y sobre todo, muchísima salud, ya que es el motor principal que mueve en su totalidad nuestro ser e impulsa las ganas de seguir adelante en la vida, luchando por el pan de cada día; y finalmente,ya lo demás, vendrá por añadidura, ¿no creen?                        Hasta la próxima…