/ jueves 17 de enero de 2019

¿Necesita México de una Guardia Nacional?

México enfrenta un grave problema de seguridad pública cuya atención es urgente y requiere el trabajo responsable de todos para enfrentarlo.

Ante la propuesta del Presidente de México de crear una Guardia Nacional con formación y mandos netamente castrenses para garantizar a la población civil el ejercicio de sus derechos y libertades, Acción Nacional insiste en que dicha reforma constitucional debe ser clara, de tal suerte que se pueda tener una Guardia Civil, bajo mandos e integrantes civiles, reprobamos una guardia civil por fuera, pero militar por dentro.

Los militares, acorde a su formación, se encargan de defender la integridad y la soberanía del territorio nacional, su incursión a las tareas de seguridad pública se dio en un momento de fragilidad de las corporaciones policiacas que se ha venido remediando con acciones como las aplicaciones de exámenes de control y confianza, implementación de programas de formación policial y protocolos de actuación, entre otras.

Aquí es necesario dejar en claro que aunque el ejército y la marina son reconocidos por todos -incluyéndome-, por su disciplina y valores como el honor, el deber, la lealtad y la honestidad, también es cierto que una de las más reiteradas peticiones ciudadanas en el pasado proceso electoral fue el regreso de los soldados a sus cuarteles.

Tal fue la exigencia, que en ese entonces, fue uno de los compromisos de campaña de Andrés Manuel López Obrador, retirar a los militares de las tareas de seguridad.

Y la razón de la demanda ciudadana fue muy clara, los militares por su preparación y equipamiento pueden coadyuvar en el combate a la delincuencia organizada que generalmente opera en células dotadas de armas de las llamadas de grueso calibre; pero se ve limitada para atender llamados por delitos comunes, cometiendo en consecuencia muchas violaciones a los derechos humanos.

La seguridad pública es una función, un servicio, por medio del cual quienes la ejercen salvaguardan la protección de las personas y los bienes de los ciudadanos, además, como otro de sus eslabones, debe atender a las víctimas de los delitos, implementar medidas de proximidad social y coadyuvar con el sistema Judicial.

Luego entones, la seguridad pública procura el mantenimiento del orden y la tranquilidad de los integrantes de la sociedad, con pleno respeto a sus garantías individuales, no solo persigue delincuentes.

México no puede regresar a la ley del garrote y echar por la borda, todo lo construido en materia de formación policial, controles de confianza, aplicación de protocolos, salvaguarda de los derechos humanos, garantías para la aplicación de debidos procesos y muchas otros esquemas sobre los que ya están instruidos nuestros actuales policías y a los cuales se ha destinado grandes recursos.

Es innegable que hay muchas fallas en nuestras corporaciones policiacas, pero la gran mayoría de ellas tienen que ver más con el factor humano que con la visión y aplicación de cada una de las estrategias y programas de formación, amén de que hoy en día los abusos, actos de corrupción y delitos cometidos por servidores públicos, son atendidos de manera transparente y sancionados con oportunidad.

Por lo tanto, en este momento, en Acción nacional vemos mucho más factible, revisar la situación de nuestras policías, aprovechar toda la formación y equipamiento que han recibido, reforzar sus salarios y prestaciones, y darles el trato digno que se merecen, que en crear una nueva corporación cuyos elementos provendrían de las policías Militar y Naval, así como de la actual Policía Federal, y adicionalmente se convocará a civiles y a elementos de tropa para que se integren a la misma.

Los Senadores de Acción Nacional vamos por la aprobación de un mando civil en materia de seguridad pública, vamos por una fuerza civil nacional que aproveche todos logros en la materia, -que los hay-, que este conformada por elementos confiables de nuestras actuales corporaciones y porque las Fuerzas Armadas sólo sean llamadas para situaciones extraordinarias y en apoyo por desastres naturales, así estaremos cumpliendo con la tendencia internacional de democracias avanzadas y daremos a cada fuerza de seguridad, el respeto que se merecen.

En el Grupo Parlamentario del PAN en el Senado de la República estamos convencidos de que una buena estrategia nacional de seguridad puede y debe ser conformada con la participación honesta y responsable de todos para ver por el Bien de México y a eso nos comprometemos.

Por lo tanto en los términos actuales en los que el Presidente de la República ha enviado al Congreso de la Unión la iniciativa en comento, decimos, NO A LA GUARDIA NACIONAL.

Marco Antonio Gama Basarte (PAN)

Senador de la República por San Luis Potosí




México enfrenta un grave problema de seguridad pública cuya atención es urgente y requiere el trabajo responsable de todos para enfrentarlo.

Ante la propuesta del Presidente de México de crear una Guardia Nacional con formación y mandos netamente castrenses para garantizar a la población civil el ejercicio de sus derechos y libertades, Acción Nacional insiste en que dicha reforma constitucional debe ser clara, de tal suerte que se pueda tener una Guardia Civil, bajo mandos e integrantes civiles, reprobamos una guardia civil por fuera, pero militar por dentro.

Los militares, acorde a su formación, se encargan de defender la integridad y la soberanía del territorio nacional, su incursión a las tareas de seguridad pública se dio en un momento de fragilidad de las corporaciones policiacas que se ha venido remediando con acciones como las aplicaciones de exámenes de control y confianza, implementación de programas de formación policial y protocolos de actuación, entre otras.

Aquí es necesario dejar en claro que aunque el ejército y la marina son reconocidos por todos -incluyéndome-, por su disciplina y valores como el honor, el deber, la lealtad y la honestidad, también es cierto que una de las más reiteradas peticiones ciudadanas en el pasado proceso electoral fue el regreso de los soldados a sus cuarteles.

Tal fue la exigencia, que en ese entonces, fue uno de los compromisos de campaña de Andrés Manuel López Obrador, retirar a los militares de las tareas de seguridad.

Y la razón de la demanda ciudadana fue muy clara, los militares por su preparación y equipamiento pueden coadyuvar en el combate a la delincuencia organizada que generalmente opera en células dotadas de armas de las llamadas de grueso calibre; pero se ve limitada para atender llamados por delitos comunes, cometiendo en consecuencia muchas violaciones a los derechos humanos.

La seguridad pública es una función, un servicio, por medio del cual quienes la ejercen salvaguardan la protección de las personas y los bienes de los ciudadanos, además, como otro de sus eslabones, debe atender a las víctimas de los delitos, implementar medidas de proximidad social y coadyuvar con el sistema Judicial.

Luego entones, la seguridad pública procura el mantenimiento del orden y la tranquilidad de los integrantes de la sociedad, con pleno respeto a sus garantías individuales, no solo persigue delincuentes.

México no puede regresar a la ley del garrote y echar por la borda, todo lo construido en materia de formación policial, controles de confianza, aplicación de protocolos, salvaguarda de los derechos humanos, garantías para la aplicación de debidos procesos y muchas otros esquemas sobre los que ya están instruidos nuestros actuales policías y a los cuales se ha destinado grandes recursos.

Es innegable que hay muchas fallas en nuestras corporaciones policiacas, pero la gran mayoría de ellas tienen que ver más con el factor humano que con la visión y aplicación de cada una de las estrategias y programas de formación, amén de que hoy en día los abusos, actos de corrupción y delitos cometidos por servidores públicos, son atendidos de manera transparente y sancionados con oportunidad.

Por lo tanto, en este momento, en Acción nacional vemos mucho más factible, revisar la situación de nuestras policías, aprovechar toda la formación y equipamiento que han recibido, reforzar sus salarios y prestaciones, y darles el trato digno que se merecen, que en crear una nueva corporación cuyos elementos provendrían de las policías Militar y Naval, así como de la actual Policía Federal, y adicionalmente se convocará a civiles y a elementos de tropa para que se integren a la misma.

Los Senadores de Acción Nacional vamos por la aprobación de un mando civil en materia de seguridad pública, vamos por una fuerza civil nacional que aproveche todos logros en la materia, -que los hay-, que este conformada por elementos confiables de nuestras actuales corporaciones y porque las Fuerzas Armadas sólo sean llamadas para situaciones extraordinarias y en apoyo por desastres naturales, así estaremos cumpliendo con la tendencia internacional de democracias avanzadas y daremos a cada fuerza de seguridad, el respeto que se merecen.

En el Grupo Parlamentario del PAN en el Senado de la República estamos convencidos de que una buena estrategia nacional de seguridad puede y debe ser conformada con la participación honesta y responsable de todos para ver por el Bien de México y a eso nos comprometemos.

Por lo tanto en los términos actuales en los que el Presidente de la República ha enviado al Congreso de la Unión la iniciativa en comento, decimos, NO A LA GUARDIA NACIONAL.

Marco Antonio Gama Basarte (PAN)

Senador de la República por San Luis Potosí




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