/ domingo 24 de febrero de 2019

Hablemos de Cine

Guerra fría, de PawelPawlikowski

Ficha técnica: Director: PawelPawlikowski, Guión: PawelPwlikowski y JanuszGloscki, Fotografía: LukaszZal, Género: Drama, romance, musical, País: Polonia, Gran Bretaña, Francia, 2018, Intérpretes: Joanne Kulig (Zula), TomaszKot (Wiktor), BorysSzyc (Lench), JeannaBaliber (Juliette), AgataKulesza (Irena)

Estamos de suerte, el estreno de la película de origen polaco GUERRA FRÍA es una gran oportunidad para ver un cine de gran calidad y hasta diferente a lo que normalmente vemos en las carteleras.

Hay que decir que la cinta se exhibe en pocas pantallas y en horarios alternados, como escondida entre los complejos de cine más alejados, y eso tiene cierto sentido, es una cinta polaca, con actores que nadie conoce, pero a fin de cuentas la podemos y eso hay que celebrarlo.

La película ha sido premiada en diferentes certámenes de Cine y su director Pawel Pawlikowski fue galardonado como el mejor director en el pasado Festival de Cannes, lo que habla de su trabajo y de su arte creativo en este, apenas su segundo filme como realizador.

Con todos estos palmarés, GUERRA FRÍA compite también en los próximos premios OSCAR y, sin duda, es una seria aspirante a ganar como la mejor cinta extranjera en donde compite con la película ROMA de Alfonso Cuarón.

Es de destacar que GUERRA FRÍA como ROMA tienen algunas cosas en común que las hace diferentes a las demás. Están filmadas en blanco y negro, en el caso de GUERRA FRÍA utiliza un formato llamado “académico 4.3”, como el que se usaba en los filmes realizados en los años cincuenta, lo que hace que los rostros de los protagonistas destaquen resaltando sus gestos que se acentúan en la pantalla.

Pero el rasgo más distintivo entre las dos películas es que ambas parten de los recuerdos de su realizador. En el caso de Cuarón, es su infancia al lado de su madre, de sus amigos y hermanos y, de manera especial, de su nana, como su hada protectora a la que recuerda con mucho cariño y gratitud.

Pawlikowski toma otro camino, el recuerdo de sus padres, que vivieron su amor por muchos años, pero en muchas ocasiones separados, incluso otras veces persiguiéndose y atormentándose mutuamente, en un claro ejemplo de un amor que no debería de darse, pero que resultaba irresistible para ellos haciendo imposible el abandono.

Eso nos lleva a la trama de la película, una historia ambientada en los años cincuenta, en plena guerra fría inmediatamente después del fin del conflicto bélico. En ese ambiente hostil donde parecería que la desesperanza y la amargura se ha apoderado de todos, una pareja se conoce por casualidad.

Eso sucede cuando Zula, una joven y bella mujer, se presenta a una audición donde se topará con Wiktor, encargado de evaluar a las aspirantes. El flechazo entre ambos es instantáneo y de inmediato inician una relación sin darse cuenta que son de diferentes temperamentos y de ideas contrarias a los tiempos que están viviendo.

Zula es una mujer práctica, pragmática, que se adapta con facilidad a los vaivenes del socialismo que se practica en el país, Wiktor, en cambio, es un fanático disfrazado de romántico que siempre está en rebelión ante los dictados de la propaganda oficial por lo que decide abandonar el país e instalarse en París.

Ese autoexilio de Wiktor es la primera prueba para los amantes, Zula no lo sigue lo que lo llena de furia mientras se gana la vidacomo pianista en un club de jazz, pero pronto las circunstancias los volverán a reunir encendiendo la llama de la pasión, hasta que otra vez se vuelven a separar y así, permanecerán por muchos años, unidos por un gran amor, pero también desunidos por sus temperamentos y la fatalidad de su cruel destino.

La historia de amor de estos amantes es también una manera de enmarcar un fondo político-social que les tocó vivir y que los marcaría para siempre, todo realizado con exquisitez por el director y guionista en una narrativa que rompe con los estereotipos tradicionales vistos en los idilios llenos de pasión para mostrarnos una relación intensa, apasionada pero no exenta de momentos crueles y tormentosos.

Pawlikowski nos brinda una película llena de arte, con una espléndida fotografía y actuaciones sobresalientes que nos reconcilian con el buen cine; sin embargo, es justo decir que no es una película que pueda gustar a todos, no tiene escenas espectaculares ni efectos especiales que atrapen al espectador. GUERRA FRÍA es para repasar cada escena y ver con detalle lo que está sucediendo lo que nos lleva a la reflexión sobre el comportamiento humano que a veces resulta incomprensible.

Como una anécdota por demás curiosa e interesante, resulta que el director polaco PawelPawlikowski conoce a Alfonso Cuarón con el cual mantiene una relación muy amistosa y donde el director polaco menciona que el mexicano lo alentó a realizar esta película que ahora compite con ROMA por el premio OSCAR, cosas de la vida que tienen que ver con las fechas de lanzamiento donde tal vez una de ellas le gane a la otra. Cosas de la vida y en este caso, que gane la mejor, en realidad, el ganar o no el promocionado premio no le resta méritos a ambas películas.

Guerra fría, de PawelPawlikowski

Ficha técnica: Director: PawelPawlikowski, Guión: PawelPwlikowski y JanuszGloscki, Fotografía: LukaszZal, Género: Drama, romance, musical, País: Polonia, Gran Bretaña, Francia, 2018, Intérpretes: Joanne Kulig (Zula), TomaszKot (Wiktor), BorysSzyc (Lench), JeannaBaliber (Juliette), AgataKulesza (Irena)

Estamos de suerte, el estreno de la película de origen polaco GUERRA FRÍA es una gran oportunidad para ver un cine de gran calidad y hasta diferente a lo que normalmente vemos en las carteleras.

Hay que decir que la cinta se exhibe en pocas pantallas y en horarios alternados, como escondida entre los complejos de cine más alejados, y eso tiene cierto sentido, es una cinta polaca, con actores que nadie conoce, pero a fin de cuentas la podemos y eso hay que celebrarlo.

La película ha sido premiada en diferentes certámenes de Cine y su director Pawel Pawlikowski fue galardonado como el mejor director en el pasado Festival de Cannes, lo que habla de su trabajo y de su arte creativo en este, apenas su segundo filme como realizador.

Con todos estos palmarés, GUERRA FRÍA compite también en los próximos premios OSCAR y, sin duda, es una seria aspirante a ganar como la mejor cinta extranjera en donde compite con la película ROMA de Alfonso Cuarón.

Es de destacar que GUERRA FRÍA como ROMA tienen algunas cosas en común que las hace diferentes a las demás. Están filmadas en blanco y negro, en el caso de GUERRA FRÍA utiliza un formato llamado “académico 4.3”, como el que se usaba en los filmes realizados en los años cincuenta, lo que hace que los rostros de los protagonistas destaquen resaltando sus gestos que se acentúan en la pantalla.

Pero el rasgo más distintivo entre las dos películas es que ambas parten de los recuerdos de su realizador. En el caso de Cuarón, es su infancia al lado de su madre, de sus amigos y hermanos y, de manera especial, de su nana, como su hada protectora a la que recuerda con mucho cariño y gratitud.

Pawlikowski toma otro camino, el recuerdo de sus padres, que vivieron su amor por muchos años, pero en muchas ocasiones separados, incluso otras veces persiguiéndose y atormentándose mutuamente, en un claro ejemplo de un amor que no debería de darse, pero que resultaba irresistible para ellos haciendo imposible el abandono.

Eso nos lleva a la trama de la película, una historia ambientada en los años cincuenta, en plena guerra fría inmediatamente después del fin del conflicto bélico. En ese ambiente hostil donde parecería que la desesperanza y la amargura se ha apoderado de todos, una pareja se conoce por casualidad.

Eso sucede cuando Zula, una joven y bella mujer, se presenta a una audición donde se topará con Wiktor, encargado de evaluar a las aspirantes. El flechazo entre ambos es instantáneo y de inmediato inician una relación sin darse cuenta que son de diferentes temperamentos y de ideas contrarias a los tiempos que están viviendo.

Zula es una mujer práctica, pragmática, que se adapta con facilidad a los vaivenes del socialismo que se practica en el país, Wiktor, en cambio, es un fanático disfrazado de romántico que siempre está en rebelión ante los dictados de la propaganda oficial por lo que decide abandonar el país e instalarse en París.

Ese autoexilio de Wiktor es la primera prueba para los amantes, Zula no lo sigue lo que lo llena de furia mientras se gana la vidacomo pianista en un club de jazz, pero pronto las circunstancias los volverán a reunir encendiendo la llama de la pasión, hasta que otra vez se vuelven a separar y así, permanecerán por muchos años, unidos por un gran amor, pero también desunidos por sus temperamentos y la fatalidad de su cruel destino.

La historia de amor de estos amantes es también una manera de enmarcar un fondo político-social que les tocó vivir y que los marcaría para siempre, todo realizado con exquisitez por el director y guionista en una narrativa que rompe con los estereotipos tradicionales vistos en los idilios llenos de pasión para mostrarnos una relación intensa, apasionada pero no exenta de momentos crueles y tormentosos.

Pawlikowski nos brinda una película llena de arte, con una espléndida fotografía y actuaciones sobresalientes que nos reconcilian con el buen cine; sin embargo, es justo decir que no es una película que pueda gustar a todos, no tiene escenas espectaculares ni efectos especiales que atrapen al espectador. GUERRA FRÍA es para repasar cada escena y ver con detalle lo que está sucediendo lo que nos lleva a la reflexión sobre el comportamiento humano que a veces resulta incomprensible.

Como una anécdota por demás curiosa e interesante, resulta que el director polaco PawelPawlikowski conoce a Alfonso Cuarón con el cual mantiene una relación muy amistosa y donde el director polaco menciona que el mexicano lo alentó a realizar esta película que ahora compite con ROMA por el premio OSCAR, cosas de la vida que tienen que ver con las fechas de lanzamiento donde tal vez una de ellas le gane a la otra. Cosas de la vida y en este caso, que gane la mejor, en realidad, el ganar o no el promocionado premio no le resta méritos a ambas películas.

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