/ lunes 9 de agosto de 2021

No confundas el camino con la meta

Hay momentos en que pensamos que la vida se nos ha acabado y también, hay quienes le ponen límites a su existencia porque sienten que ya no hay una salida. Pero, mientras tengamos vida, aún hay camino por andar.

Esta vida, no es la meta. La meta definitiva, va más allá de este mundo temporal.

La vida es para caminar mirando hacia adelante y nadie puede afirmar que ya terminó su vida.

Al hombre no le toca decidir cuando termina su misión. Porque algunos dicen que ya no tienen nada que hacer en este mundo, y ésto no sólo sucede con los mayores; también hay jóvenes, que a su corta edad, se han cansado de vivir.

Hay jóvenes que se sienten viejos, porque han vivido de manera instantánea y muy pronto han agotado sus esperanzas.

Pero no hay que olvidar, que esta vida no es una meta, sino un camino. El hombre tiene que levantarse y seguir viviendo. Y a nadie le toca decidir, hasta donde abarca su encomienda.

No hay que decir que ya lo hemos vivido todo, porque la vida nos tiene preparada una sorpresa.

Y mientras vivamos, aún no hemos llegado a la meta. Por eso mismo, no pienses que tú mundo está agotado; ya que Dios ha reservado algo bueno para ti.

Por tanto, no confundas el camino con la meta; la vida es el camino, y por eso, no puedes asegurar que ya llegaste a la meta.

No dejes que se apague la esperanza que hay en ti; porque mientras tengas vida, también tendrás esperanza.

Y para los creyentes, siempre hay un mañana, que está más allá de este mundo.

Hay un paraíso, que nos espera más allá de esta vida; y es ahí, donde se encuentra la meta.

Hay momentos en que pensamos que la vida se nos ha acabado y también, hay quienes le ponen límites a su existencia porque sienten que ya no hay una salida. Pero, mientras tengamos vida, aún hay camino por andar.

Esta vida, no es la meta. La meta definitiva, va más allá de este mundo temporal.

La vida es para caminar mirando hacia adelante y nadie puede afirmar que ya terminó su vida.

Al hombre no le toca decidir cuando termina su misión. Porque algunos dicen que ya no tienen nada que hacer en este mundo, y ésto no sólo sucede con los mayores; también hay jóvenes, que a su corta edad, se han cansado de vivir.

Hay jóvenes que se sienten viejos, porque han vivido de manera instantánea y muy pronto han agotado sus esperanzas.

Pero no hay que olvidar, que esta vida no es una meta, sino un camino. El hombre tiene que levantarse y seguir viviendo. Y a nadie le toca decidir, hasta donde abarca su encomienda.

No hay que decir que ya lo hemos vivido todo, porque la vida nos tiene preparada una sorpresa.

Y mientras vivamos, aún no hemos llegado a la meta. Por eso mismo, no pienses que tú mundo está agotado; ya que Dios ha reservado algo bueno para ti.

Por tanto, no confundas el camino con la meta; la vida es el camino, y por eso, no puedes asegurar que ya llegaste a la meta.

No dejes que se apague la esperanza que hay en ti; porque mientras tengas vida, también tendrás esperanza.

Y para los creyentes, siempre hay un mañana, que está más allá de este mundo.

Hay un paraíso, que nos espera más allá de esta vida; y es ahí, donde se encuentra la meta.