/ domingo 23 de diciembre de 2018

Navidad Llegó

Navidad época de paz y amor, de renovación total, cada año el acontecimiento a celebrar es renacer en Cristo, recordar que el júbilo de estas fiestas es espiritual y no material, es vivir y convivir con la familia, con los amigos y hacer paces con quienes consideramos enemigos o poco amigos, Navidad siempre es Navidad y la celebramos el día veinticinco de este mes y en la Noche Buena, nos esmeramos por hacer una cena donde el personaje central puede ser el pavo, los romeritos o un pollo, o lo que nuestro presupuesto permita, nos tronamos los dedos preguntándonos cuándo vamos a comprar regalos para que ese árbol lleve a cada persona de la familia un objeto material, cuando el regalo más preciado es el amor, ese que debemos demostrar día con día del nuevo año, ese amor que en la Noche Buena puede iniciar a través de abrazos, de recordar a los ausentes y disfrutar de los presentes, noche de recuerdos donde la aventura principal será la renovación de ese amor a cada miembro presente y ausente, momento de renovar el amor a cada una de las personas importantes en nuestra vida, esas que hacen la diferencia con su presencia, noche de renovarnos como personas espirituales que somos, dándonos ese amor en primera persona cantando un Aleluya por estar vivos, venerando el nacimiento de Cristo como guía para encontrar un nuevo amanecer en nuestra familia, en nuestro entorno y en nuestro país lleno de temores y pocos amores, momento de cambio personal para propiciar el cambio de un México criticado y crítico que presenta convulsiones y estertores ante gobernantes y políticos dirigentes que aún no dan la seguridad necesaria para pensar que buscan el bien social.

Veamos la Navidad como un Aleluya, veámosla como una forma de servir, cantemos con cada aliento Aleluya para que esta Navidad permita que el país se erija una vez más como nación unida, recordando que el unigénito de Dios nació y murió por el bien de su pueblo y de la humanidad, pidamos que los tres sabios Reyes que caminaron hacia Belén puedan ser encontrados entre quienes están actualmente gobernando nuestro país y todos los países del mundo, tal vez por eso, hoy, la Luna nos regala su imagen completa recordándonos con su presencia que el solsticio de invierno está aquí, solsticio que en un tiempo estaba estrechamente asociado con la Navidad y lo celebraban bulliciosamente, al mismo tiempo que se celebraba en Europa una fiesta de invierno similar, conocida como Yule, es bueno recordar que el árbol de Navidad apareció en el Siglo XIX.

Así que sigamos envueltos en el espíritu navideño aunque nos militaricen el Estado con la famosa Guardia Nacional esperando que en este país la cacareada ayuda a los desprotegidos no sea una mera utopía y resulte, como se ve, que el salario mínimo mensual quedó por debajo de la ayuda que se dará a los jóvenes desempleados del país; por eso, esta Navidad aprendamos a recibir y dar renovando nuestras tradiciones mexicanas con un Nacimiento y la figura de Cristo bebé acompañado de José y María y esperemos a los Tres Reyes Magos aceptando la figura del bonachón Santa Claus con todo y su trineo, cuya leyenda de Papá Noel es antigua y tiene su origen en San Nicolás,cuya jovial figura medieval persiste.

Renovemos el espíritu de las Posadas tradicionales con todo y rezos, ponche, tamales, buñuelos y piñata, departamos con familia y amigos, disfrutemos el famoso “Puente Guadalupe Reyes” aunque al término de este parezcamos “perejil recién sacados del caldo” por el exceso de gastos y ¨¡exceso de excesos!¨ en comer y beber, ya que en esta época de recogimiento y amor, celebramos la vida, la vida solos y en familia sin olvidar darse una vueltecita a a la Iglesia para reflexionar que no es Navidad, sino Natividad ,lo que significa el natalicio de Jesús, renovación en nosotros y esperanza en el mundo venidero.

La Navidad fue introducida en el mundo por la Iglesia Católica Romana y como cristianos o católicos o judíos o, o, Navidad debe ser un motivo para ser felices, para hablar actuando sin criticar perjudicando al prójimo y a nosotros mismos, es una época para aprender a evitar hacer daño a otros y a nosotros mismos, es época de reflexión y análisis, de buscar paz, nuestra paz exterior e interior, de lograr el acercamiento familiar de hermanos, padres,hijos, nietos y familia en general, es momento para reconocer y acercar a los amigos reales.

Es momento de dejar, porque ¿vale la pena vivir sumidos en tristezas y rencores? ¿en recuerdos tristes de un ayer que no se repetirá? Esta semana retomemos nuestra calidad de vida y hagamos una lista de todo aquello que debemos sanar y todo aquello que debemos perdonar, incluyéndonos, aprendamos a vivir en la alegría que el espíritu navideño contagia de manera permanente, que esta época de Navidad te inspire a tener el propósito de vivir en el amor y el perdón, mientras yo voy a reflexionar y hacer mi lista de olvidos y perdones, esperare que ustedes me manden sus comentarios enangeldesofia@yahoo.com.mx dándoles mis sinceras gracias por su lectura y comentarios.

Navidad época de paz y amor, de renovación total, cada año el acontecimiento a celebrar es renacer en Cristo, recordar que el júbilo de estas fiestas es espiritual y no material, es vivir y convivir con la familia, con los amigos y hacer paces con quienes consideramos enemigos o poco amigos, Navidad siempre es Navidad y la celebramos el día veinticinco de este mes y en la Noche Buena, nos esmeramos por hacer una cena donde el personaje central puede ser el pavo, los romeritos o un pollo, o lo que nuestro presupuesto permita, nos tronamos los dedos preguntándonos cuándo vamos a comprar regalos para que ese árbol lleve a cada persona de la familia un objeto material, cuando el regalo más preciado es el amor, ese que debemos demostrar día con día del nuevo año, ese amor que en la Noche Buena puede iniciar a través de abrazos, de recordar a los ausentes y disfrutar de los presentes, noche de recuerdos donde la aventura principal será la renovación de ese amor a cada miembro presente y ausente, momento de renovar el amor a cada una de las personas importantes en nuestra vida, esas que hacen la diferencia con su presencia, noche de renovarnos como personas espirituales que somos, dándonos ese amor en primera persona cantando un Aleluya por estar vivos, venerando el nacimiento de Cristo como guía para encontrar un nuevo amanecer en nuestra familia, en nuestro entorno y en nuestro país lleno de temores y pocos amores, momento de cambio personal para propiciar el cambio de un México criticado y crítico que presenta convulsiones y estertores ante gobernantes y políticos dirigentes que aún no dan la seguridad necesaria para pensar que buscan el bien social.

Veamos la Navidad como un Aleluya, veámosla como una forma de servir, cantemos con cada aliento Aleluya para que esta Navidad permita que el país se erija una vez más como nación unida, recordando que el unigénito de Dios nació y murió por el bien de su pueblo y de la humanidad, pidamos que los tres sabios Reyes que caminaron hacia Belén puedan ser encontrados entre quienes están actualmente gobernando nuestro país y todos los países del mundo, tal vez por eso, hoy, la Luna nos regala su imagen completa recordándonos con su presencia que el solsticio de invierno está aquí, solsticio que en un tiempo estaba estrechamente asociado con la Navidad y lo celebraban bulliciosamente, al mismo tiempo que se celebraba en Europa una fiesta de invierno similar, conocida como Yule, es bueno recordar que el árbol de Navidad apareció en el Siglo XIX.

Así que sigamos envueltos en el espíritu navideño aunque nos militaricen el Estado con la famosa Guardia Nacional esperando que en este país la cacareada ayuda a los desprotegidos no sea una mera utopía y resulte, como se ve, que el salario mínimo mensual quedó por debajo de la ayuda que se dará a los jóvenes desempleados del país; por eso, esta Navidad aprendamos a recibir y dar renovando nuestras tradiciones mexicanas con un Nacimiento y la figura de Cristo bebé acompañado de José y María y esperemos a los Tres Reyes Magos aceptando la figura del bonachón Santa Claus con todo y su trineo, cuya leyenda de Papá Noel es antigua y tiene su origen en San Nicolás,cuya jovial figura medieval persiste.

Renovemos el espíritu de las Posadas tradicionales con todo y rezos, ponche, tamales, buñuelos y piñata, departamos con familia y amigos, disfrutemos el famoso “Puente Guadalupe Reyes” aunque al término de este parezcamos “perejil recién sacados del caldo” por el exceso de gastos y ¨¡exceso de excesos!¨ en comer y beber, ya que en esta época de recogimiento y amor, celebramos la vida, la vida solos y en familia sin olvidar darse una vueltecita a a la Iglesia para reflexionar que no es Navidad, sino Natividad ,lo que significa el natalicio de Jesús, renovación en nosotros y esperanza en el mundo venidero.

La Navidad fue introducida en el mundo por la Iglesia Católica Romana y como cristianos o católicos o judíos o, o, Navidad debe ser un motivo para ser felices, para hablar actuando sin criticar perjudicando al prójimo y a nosotros mismos, es una época para aprender a evitar hacer daño a otros y a nosotros mismos, es época de reflexión y análisis, de buscar paz, nuestra paz exterior e interior, de lograr el acercamiento familiar de hermanos, padres,hijos, nietos y familia en general, es momento para reconocer y acercar a los amigos reales.

Es momento de dejar, porque ¿vale la pena vivir sumidos en tristezas y rencores? ¿en recuerdos tristes de un ayer que no se repetirá? Esta semana retomemos nuestra calidad de vida y hagamos una lista de todo aquello que debemos sanar y todo aquello que debemos perdonar, incluyéndonos, aprendamos a vivir en la alegría que el espíritu navideño contagia de manera permanente, que esta época de Navidad te inspire a tener el propósito de vivir en el amor y el perdón, mientras yo voy a reflexionar y hacer mi lista de olvidos y perdones, esperare que ustedes me manden sus comentarios enangeldesofia@yahoo.com.mx dándoles mis sinceras gracias por su lectura y comentarios.