/ domingo 14 de julio de 2019

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¡Carta de una madre a su hija!

Mundo de jorobados

Cada vez es más frecuente ver en las noticias cómo padres de la tercera edad, son llevados por sus hijos o parientes cercanos a asilos lo que le llaman ahora casas de reposo, en donde pasan sus últimos meses o años solios, sin que nadie los visite, sin que se interese nadie en ellos.

Al pasar de los años vemos como muchas familias se ven en la necesidad de llevar a alguno de sus padres a una casa de reposo, hemos visto como teniendo hijos, nietos, hermanos, sobrinos pasan sus últimos días seres humanos que se encuentran solitos. Aquí una breve pero muy profunda reflexión, amigos lectores. Esta es una carta de una madre a su hija.

“Mi querida hija, el día que me veas vieja, te pido por favor que tengas paciencia, pero sobre todo trata de entenderme. Si cuando hablamos, repito lo mismo mil veces, no me interrumpas para decirme “eso ya me lo contaste” solamente escúchame por favor.

Cuando no me quiera bañar, no me regañes y por favor no trates de avergonzarme, solamente recuerda las veces que yo tuve que perseguirte con miles de excusas para que te bañaras cuando eras niña.

Cuando veas mi ignorancia ante la nueva tecnología, dame el tiempo necesario para aprender, y por favor no hagas esos ojos ni esas caras de desesperada.

Recuerda mi querida, que yo te enseñé a hacer muchas cosas como comer apropiadamente, vestirte y peinarte por ti misma y como confrontar y lidiar con la vida.

El día que notes que me estoy volviendo vieja, por favor, ten paciencia conmigo y sobre todo trata de entenderme.

Si ocasionalmente pierdo la memoria o el hilo de la conversación, dame el tiempo necesario para recordar y si no puedo, no te pongas nerviosa, impaciente o arrogante.

Solamente ten presente en tu corazón que lo más importante para mí es estar contigo y que me escuches. Y cuando mis cansadas y viejas piernas, no me dejen caminar como antes, dame tu mano, de la misma manera que yo te las ofrecí cuando diste tus primero pasos.

Cuando estos días vengan, no te debes sentir triste o incompetente de verme así, sólo te pido que estés conmigo, que trates de entenderme y ayudarme mientras llego al final de mi vida con amor.

Y con gran cariño por el regalo de tiempo y vida, que tuvimos la dicha de compartir juntas, te lo agradeceré.

Los invito para que nos escriban a la siguiente dirección:

anavaldez@prodigy.net.mx

Fb: /anamariavaldezcastrejon

TW: @anacastrejon

¡Carta de una madre a su hija!

Mundo de jorobados

Cada vez es más frecuente ver en las noticias cómo padres de la tercera edad, son llevados por sus hijos o parientes cercanos a asilos lo que le llaman ahora casas de reposo, en donde pasan sus últimos meses o años solios, sin que nadie los visite, sin que se interese nadie en ellos.

Al pasar de los años vemos como muchas familias se ven en la necesidad de llevar a alguno de sus padres a una casa de reposo, hemos visto como teniendo hijos, nietos, hermanos, sobrinos pasan sus últimos días seres humanos que se encuentran solitos. Aquí una breve pero muy profunda reflexión, amigos lectores. Esta es una carta de una madre a su hija.

“Mi querida hija, el día que me veas vieja, te pido por favor que tengas paciencia, pero sobre todo trata de entenderme. Si cuando hablamos, repito lo mismo mil veces, no me interrumpas para decirme “eso ya me lo contaste” solamente escúchame por favor.

Cuando no me quiera bañar, no me regañes y por favor no trates de avergonzarme, solamente recuerda las veces que yo tuve que perseguirte con miles de excusas para que te bañaras cuando eras niña.

Cuando veas mi ignorancia ante la nueva tecnología, dame el tiempo necesario para aprender, y por favor no hagas esos ojos ni esas caras de desesperada.

Recuerda mi querida, que yo te enseñé a hacer muchas cosas como comer apropiadamente, vestirte y peinarte por ti misma y como confrontar y lidiar con la vida.

El día que notes que me estoy volviendo vieja, por favor, ten paciencia conmigo y sobre todo trata de entenderme.

Si ocasionalmente pierdo la memoria o el hilo de la conversación, dame el tiempo necesario para recordar y si no puedo, no te pongas nerviosa, impaciente o arrogante.

Solamente ten presente en tu corazón que lo más importante para mí es estar contigo y que me escuches. Y cuando mis cansadas y viejas piernas, no me dejen caminar como antes, dame tu mano, de la misma manera que yo te las ofrecí cuando diste tus primero pasos.

Cuando estos días vengan, no te debes sentir triste o incompetente de verme así, sólo te pido que estés conmigo, que trates de entenderme y ayudarme mientras llego al final de mi vida con amor.

Y con gran cariño por el regalo de tiempo y vida, que tuvimos la dicha de compartir juntas, te lo agradeceré.

Los invito para que nos escriban a la siguiente dirección:

anavaldez@prodigy.net.mx

Fb: /anamariavaldezcastrejon

TW: @anacastrejon