/ domingo 3 de febrero de 2019

Hablemos de Cine

LA MULA, de Clint Eastwood

  • Ficha técnica
  • Director: Clint Eastwood
  • Guión: Nick Schenk
  • Fotografía. Yves Belanger
  • Música: Arturo Sandoval
  • Edición: Joel Crox
  • Género: Policiaco
  • País: Estados Unidos, 2018.

Intérpretes: Clint Eastwood (Earl Stone), Bradley Cooper (agente Colin Bates), Laurence Fishburne (jefe de agentes), Michael Peña (agente Treviño), DianneWiest (Mary), Andy García (Laton), Alison Eastwood (Iris), TaissaFarmiga (Gianny).

Quién como Clint Eastwood que es dueño de una extensa y brillante filmografía reconocida por la crítica y los cinéfilos de todo el mundo además de una gran presencia como actor donde ha interpretado a personajes memorable que forman parte de la memoria colectiva de varias generaciones de espectadores.

Hablar de sus películas puede resultar ocioso, pero centrémonos en “El gran Torino”, filme que realizó hace diez años en donde dirige y actúa, además de otros participar en rublos del filme, como lo vuelve a hacer en LA MULA, la última cinta de este gran cineasta.

Esa similitud en la dualidad de actividades tiene que ver también con el personaje, un hombre solitario, huraño, avejentado y que la vida le da la oportunidad de redimirse y hasta de inmolarse como sucede en “El gran Torino”, como una manera de ajustar cuentas con su pasado repleto de errores y de sinsabores en su núcleo familiar.

En LA MULA, el maestro Eastwood le da vida a Earl, un viejo dedicado al cultivo de lirios donde le va bien hasta que la tecnología lo rebasa y el negocio se va a pique dejando al anciano en la quiebra y más solo que nunca.

Es en una fiesta de su nieta, en donde, por cierto, no es bien recibido por su esposa e hija, donde un invitado le ofrece un trabajo fácil y bien pagado que consiste en llevar encargos de un lugar a otro. Earl se resiste a aceptar, pero su situación es crítica y además, termina razonando, solo basta con manejar mi vieja camioneta por lo que hasta divertido puede resultar el trabajo.

A un encargo sigue otro, y muchos más, sin que el viejo tenga algún problema por lo que empieza a recibir mucho dinero por las actividades que realiza, eso significa también para el Tata, como lo empiezan a llamar, estar subordinado a un grupo criminal donde los mexicanos son los amos y señores de los encargos que está haciendo, algo que al viejo no le quita el sueño.

Pero hacer un ilícito es un error y Earl pronto volverá a seguir pagando por sus errores cuando la ley le sigue los pasos y a la que deberá rendirle cuentas tarde o temprano; en este caso, el personaje de Eastwood no se inmola como en “El gran Torino”, pero se condena como una salida ética, que le ayudará a sacudirse un poco la pesada carga que lleva en sus espaldas.

La maestría de este veterano cineasta hace de LA MULA una gran película que puede ser vista desde varios ángulos o lecturas, habla del narcotráfico y los riesgos que esta actividad arrastra con los demás, habla también de los problemas familiares y del desapego que tienen algunos hacia sus seres queridos a los que abandonan en los momentos más importantes.

Y también habla de la vejez, del tiempo al que todos le rendimos pleitesía mientras la soledad se apodera de nosotros sin darnos apenas cuenta que la vida se acaba y que lo único que hay que hacer es vivir lo mejor posible antes que la muerte nos encuentre. Earl al menos así piensa, sabe que se juega la vida en cada entrega o que la policía lo va a pescar tarde o temprano pero, qué caray, el riesgo vale la pena.

Y es que Earl es el clásico hombre americano patriotero y orgulloso de su raza y sus costumbres, capaz de ayudar a una familia negra, pero sin dejar de insultarla por su color o bien, considerar a los mexicanos inferiores, nacos y vulgares, aunque trabaje para ellos y aunque estos vivan en la opulencia producto de su sagacidad criminal.

Eso lo sabe muy bien Eastwood como director quien de manera magistral hace un estudio de lo cotidiano, de las cosas simples y sencillas como manejar en carretera, escuchar música y cantar aquella canción que signifique algo en su vida, porque Eastwood sabe muy bien que lo cotidiano tiene trascendencia y resulta esencial para el ser humano, en especial para aquel que ha dejado la Juventud desde hace tiempo.

Eso hace que Earl desprecie la actualidad de las cosas, como el internet, los teléfonos celulares, a los cuales les tiene pavor porque delatan su ignorancia e incapacidad para entenderlos, pero a la vez, es dueño de un gran corazón que se preocupa por sus amigos de condición y que sabe reconocer sus errores, no para buscar la redención ni renegar de ellos, sino simplemente aceptar que se hicieron y punto.

Esa actitud del Tata, es una cotidianidad dentro de la trama, donde parecería que no pasa nada, en un ir y venir del personaje que resulta monótona y aburrida para algunos espectadores en busca de la acción y que salen decepcionados de la sala sin entender el porqué no hay persecuciones ni balazos si es una película de narcos.

Pero Eastwood y Earl ya no usan ni requieren de la acción desmedida, simplemente porque ambos han aprendido a dilatar el tiempo y en ese ejercicio, alcanzar el gran logro de encontrar la paz interior al final del camino, en una armonía con la vida de aquel que sabe que la felicidad se encuentra en los pequeños detalles de las cosas, en un amanecer, o en una flor, que merece toda su atención.

Visto desde otro punto de vista, LA MULA es una gran oportunidad para admirar el trabajo de un hombre anciano que sigue activo, desarrollando su talento, aceptando su condición y presentándose ante todos como tal, altivo, orgulloso de su arte y con una energía y vitalidad envidiable que significa una enorme lección para todos y un ejemplo para aquellos que se fastidian con el paso del tiempo.

Ojalá haya Eastwood para rato y mientras tanto, amable lector, por nada deje de ver esta magnífica película.

E mail: ernestorobledo@hotmail.com

LA MULA, de Clint Eastwood

  • Ficha técnica
  • Director: Clint Eastwood
  • Guión: Nick Schenk
  • Fotografía. Yves Belanger
  • Música: Arturo Sandoval
  • Edición: Joel Crox
  • Género: Policiaco
  • País: Estados Unidos, 2018.

Intérpretes: Clint Eastwood (Earl Stone), Bradley Cooper (agente Colin Bates), Laurence Fishburne (jefe de agentes), Michael Peña (agente Treviño), DianneWiest (Mary), Andy García (Laton), Alison Eastwood (Iris), TaissaFarmiga (Gianny).

Quién como Clint Eastwood que es dueño de una extensa y brillante filmografía reconocida por la crítica y los cinéfilos de todo el mundo además de una gran presencia como actor donde ha interpretado a personajes memorable que forman parte de la memoria colectiva de varias generaciones de espectadores.

Hablar de sus películas puede resultar ocioso, pero centrémonos en “El gran Torino”, filme que realizó hace diez años en donde dirige y actúa, además de otros participar en rublos del filme, como lo vuelve a hacer en LA MULA, la última cinta de este gran cineasta.

Esa similitud en la dualidad de actividades tiene que ver también con el personaje, un hombre solitario, huraño, avejentado y que la vida le da la oportunidad de redimirse y hasta de inmolarse como sucede en “El gran Torino”, como una manera de ajustar cuentas con su pasado repleto de errores y de sinsabores en su núcleo familiar.

En LA MULA, el maestro Eastwood le da vida a Earl, un viejo dedicado al cultivo de lirios donde le va bien hasta que la tecnología lo rebasa y el negocio se va a pique dejando al anciano en la quiebra y más solo que nunca.

Es en una fiesta de su nieta, en donde, por cierto, no es bien recibido por su esposa e hija, donde un invitado le ofrece un trabajo fácil y bien pagado que consiste en llevar encargos de un lugar a otro. Earl se resiste a aceptar, pero su situación es crítica y además, termina razonando, solo basta con manejar mi vieja camioneta por lo que hasta divertido puede resultar el trabajo.

A un encargo sigue otro, y muchos más, sin que el viejo tenga algún problema por lo que empieza a recibir mucho dinero por las actividades que realiza, eso significa también para el Tata, como lo empiezan a llamar, estar subordinado a un grupo criminal donde los mexicanos son los amos y señores de los encargos que está haciendo, algo que al viejo no le quita el sueño.

Pero hacer un ilícito es un error y Earl pronto volverá a seguir pagando por sus errores cuando la ley le sigue los pasos y a la que deberá rendirle cuentas tarde o temprano; en este caso, el personaje de Eastwood no se inmola como en “El gran Torino”, pero se condena como una salida ética, que le ayudará a sacudirse un poco la pesada carga que lleva en sus espaldas.

La maestría de este veterano cineasta hace de LA MULA una gran película que puede ser vista desde varios ángulos o lecturas, habla del narcotráfico y los riesgos que esta actividad arrastra con los demás, habla también de los problemas familiares y del desapego que tienen algunos hacia sus seres queridos a los que abandonan en los momentos más importantes.

Y también habla de la vejez, del tiempo al que todos le rendimos pleitesía mientras la soledad se apodera de nosotros sin darnos apenas cuenta que la vida se acaba y que lo único que hay que hacer es vivir lo mejor posible antes que la muerte nos encuentre. Earl al menos así piensa, sabe que se juega la vida en cada entrega o que la policía lo va a pescar tarde o temprano pero, qué caray, el riesgo vale la pena.

Y es que Earl es el clásico hombre americano patriotero y orgulloso de su raza y sus costumbres, capaz de ayudar a una familia negra, pero sin dejar de insultarla por su color o bien, considerar a los mexicanos inferiores, nacos y vulgares, aunque trabaje para ellos y aunque estos vivan en la opulencia producto de su sagacidad criminal.

Eso lo sabe muy bien Eastwood como director quien de manera magistral hace un estudio de lo cotidiano, de las cosas simples y sencillas como manejar en carretera, escuchar música y cantar aquella canción que signifique algo en su vida, porque Eastwood sabe muy bien que lo cotidiano tiene trascendencia y resulta esencial para el ser humano, en especial para aquel que ha dejado la Juventud desde hace tiempo.

Eso hace que Earl desprecie la actualidad de las cosas, como el internet, los teléfonos celulares, a los cuales les tiene pavor porque delatan su ignorancia e incapacidad para entenderlos, pero a la vez, es dueño de un gran corazón que se preocupa por sus amigos de condición y que sabe reconocer sus errores, no para buscar la redención ni renegar de ellos, sino simplemente aceptar que se hicieron y punto.

Esa actitud del Tata, es una cotidianidad dentro de la trama, donde parecería que no pasa nada, en un ir y venir del personaje que resulta monótona y aburrida para algunos espectadores en busca de la acción y que salen decepcionados de la sala sin entender el porqué no hay persecuciones ni balazos si es una película de narcos.

Pero Eastwood y Earl ya no usan ni requieren de la acción desmedida, simplemente porque ambos han aprendido a dilatar el tiempo y en ese ejercicio, alcanzar el gran logro de encontrar la paz interior al final del camino, en una armonía con la vida de aquel que sabe que la felicidad se encuentra en los pequeños detalles de las cosas, en un amanecer, o en una flor, que merece toda su atención.

Visto desde otro punto de vista, LA MULA es una gran oportunidad para admirar el trabajo de un hombre anciano que sigue activo, desarrollando su talento, aceptando su condición y presentándose ante todos como tal, altivo, orgulloso de su arte y con una energía y vitalidad envidiable que significa una enorme lección para todos y un ejemplo para aquellos que se fastidian con el paso del tiempo.

Ojalá haya Eastwood para rato y mientras tanto, amable lector, por nada deje de ver esta magnífica película.

E mail: ernestorobledo@hotmail.com

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