/ domingo 24 de abril de 2022

Mónica Rangel: la doctora que usó al Covid-19 para hacerse millonaria

Insensible al riesgo exponencial de su propio personal en las cuatro zonas del Estado durante la crisis por Covid-19, la entonces secretaria de Salud, Mónica Rangel Martínez simuló la compra de insumos y desvió recursos públicos federales para contener la pandemia. La falta de insumos en hospitales públicos causó más de 10 mil contagios y 80 muertes tan solo entre los trabajadores de la salud.

A partir de marzo de 2020 comenzaron los contagios, luego decenas de muertes, no causadas por Covid-19 precisamente, sino porque no había ni capacitación, ni cubrebocas, gel antibacterial, ni respiradores artificiales en los nosocomios. Mientras cientos de potosinos sucumbían como las hojas en otoño, Mónica Rangel se dedicaba a robar todo recurso público disponible. Por ello la apodaron “La Doctora Muerte”.

En complicidad con el líder sindical del personal de salud, Arturo Hernández Tenorio, la secretaria de Salud hizo los más turbios negocios, desprotegiendo a enfermeras, médicos, doctoras, personal de limpieza y administrativos, quienes comenzaron a manifestarse en sus propios centros de trabajo y exponiendo en redes sociales la indolencia de Rangel Martínez y del gobernador Juan Manuel Carreras López.

A la fecha, más de 29 mil casos positivos y sospechosos se han contabilizado entre el personal de salud federal y estatal en las cuatro zonas de Estado.

Mientras los hospitales “Covid” de Soledad, Ciudad Valles y el Central apenas se saturaban por falta de camas y ventiladores y los contagios de trabajadores de la salud se multiplicaban, Mónica Rangel hacía negocio comprando a empresas detectadas por el Sistema de Administración Tributaria (SAT) como “fantasma” supuestos insumos médicos al triple de su precio, y desviando junto con el DIF estatal, a cargo de Lorena Valle, más de 400 millones de pesos que el gobierno federal envío a San Luis Potosí para el combate a la pandemia.

Dicha instancia entregó ínfimas despensas con valor de 150 pesos y las reportó al triple de su precio, mientras que Mónica Rangel le daba contrataciones directas por supuestos servicios de limpieza a su chofer, Gabriel Salazar, que de la nada se hizo millonario y trató de jinetear el dinero que le estaba guardando a su jefa con un fraudulento esquema de inversión piramidal que meses después le causó su arresto.

Sin vergüenza, con miles de muertes sobre su espalda, Mónica Rangel abandonó aún más al personal de salud al renunciar en enero de 2021 a su cargo -ya con cientos de millones de pesos en la bolsa- para tratar de cumplir su ambición de ser gobernadora. Tan solo la Auditoría Superior de la Federación le detectó irregularidades por más de 700 millones de pesos durante su gestión.

Hoy, la justicia alcanzó sus corruptelas y, desde un centro penitenciario, la “Doctora Muerte” enfrentará un proceso judicial por fraude equiparado y uso abusivo de la función pública.

Twitter @lozano_ray

Insensible al riesgo exponencial de su propio personal en las cuatro zonas del Estado durante la crisis por Covid-19, la entonces secretaria de Salud, Mónica Rangel Martínez simuló la compra de insumos y desvió recursos públicos federales para contener la pandemia. La falta de insumos en hospitales públicos causó más de 10 mil contagios y 80 muertes tan solo entre los trabajadores de la salud.

A partir de marzo de 2020 comenzaron los contagios, luego decenas de muertes, no causadas por Covid-19 precisamente, sino porque no había ni capacitación, ni cubrebocas, gel antibacterial, ni respiradores artificiales en los nosocomios. Mientras cientos de potosinos sucumbían como las hojas en otoño, Mónica Rangel se dedicaba a robar todo recurso público disponible. Por ello la apodaron “La Doctora Muerte”.

En complicidad con el líder sindical del personal de salud, Arturo Hernández Tenorio, la secretaria de Salud hizo los más turbios negocios, desprotegiendo a enfermeras, médicos, doctoras, personal de limpieza y administrativos, quienes comenzaron a manifestarse en sus propios centros de trabajo y exponiendo en redes sociales la indolencia de Rangel Martínez y del gobernador Juan Manuel Carreras López.

A la fecha, más de 29 mil casos positivos y sospechosos se han contabilizado entre el personal de salud federal y estatal en las cuatro zonas de Estado.

Mientras los hospitales “Covid” de Soledad, Ciudad Valles y el Central apenas se saturaban por falta de camas y ventiladores y los contagios de trabajadores de la salud se multiplicaban, Mónica Rangel hacía negocio comprando a empresas detectadas por el Sistema de Administración Tributaria (SAT) como “fantasma” supuestos insumos médicos al triple de su precio, y desviando junto con el DIF estatal, a cargo de Lorena Valle, más de 400 millones de pesos que el gobierno federal envío a San Luis Potosí para el combate a la pandemia.

Dicha instancia entregó ínfimas despensas con valor de 150 pesos y las reportó al triple de su precio, mientras que Mónica Rangel le daba contrataciones directas por supuestos servicios de limpieza a su chofer, Gabriel Salazar, que de la nada se hizo millonario y trató de jinetear el dinero que le estaba guardando a su jefa con un fraudulento esquema de inversión piramidal que meses después le causó su arresto.

Sin vergüenza, con miles de muertes sobre su espalda, Mónica Rangel abandonó aún más al personal de salud al renunciar en enero de 2021 a su cargo -ya con cientos de millones de pesos en la bolsa- para tratar de cumplir su ambición de ser gobernadora. Tan solo la Auditoría Superior de la Federación le detectó irregularidades por más de 700 millones de pesos durante su gestión.

Hoy, la justicia alcanzó sus corruptelas y, desde un centro penitenciario, la “Doctora Muerte” enfrentará un proceso judicial por fraude equiparado y uso abusivo de la función pública.

Twitter @lozano_ray