/ domingo 3 de febrero de 2019

Los nuevos estilos de gobernar

La visita del presidente Andrés Manuel López Obrador al municipio de Cedral, el martes pasado, dejó varios puntos que deben revisarse a fondo, por el impacto económico, político y social que pudieran tener en el futuro inmediato para San Luis Potosí.

En primer lugar, al tabasqueño no le cayó nada bien el abucheo contra el gobernador Juan Manuel Carreras, orquestado por el presidente municipal de Matehuala, Jano Segovia —según los reportes de inteligencia—, para presionar al gobierno del estado a que el DIF le libere más recursos para diversos programas.

El presidente se encargó de corregir la plana y llamar a sus interlocutores a que fueran respetuosos porque el mandatario estatal ha sido y será gran aliado del gobierno de la República para trabajar por los ciudadanos, pues la campaña ya se acabó, y no debe haber colores partidistas.

Juan Manuel Carreras ya trabajó en una administración presidencial del PAN, en su gabinete hay militantes de otros partidos; se la lleva tranquila con todos, su premisa es el servicio público y si bien los abucheos organizados no le gustan a nadie, tampoco se tiró al suelo e hizo berrinche.

Lo que también llamó la atención en la gira es el equipo de seguridad del Presidente; si bien es cierto que el aparato visible está integrado por mujeres amables, los reporteros pudieron constatar otro equipo más discreto, casi invisible que dejó lugar a muchas hipótesis. Pero AMLO anda bien cuidado, para tranquilidad de sus fans.

El evento lo realizó en una unidad deportiva que en su momento, fue presumida por Fernando Toranzo Fernández —incluso le puso su nombre—, que en realidad es un llano terregoso, propicio para un duelo del viejo oeste. Fue ahí porque el presidente quería que el país se diera cuenta de cómo este tipo de “obras”, en realidad, son un monumento al fraude.

El estilo presidencial sorprendió y enamoró a muchos; sencillo, accesible, humilde. Comió gorditas con el gobernador en una fonda de traileros, llegó al aeropuerto en vuelo comercial e hizo trámites como todos, atendió a la prensa e hizo lo que ningún presidente de México en la historia: se humanizó.

El gobernador del estado se quedó tranquilo, sabe que las rechiflas ficticias tienen un trasfondo político que en su momento será atendido, pero lo más importante es que aun con el cambio de gobierno federal, mantiene la estabilidad, el crecimiento y las buenas expectativas para la gente, más allá de politiquerías para generar escenarios inexistentes que ni al mismo presidente de México convencieron.

CONTRASEÑA

Un ejercicio innovador, de esos que se hacen a botepronto, entre personas de ascendencia, importantes, con empresas exitosas, incursiones en la política y respetabilidad en la sociedad, sobre encontrar los nombres de al menos 10 personas honestas, que tengan una trayectoria no basada en rumores, chismes o asegunes, sino que sus actos y resultados a lo largo de la vida hablen por ellos, dejando de lado si caen bien o mal, si “se dice” de ellos esto o lo otro, arrojó los siguientes nombres: Gabriel Ramírez, Guillermo Baltazar Alvear, Daniel Pedroza Gaytán, Juan Ramiro Robledo, Juan Manuel Carreras, Eduardo Izar Robles, Jacobo Payán Latuff, Jorge Lozano Armengol y Jacobo Payán Espinosa…Ellos pueden andar por la ciudad con la frente en alto, porque han resistido las tentaciones que genera el ejercicio del poder público o empresarial, han tenido en sus manos grandes decisiones y no se han doblado. Si bien hay, evidentemente, muchas personas honestas en San Luis Potosí, éstas, por lo que representan, vale la pena destacarlas y felicitarlas…cuenta una anécdota que estaba el gobernador Antonio Rocha Cordero dictándole al escribano Tomás Medina Ponce la lista de quienes serían aspirantes a una candidatura de diputado federal. “A ver Tomasito, escríbale: fulano, mengano, perengano….¿quien más? ¿quién más?”…en eso voltea su interlocutor, con mirada de súplica, queriendo aprovechar la coyuntura y se toca el pecho con sus dedos: “yo mero jefe”…”usted tecleéle caón”…HASTA LA PROXIMA


La visita del presidente Andrés Manuel López Obrador al municipio de Cedral, el martes pasado, dejó varios puntos que deben revisarse a fondo, por el impacto económico, político y social que pudieran tener en el futuro inmediato para San Luis Potosí.

En primer lugar, al tabasqueño no le cayó nada bien el abucheo contra el gobernador Juan Manuel Carreras, orquestado por el presidente municipal de Matehuala, Jano Segovia —según los reportes de inteligencia—, para presionar al gobierno del estado a que el DIF le libere más recursos para diversos programas.

El presidente se encargó de corregir la plana y llamar a sus interlocutores a que fueran respetuosos porque el mandatario estatal ha sido y será gran aliado del gobierno de la República para trabajar por los ciudadanos, pues la campaña ya se acabó, y no debe haber colores partidistas.

Juan Manuel Carreras ya trabajó en una administración presidencial del PAN, en su gabinete hay militantes de otros partidos; se la lleva tranquila con todos, su premisa es el servicio público y si bien los abucheos organizados no le gustan a nadie, tampoco se tiró al suelo e hizo berrinche.

Lo que también llamó la atención en la gira es el equipo de seguridad del Presidente; si bien es cierto que el aparato visible está integrado por mujeres amables, los reporteros pudieron constatar otro equipo más discreto, casi invisible que dejó lugar a muchas hipótesis. Pero AMLO anda bien cuidado, para tranquilidad de sus fans.

El evento lo realizó en una unidad deportiva que en su momento, fue presumida por Fernando Toranzo Fernández —incluso le puso su nombre—, que en realidad es un llano terregoso, propicio para un duelo del viejo oeste. Fue ahí porque el presidente quería que el país se diera cuenta de cómo este tipo de “obras”, en realidad, son un monumento al fraude.

El estilo presidencial sorprendió y enamoró a muchos; sencillo, accesible, humilde. Comió gorditas con el gobernador en una fonda de traileros, llegó al aeropuerto en vuelo comercial e hizo trámites como todos, atendió a la prensa e hizo lo que ningún presidente de México en la historia: se humanizó.

El gobernador del estado se quedó tranquilo, sabe que las rechiflas ficticias tienen un trasfondo político que en su momento será atendido, pero lo más importante es que aun con el cambio de gobierno federal, mantiene la estabilidad, el crecimiento y las buenas expectativas para la gente, más allá de politiquerías para generar escenarios inexistentes que ni al mismo presidente de México convencieron.

CONTRASEÑA

Un ejercicio innovador, de esos que se hacen a botepronto, entre personas de ascendencia, importantes, con empresas exitosas, incursiones en la política y respetabilidad en la sociedad, sobre encontrar los nombres de al menos 10 personas honestas, que tengan una trayectoria no basada en rumores, chismes o asegunes, sino que sus actos y resultados a lo largo de la vida hablen por ellos, dejando de lado si caen bien o mal, si “se dice” de ellos esto o lo otro, arrojó los siguientes nombres: Gabriel Ramírez, Guillermo Baltazar Alvear, Daniel Pedroza Gaytán, Juan Ramiro Robledo, Juan Manuel Carreras, Eduardo Izar Robles, Jacobo Payán Latuff, Jorge Lozano Armengol y Jacobo Payán Espinosa…Ellos pueden andar por la ciudad con la frente en alto, porque han resistido las tentaciones que genera el ejercicio del poder público o empresarial, han tenido en sus manos grandes decisiones y no se han doblado. Si bien hay, evidentemente, muchas personas honestas en San Luis Potosí, éstas, por lo que representan, vale la pena destacarlas y felicitarlas…cuenta una anécdota que estaba el gobernador Antonio Rocha Cordero dictándole al escribano Tomás Medina Ponce la lista de quienes serían aspirantes a una candidatura de diputado federal. “A ver Tomasito, escríbale: fulano, mengano, perengano….¿quien más? ¿quién más?”…en eso voltea su interlocutor, con mirada de súplica, queriendo aprovechar la coyuntura y se toca el pecho con sus dedos: “yo mero jefe”…”usted tecleéle caón”…HASTA LA PROXIMA