/ lunes 4 de septiembre de 2017

OBSERVACIONES

JULIÁN RODRÍGUEZ BERMÚDEZ

EL JARDÍN Y SU CALZADA

Cuando una ciudad está considerada como un atractivo turístico, sin importar que tenga o no tenga una playa para su esparcimiento, relajación o tranquilidad dentro de cualquier temporada vacacional del año, debe contar  -entre otros-  con una infraestructura carretera acorde a la modernidad y seguridad de todo aquel que transite por ellas; máxime, cuando esa entidad se encuentre por igual en un desarrollo económico muy a la altura de grandes inversionistas. Pues tal es el caso de nuestro San Luis Potosí, que está posicionado geográficamente en un punto central del país muy idóneo para el paso o traslado de mercancías hacia otros estados. Es por ello que autoridades federales, estatales y municipales, cada uno de estos con sus propios proyectos, inversiones independientes, o en algunos casos inversiones tripartitas, partidas presupuestales directas, en fin, hacen todo lo mejor posible para los potosinos y la ciudad.

Dicho lo anterior, aterrizo esto hasta el gobierno capitalino y sus propios proyectos; sin demagogia alguna e independientemente de quien esté al frente de la Administración Municipal, aunque existan otros proyectos por el Gobierno del Estado y el Gobierno Federal; de tal manera que me enfoco reconociendo las grandes obras de infraestructura urbana con la remodelación, pavimentación e iluminación en espacios públicos: plazas, jardines y andadores específicamente que es en lo personal, lo que al menos me refiero en este artículo; en otras cuestiones, cada quién expresa a su libre derecho, lo que se piensa, crea o se diga de un gobernante.

Resulta que gran parte de lo que tenemos especialmente en la capital, entre ellos museos, bibliotecas, centros comerciales (sobre todo artesanales), ejes peatonales en el centro histórico donde se puede admirar la gran arquitectura de siglos atrás, nuestra alameda central, las mismas plazas y jardines que dan vida, recreación y hasta motivación a momentos evocadores cuando se transita por ellos, forman parte de una riqueza cultural y artística que gusta mucho a los turistas. Cabe hacer mención, de dos grandes obras cuyo costo más que la inversión como tal, es el beneficio colectivo y orgullo potosino; por supuesto, la ubicación céntrica nos lleva a recorrerla con frecuencia: la Calzada de Guadalupe, ésta que nos conduce precisamente al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe y que es aún más visitado en el mes de diciembre. A esta obra se le añade para su complementación, el Jardín Colón, tanto la calzada central como el mismo jardín, honestamente ya requerían de una gran remodelación junto con una buena iluminación; y ahora que se está logrando, solo queda por parte de quienes estamos en casa potosina, el cuidado, mantenimiento, la conservación y preservación de los mismos.

Evidentemente, los millones de pesos invertidos hasta el día de hoy en nuestra capital potosina, tendrán un beneficio óptimo para las futuras generaciones; obviamente gozando de ellas quienes estemos aún en el presente. Sin embargo, estas obras no son exclusivas de los potosinos en particular, sino de todo aquel turista o visitante local, nacional y extranjero en general que desee pasear y conocer más a fondo las raíces de la entidad junto con sus respectivas zonas: media, huasteca, centro y altiplano; el asunto es que los visitantes anden por donde quieran andar y disfruten su recorrido, mientras que nosotros como anfitriones recibirlos con buena actitud, bonita sonrisa, recomendándoles con gusto hermosos sitios para conocer, guiarlos u orientarlos correctamente de regreso a su lugar de origen, en fin, todo lo que sea posible y esté a nuestro alcance, en un marco de amabilidad y respeto, puesto que no sabemos cuándo nos suceda también a nosotros el día que nos encontremos lejos de la ciudad o como dijera la canción: “muy lejos del pueblo…”   Hasta la próxima…

JULIÁN RODRÍGUEZ BERMÚDEZ

EL JARDÍN Y SU CALZADA

Cuando una ciudad está considerada como un atractivo turístico, sin importar que tenga o no tenga una playa para su esparcimiento, relajación o tranquilidad dentro de cualquier temporada vacacional del año, debe contar  -entre otros-  con una infraestructura carretera acorde a la modernidad y seguridad de todo aquel que transite por ellas; máxime, cuando esa entidad se encuentre por igual en un desarrollo económico muy a la altura de grandes inversionistas. Pues tal es el caso de nuestro San Luis Potosí, que está posicionado geográficamente en un punto central del país muy idóneo para el paso o traslado de mercancías hacia otros estados. Es por ello que autoridades federales, estatales y municipales, cada uno de estos con sus propios proyectos, inversiones independientes, o en algunos casos inversiones tripartitas, partidas presupuestales directas, en fin, hacen todo lo mejor posible para los potosinos y la ciudad.

Dicho lo anterior, aterrizo esto hasta el gobierno capitalino y sus propios proyectos; sin demagogia alguna e independientemente de quien esté al frente de la Administración Municipal, aunque existan otros proyectos por el Gobierno del Estado y el Gobierno Federal; de tal manera que me enfoco reconociendo las grandes obras de infraestructura urbana con la remodelación, pavimentación e iluminación en espacios públicos: plazas, jardines y andadores específicamente que es en lo personal, lo que al menos me refiero en este artículo; en otras cuestiones, cada quién expresa a su libre derecho, lo que se piensa, crea o se diga de un gobernante.

Resulta que gran parte de lo que tenemos especialmente en la capital, entre ellos museos, bibliotecas, centros comerciales (sobre todo artesanales), ejes peatonales en el centro histórico donde se puede admirar la gran arquitectura de siglos atrás, nuestra alameda central, las mismas plazas y jardines que dan vida, recreación y hasta motivación a momentos evocadores cuando se transita por ellos, forman parte de una riqueza cultural y artística que gusta mucho a los turistas. Cabe hacer mención, de dos grandes obras cuyo costo más que la inversión como tal, es el beneficio colectivo y orgullo potosino; por supuesto, la ubicación céntrica nos lleva a recorrerla con frecuencia: la Calzada de Guadalupe, ésta que nos conduce precisamente al Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe y que es aún más visitado en el mes de diciembre. A esta obra se le añade para su complementación, el Jardín Colón, tanto la calzada central como el mismo jardín, honestamente ya requerían de una gran remodelación junto con una buena iluminación; y ahora que se está logrando, solo queda por parte de quienes estamos en casa potosina, el cuidado, mantenimiento, la conservación y preservación de los mismos.

Evidentemente, los millones de pesos invertidos hasta el día de hoy en nuestra capital potosina, tendrán un beneficio óptimo para las futuras generaciones; obviamente gozando de ellas quienes estemos aún en el presente. Sin embargo, estas obras no son exclusivas de los potosinos en particular, sino de todo aquel turista o visitante local, nacional y extranjero en general que desee pasear y conocer más a fondo las raíces de la entidad junto con sus respectivas zonas: media, huasteca, centro y altiplano; el asunto es que los visitantes anden por donde quieran andar y disfruten su recorrido, mientras que nosotros como anfitriones recibirlos con buena actitud, bonita sonrisa, recomendándoles con gusto hermosos sitios para conocer, guiarlos u orientarlos correctamente de regreso a su lugar de origen, en fin, todo lo que sea posible y esté a nuestro alcance, en un marco de amabilidad y respeto, puesto que no sabemos cuándo nos suceda también a nosotros el día que nos encontremos lejos de la ciudad o como dijera la canción: “muy lejos del pueblo…”   Hasta la próxima…