/ viernes 29 de julio de 2022

La economía exige prudencia | Entorno Empresarial

En este espacio nos hemos referido a diferentes temas como son: inflación, incremento de las tasas de interés, recesión, desaceleración del consumo, etc.

Todos estos tópicos están modificando la toma decisiones, de gobiernos, empresas y familias, en el que un panorama positivo no figura para el próximo año.

Por una parte las empresas están siendo más cautelosas en su porcentaje de deuda contraída, así como evaluar si los incrementos en los insumos los absorberán para conservar un precio competitivo o de plano se lo traslada al consumidor. Como también, desde que inicio la pandemia han sido mas conservadoras en el aumento de sueldos y en su gasto, lo que se ha traducido en que no hayan aumentado los sueldos de sus trabajadores en mas de tres ciclos fiscales o por lo menos dos.

Lo anterior nos da pie a mencionar a las familias que se les ha visto pulverizado su ingreso, por una parte la inflación tiene mucho que ver, puesto que el aumento de productos y servicio hace que se destine más a lo esencial. El gas, la electricidad, el agua, las colegiaturas, los alimentos, son solo algunos de muchos que podríamos mencionar.

Si a esto le agregamos que al no tener el suficiente ingreso se recurre al endeudamiento con tarjetas de crédito principalmente, con unas tasas de interés en aumento y que si no atienden esas deudas, el aumento del pago de intereses será cada vez mayor por la tasa de interés creciente o bien por lo poco que se abona a la deuda. Este tipo de situaciones puede salirse de control.

Y tenemos así un circulo vicioso en el que las personas dejan de comprar puesto que no les alcanza y lo destinan a lo esencial, las empresas dejan de producir y se aprietan el cinturón y se realizan reformas para lidiar con su deuda, y los costos fijos y variables.

Y así podríamos continuar con la falta de una verdadera política industrial y comercial en nuestro país y una raquítica inversión nacional, aunado a las decisiones con una carencia total de experiencia por parte de esta administración, una asignación de recursos muy focalizada, con controversias en el TEMEC y muchos muchos otros desatinos que no repercute de manera positiva en el crecimiento económico.

La reflexión que hay que hacer es de prudencia y mantener la parte financiera controlada y ser conservador para esta segunda mitad del año así como del 2023 tanto empresas, familias y gobiernos.

En este espacio nos hemos referido a diferentes temas como son: inflación, incremento de las tasas de interés, recesión, desaceleración del consumo, etc.

Todos estos tópicos están modificando la toma decisiones, de gobiernos, empresas y familias, en el que un panorama positivo no figura para el próximo año.

Por una parte las empresas están siendo más cautelosas en su porcentaje de deuda contraída, así como evaluar si los incrementos en los insumos los absorberán para conservar un precio competitivo o de plano se lo traslada al consumidor. Como también, desde que inicio la pandemia han sido mas conservadoras en el aumento de sueldos y en su gasto, lo que se ha traducido en que no hayan aumentado los sueldos de sus trabajadores en mas de tres ciclos fiscales o por lo menos dos.

Lo anterior nos da pie a mencionar a las familias que se les ha visto pulverizado su ingreso, por una parte la inflación tiene mucho que ver, puesto que el aumento de productos y servicio hace que se destine más a lo esencial. El gas, la electricidad, el agua, las colegiaturas, los alimentos, son solo algunos de muchos que podríamos mencionar.

Si a esto le agregamos que al no tener el suficiente ingreso se recurre al endeudamiento con tarjetas de crédito principalmente, con unas tasas de interés en aumento y que si no atienden esas deudas, el aumento del pago de intereses será cada vez mayor por la tasa de interés creciente o bien por lo poco que se abona a la deuda. Este tipo de situaciones puede salirse de control.

Y tenemos así un circulo vicioso en el que las personas dejan de comprar puesto que no les alcanza y lo destinan a lo esencial, las empresas dejan de producir y se aprietan el cinturón y se realizan reformas para lidiar con su deuda, y los costos fijos y variables.

Y así podríamos continuar con la falta de una verdadera política industrial y comercial en nuestro país y una raquítica inversión nacional, aunado a las decisiones con una carencia total de experiencia por parte de esta administración, una asignación de recursos muy focalizada, con controversias en el TEMEC y muchos muchos otros desatinos que no repercute de manera positiva en el crecimiento económico.

La reflexión que hay que hacer es de prudencia y mantener la parte financiera controlada y ser conservador para esta segunda mitad del año así como del 2023 tanto empresas, familias y gobiernos.