/ viernes 3 de septiembre de 2021

Informe de Gobierno o Mañanera

Como estipula la Constitución, con el arranque de cada sesión ordinaria de cada año en el Congreso, el titular del Ejecutivo en turno debe presentar un informe sobre el estado de la administración pública de la República.

En su Tercer Informe de Gobierno, el presidente una lista de repetitivas falacias históricas que ha logrado su gobierno basado en cifras con “sus datos”.

La Consultoría política SPIN reveló que López Obrador, llega a su Tercer Informe de Gobierno con más de 61 mil declaraciones falsas o engañosas dichas desde su “púlpito” mañanero.

En este contexto se ha hecho poco para recuperar el crecimiento económico y han aumentado en pobreza a más de 5 millones de mexicanos. Se perdieron más de 10 millones de empleos informales y formales. La pobreza laboral aumentó entre el primer trimestre de 2020 y el segundo trimestre de 2021.

Lo cierto es que este informe reduce las expectativas en muchas materias, con respecto al primer año de gobierno en donde se afirmó que en estas fechas estaría pacificado el país y que tendríamos un sistema de salud como Dinamarca.

Ser además autosuficientes, otra de las promesas que no llegan a término, por dar un ejemplo actualmente el país importa maíz más que nunca.

Por otra parte el hacer alarde de las remesas y su aumento histórico es como decir que nuestro trabajo no vale y que nuestras condiciones son paupérrimas que obliga a ir a otro país.

Lo más lacerante es el sistema de salud, cuántos de los lectores no tendrán colección de recetas en las que se les pone el sello de medicamento pendiente y tener que comprarlo en farmacias con una considerable diferencia de precios donde se diluye el aumento en pensiones en el caso de los adultos mayores.

En síntesis es innegable que el país sea empático con la persona del Presidente, pero no con sus políticas que se notan en la seguridad y el bolsillo.

El problema es que eso no es suficiente y el presidente, en su ánimo de romper con todo el pasado, toma decisiones que carecen de la mínima base técnica. Por eso los programas sociales no benefician a los más pobres, el nuevo sistema de salud deja sin servicios a 15 millones de personas, la construcción del aeropuerto sale casi igual de cara que haber terminado el aeropuerto en Texcoco, acaba con organismos que no domina y más casos donde no existe una lógica más allá de la suya.

Como estipula la Constitución, con el arranque de cada sesión ordinaria de cada año en el Congreso, el titular del Ejecutivo en turno debe presentar un informe sobre el estado de la administración pública de la República.

En su Tercer Informe de Gobierno, el presidente una lista de repetitivas falacias históricas que ha logrado su gobierno basado en cifras con “sus datos”.

La Consultoría política SPIN reveló que López Obrador, llega a su Tercer Informe de Gobierno con más de 61 mil declaraciones falsas o engañosas dichas desde su “púlpito” mañanero.

En este contexto se ha hecho poco para recuperar el crecimiento económico y han aumentado en pobreza a más de 5 millones de mexicanos. Se perdieron más de 10 millones de empleos informales y formales. La pobreza laboral aumentó entre el primer trimestre de 2020 y el segundo trimestre de 2021.

Lo cierto es que este informe reduce las expectativas en muchas materias, con respecto al primer año de gobierno en donde se afirmó que en estas fechas estaría pacificado el país y que tendríamos un sistema de salud como Dinamarca.

Ser además autosuficientes, otra de las promesas que no llegan a término, por dar un ejemplo actualmente el país importa maíz más que nunca.

Por otra parte el hacer alarde de las remesas y su aumento histórico es como decir que nuestro trabajo no vale y que nuestras condiciones son paupérrimas que obliga a ir a otro país.

Lo más lacerante es el sistema de salud, cuántos de los lectores no tendrán colección de recetas en las que se les pone el sello de medicamento pendiente y tener que comprarlo en farmacias con una considerable diferencia de precios donde se diluye el aumento en pensiones en el caso de los adultos mayores.

En síntesis es innegable que el país sea empático con la persona del Presidente, pero no con sus políticas que se notan en la seguridad y el bolsillo.

El problema es que eso no es suficiente y el presidente, en su ánimo de romper con todo el pasado, toma decisiones que carecen de la mínima base técnica. Por eso los programas sociales no benefician a los más pobres, el nuevo sistema de salud deja sin servicios a 15 millones de personas, la construcción del aeropuerto sale casi igual de cara que haber terminado el aeropuerto en Texcoco, acaba con organismos que no domina y más casos donde no existe una lógica más allá de la suya.