HASTA LA CUARTA TRANSFORMACIÓN
En el año 2003 conocí a Andrés Manuel López Obrador y me impactó su personalidad, su presencia y carisma, de tal manera que a partir de esos años me dedique a saber un poco más sobre él, de modo que llegué a identificar mi ideario político con el del tabasqueño.
A fines del 2008 hubieron de suceder una serie de acontecimientos en mi vida familiar, y profesional que mucho pensé en asentarme en la Ciudad de México, lo cual no ocurrió debido al menosprecio de que fui objeto por parte de algunos, lo que atribuyó al padecimiento que me aqueja desde el año 2012, que si bien es cierto, es muy visible no afecta mis capacidades personales y mantengo una presencia que agradezco a OEM y al invaluable apoyo del director de El Sol de San Luis, Ricardo Ortega Camberos.
Estos males del cuerpo no inhiben la salud de mi espíritu y con razón me impulsan hacia nuevas metas, por lo cual veo posibilidades de servir a México con convicción, porque estoy definido como me califica mi amigo Juan Ramiro Robledo, que me ha visto emocionarme desde los días del desafuero, hasta los más aciagos, previos a la Convención Nacional Democrática y luego la fundación de Morena, sobre todo después de ésta y su praxis.
Confieso a mis lectores ese fervor cada vez que Andrés Manuel toma la palabra ante la multitud que no ante una expresión amorfa, sino de gente como yo que valoramos el pensamiento del prócer.
Atiendo con certeza las palabras de hombres y mujeres como Marcelo Ebrard, como Claudia Sheinbaum, César Yáñez¸ Olga Sánchez Cordero etc., Servidores de la República, leales desde ahora y hasta la cuarta transformación.
Esperamos las fechas que jurídicamente den asiento el ejercicio pleno y constitucional
del nuevo régimen y de ahí, a la cuarta transformación de la República
Los espero el martes próximo Dios mediante.
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