/ domingo 19 de diciembre de 2021

Muchas sillas vacías esta navidad...

A casi dos años de una pandemia que no nos da tregua, se crearon muchas deudas y miles de empresas se fueron a la quiebra.

Muchas personas fuimos despedidas, aún recuerdo, como si fuera ayer, esa llamada el 31 de diciembre a las 9 de la noche diciéndome que estaba despedida, dada de baja, que Recursos Humanos del Ayuntamiento de la capital, en donde trabajé 8 años ininterrumpidos, (y 3 años más anteriores), me llamaría para ver lo de mi finiquito, cosa que, al cabo de casi un año nunca sucedió. (Todavía estoy esperando la llamada, pero esa gente gracias a Dios ya no está).

Si la empresa ó institución en la que trabajas todavía se mantiene sin cierres y sin despidos, trátala bien y sigamos enfrentando una pandemia que no ha podido ser controlada.

El 2021 ha sido un año de supervivencia, de sufrimiento, de innumerables pérdidas humanas, fallecimientos de familiares muy queridos, amigos cercanos, entrañables, conocidos. Un año que al mismo tiempo ha sido el mejor maestro!!! Como hemos aprendido!!! Sobre todo a conocer con quien contamos y con quien definitivamente no!

Deja de lado los pequeños reclamos diarios y seamos agradecidos con lo que tenemos.

¡¡¡ES NECESARIO SER AGRADECIDO!!! Es necesario ser agradecido ¡SIEMPRE!

¡¡Gracias a Dios por la Salud y nuestra Familia aunque el trabajo falte, ya llegará! Todo pasa y esto también pasará, decía mi sabia mamá!!!

Ahora que se acerca la tradicional cena de navidad y que hemos vivido tan de cerca el fallecimiento de tantas personas es necesario afrontar la pérdida. “Para nada es un buen consejo ese que te dicen de tómate algo para que esta cena pase rápido. Más al contrario, hay que aprender a recordar sin dolor, a ver fotografías de la persona ausente y hacer memoria de los buenos momentos que pasamos junto con la persona querida. Hay que asumir que esa persona ya no está con nosotros pero que podemos tenerle presente en el recuerdo”.


Empiezan los preparativos, cuál será el menú de la cena y en qué lugar nos reuniremos.


Y aparece la pregunta inevitable: Cuantos somos este año?


Y en la respuesta aparecen implícitamente: “Las Sillas Vacías” de las personas que no están… Las que están lejos y que la vida llevo por otro camino, la que eligió no estar porque se enemisto con alguien de la familia y la que Dios se llevó a su lado...


Y aparece la tristeza y las sillas vacías duelen… Ah! Como duelen!


Entonces es cuando más necesito ese abrazo que cobija, que protege, que es prolongado… y que lamentablemente no va a llegar… Entonces me doy cuenta que extraño esa sonrisa, esas conversaciones amenas, esa complicidad que teníamos, esa mano dispuesta a ayudarme siempre, esa compañía…

Los ojos se me llenan de lágrimas y duele mucho, muchísimo, pero esa es la realidad y hay que aceptarla, suspiro profundo y cierro mis ojos como queriendo que ese aire llegue hasta esa persona que me falta, abro mis ojos y giro la cabeza y lo que veo alrededor de mi mesa son las “Sillas Ocupadas”. Son las personas que me aman y que yo amo... ¡Y entonces sonrió! Así es la vida con pérdidas y ganancias…

Y así voy a brindar el 24 y el 31 con lágrimas contenidas por esas “Sillas Vacías” y sonriendo desde el alma por las “Sillas Ocupadas”.

Alegre, si alegre, a pesar de la tristeza. La alegría es una emoción pasajera que termina cuando el buen momento finaliza. Y uno decide ser feliz o no en esos momentos. Y la felicidad está hecha de esos pequeños momentos.

Brindaré por los que no están y brindaré incondicionalmente por los que sí están, por los que ame y por los que amo y con lo que tengo seré feliz.

Posiblemente tú también tengas “Sillas Vacías”, en tu mesa este año al igual que yo, amigo lector, pero a pesar de los ausentes y con la dicha de los presentes, Dios nos da la oportunidad de continuar con salud ante esta pandemia que arrecia cada día más.

Hay que pensar que llegará a nosotros lo que tanto anhela el corazón. Disfrutemos de lo que tenemos!!! “En la vida ni se gana ni se pierde, ni se fracasa, ni se triunfa.

En la vida se aprende, se crece, se descubre, se escribe, se borra. Y se reescribe otra vez, se hila, se deshila y se vuelve a hilar. El día que comprendí que lo único que me voy a llevar es lo que vivo, empecé a Vivir lo que me quiero llevar”. Poesía Purepecha, MEXICA TEAHUI.

Me despido con la siguiente reflexión: Recibamos a Jesús en Nuestro Corazón cada día del Nuevo Año que se avecina, y pongamos en él nuestra seguridad. Doy gracias al Señor hoy y cada día de mi vida, pues ha puesto firmeza en mi corazón de que maravillosas cosas me sucederán… Confirmemos estos deseos en nuestra vida cada día. Que tengan una MUY FELIZ NAVIDAD!!!. Y les invito para que nos escriban a la siguiente dirección: anavaldez@prodigy.net.mx y en Facebook: Facebook.com/anamariavaldezcastrejon, en twitter @anacastrejon

A casi dos años de una pandemia que no nos da tregua, se crearon muchas deudas y miles de empresas se fueron a la quiebra.

Muchas personas fuimos despedidas, aún recuerdo, como si fuera ayer, esa llamada el 31 de diciembre a las 9 de la noche diciéndome que estaba despedida, dada de baja, que Recursos Humanos del Ayuntamiento de la capital, en donde trabajé 8 años ininterrumpidos, (y 3 años más anteriores), me llamaría para ver lo de mi finiquito, cosa que, al cabo de casi un año nunca sucedió. (Todavía estoy esperando la llamada, pero esa gente gracias a Dios ya no está).

Si la empresa ó institución en la que trabajas todavía se mantiene sin cierres y sin despidos, trátala bien y sigamos enfrentando una pandemia que no ha podido ser controlada.

El 2021 ha sido un año de supervivencia, de sufrimiento, de innumerables pérdidas humanas, fallecimientos de familiares muy queridos, amigos cercanos, entrañables, conocidos. Un año que al mismo tiempo ha sido el mejor maestro!!! Como hemos aprendido!!! Sobre todo a conocer con quien contamos y con quien definitivamente no!

Deja de lado los pequeños reclamos diarios y seamos agradecidos con lo que tenemos.

¡¡¡ES NECESARIO SER AGRADECIDO!!! Es necesario ser agradecido ¡SIEMPRE!

¡¡Gracias a Dios por la Salud y nuestra Familia aunque el trabajo falte, ya llegará! Todo pasa y esto también pasará, decía mi sabia mamá!!!

Ahora que se acerca la tradicional cena de navidad y que hemos vivido tan de cerca el fallecimiento de tantas personas es necesario afrontar la pérdida. “Para nada es un buen consejo ese que te dicen de tómate algo para que esta cena pase rápido. Más al contrario, hay que aprender a recordar sin dolor, a ver fotografías de la persona ausente y hacer memoria de los buenos momentos que pasamos junto con la persona querida. Hay que asumir que esa persona ya no está con nosotros pero que podemos tenerle presente en el recuerdo”.


Empiezan los preparativos, cuál será el menú de la cena y en qué lugar nos reuniremos.


Y aparece la pregunta inevitable: Cuantos somos este año?


Y en la respuesta aparecen implícitamente: “Las Sillas Vacías” de las personas que no están… Las que están lejos y que la vida llevo por otro camino, la que eligió no estar porque se enemisto con alguien de la familia y la que Dios se llevó a su lado...


Y aparece la tristeza y las sillas vacías duelen… Ah! Como duelen!


Entonces es cuando más necesito ese abrazo que cobija, que protege, que es prolongado… y que lamentablemente no va a llegar… Entonces me doy cuenta que extraño esa sonrisa, esas conversaciones amenas, esa complicidad que teníamos, esa mano dispuesta a ayudarme siempre, esa compañía…

Los ojos se me llenan de lágrimas y duele mucho, muchísimo, pero esa es la realidad y hay que aceptarla, suspiro profundo y cierro mis ojos como queriendo que ese aire llegue hasta esa persona que me falta, abro mis ojos y giro la cabeza y lo que veo alrededor de mi mesa son las “Sillas Ocupadas”. Son las personas que me aman y que yo amo... ¡Y entonces sonrió! Así es la vida con pérdidas y ganancias…

Y así voy a brindar el 24 y el 31 con lágrimas contenidas por esas “Sillas Vacías” y sonriendo desde el alma por las “Sillas Ocupadas”.

Alegre, si alegre, a pesar de la tristeza. La alegría es una emoción pasajera que termina cuando el buen momento finaliza. Y uno decide ser feliz o no en esos momentos. Y la felicidad está hecha de esos pequeños momentos.

Brindaré por los que no están y brindaré incondicionalmente por los que sí están, por los que ame y por los que amo y con lo que tengo seré feliz.

Posiblemente tú también tengas “Sillas Vacías”, en tu mesa este año al igual que yo, amigo lector, pero a pesar de los ausentes y con la dicha de los presentes, Dios nos da la oportunidad de continuar con salud ante esta pandemia que arrecia cada día más.

Hay que pensar que llegará a nosotros lo que tanto anhela el corazón. Disfrutemos de lo que tenemos!!! “En la vida ni se gana ni se pierde, ni se fracasa, ni se triunfa.

En la vida se aprende, se crece, se descubre, se escribe, se borra. Y se reescribe otra vez, se hila, se deshila y se vuelve a hilar. El día que comprendí que lo único que me voy a llevar es lo que vivo, empecé a Vivir lo que me quiero llevar”. Poesía Purepecha, MEXICA TEAHUI.

Me despido con la siguiente reflexión: Recibamos a Jesús en Nuestro Corazón cada día del Nuevo Año que se avecina, y pongamos en él nuestra seguridad. Doy gracias al Señor hoy y cada día de mi vida, pues ha puesto firmeza en mi corazón de que maravillosas cosas me sucederán… Confirmemos estos deseos en nuestra vida cada día. Que tengan una MUY FELIZ NAVIDAD!!!. Y les invito para que nos escriban a la siguiente dirección: anavaldez@prodigy.net.mx y en Facebook: Facebook.com/anamariavaldezcastrejon, en twitter @anacastrejon