/ domingo 16 de junio de 2019

¡Feliz Día del Padre!

EL DÍA QUE ME VEAS VIEJO O VIEJA

Este día del padre reciban mis felicitaciones, amigos lectores, que tienen la fortuna de ser papás. Comparto con ustedes la siguiente reflexión, que aplica tanto a los padres como a las madres, a nuestros viejitos queridos, se trata de una carta de una madre o padre a una hija.

Mi querida hija, el día que me veas vieja(o), te pido por favor que tengas paciencia, pero sobre todo trata de entenderme. Si cuando hablamos, repito lo mismo mil veces, no me interrumpas para decirme “eso ya me lo contaste”, solamente escúchame por favor.

Y recordar los tiempos en que eras niña y yo te leía la misma historia, noche tras noche hasta que te quedabas dormida.

Cuando no me quiera bañar, no me regañes y por favor no trates de avergonzarme, solamente recuerda las veces que yo tuve que perseguirte con miles de excusas para que te bañaras cuando eras niña.

Cuando veas mi ignorancia ante la nueva tecnología, dame el tiempo necesario para aprender, y por favor no hagas esos ojos ni esas caras de desesperada.

Recuerda mi querida hija, que yo te enseñé a hacer muchas cosas como comer apropiadamente, vestirte y peinarte por ti misma y como confrontar y lidiar con la vida.

El día que notes que me estoy volviendo vieja(o), por favor, ten paciencia conmigo y sobre todo trata de entenderme.

Si ocasionalmente pierdo la memoria o el hilo de la conversación, dame el tiempo necesario para recordar y si no puedo, no te pongas nerviosa, impaciente o arrogante.

Solamente ten presente en tu corazón que lo más importante para mí es estar contigo y que me escuches. Y cuando mis cansadas y viejas piernas, no me dejen caminar como antes, dame tu mano, de la misma manera que yo te las ofrecí cuando diste tus primeros pasos.

Cuando estos días vengan, no te debes sentir triste o incompetente de verme así, sólo te pido que estés conmigo, que trates de entenderme y ayudarme mientras llego al final de mi vida con amor.

Y con gran cariño por el regalo de tiempo y vida, que tuvimos la dicha de compartir juntos, te lo agradeceré.

Con una enorme sonrisa y con el inmenso amor que siempre te he tenido, sólo quiero decirte que te amo, mi querida hija. Conmovedor este escrito que nos hace pensar mucho.

Disfruten a sus padres, quienes tienen la dicha y la bendición de tenerlos todavía...

¡Feliz día del padre!

Me despido con la siguiente reflexión:

“¿Habría que preguntarnos más seguido a nosotros mismos, si hay alguien que esté feliz de habernos conocido?”

¿Qué creen ustedes, aigos lectores? Que tengan una excelente semana y tratemos todos de ser mejores y positivos. Los invito para que nos escriban a nuestras redes sociales: anavaldez@prodigy.net.mx y en Facebook: Facebook.com/anamariavaldezcastrejon, en twitter @anacastrejon

EL DÍA QUE ME VEAS VIEJO O VIEJA

Este día del padre reciban mis felicitaciones, amigos lectores, que tienen la fortuna de ser papás. Comparto con ustedes la siguiente reflexión, que aplica tanto a los padres como a las madres, a nuestros viejitos queridos, se trata de una carta de una madre o padre a una hija.

Mi querida hija, el día que me veas vieja(o), te pido por favor que tengas paciencia, pero sobre todo trata de entenderme. Si cuando hablamos, repito lo mismo mil veces, no me interrumpas para decirme “eso ya me lo contaste”, solamente escúchame por favor.

Y recordar los tiempos en que eras niña y yo te leía la misma historia, noche tras noche hasta que te quedabas dormida.

Cuando no me quiera bañar, no me regañes y por favor no trates de avergonzarme, solamente recuerda las veces que yo tuve que perseguirte con miles de excusas para que te bañaras cuando eras niña.

Cuando veas mi ignorancia ante la nueva tecnología, dame el tiempo necesario para aprender, y por favor no hagas esos ojos ni esas caras de desesperada.

Recuerda mi querida hija, que yo te enseñé a hacer muchas cosas como comer apropiadamente, vestirte y peinarte por ti misma y como confrontar y lidiar con la vida.

El día que notes que me estoy volviendo vieja(o), por favor, ten paciencia conmigo y sobre todo trata de entenderme.

Si ocasionalmente pierdo la memoria o el hilo de la conversación, dame el tiempo necesario para recordar y si no puedo, no te pongas nerviosa, impaciente o arrogante.

Solamente ten presente en tu corazón que lo más importante para mí es estar contigo y que me escuches. Y cuando mis cansadas y viejas piernas, no me dejen caminar como antes, dame tu mano, de la misma manera que yo te las ofrecí cuando diste tus primeros pasos.

Cuando estos días vengan, no te debes sentir triste o incompetente de verme así, sólo te pido que estés conmigo, que trates de entenderme y ayudarme mientras llego al final de mi vida con amor.

Y con gran cariño por el regalo de tiempo y vida, que tuvimos la dicha de compartir juntos, te lo agradeceré.

Con una enorme sonrisa y con el inmenso amor que siempre te he tenido, sólo quiero decirte que te amo, mi querida hija. Conmovedor este escrito que nos hace pensar mucho.

Disfruten a sus padres, quienes tienen la dicha y la bendición de tenerlos todavía...

¡Feliz día del padre!

Me despido con la siguiente reflexión:

“¿Habría que preguntarnos más seguido a nosotros mismos, si hay alguien que esté feliz de habernos conocido?”

¿Qué creen ustedes, aigos lectores? Que tengan una excelente semana y tratemos todos de ser mejores y positivos. Los invito para que nos escriban a nuestras redes sociales: anavaldez@prodigy.net.mx y en Facebook: Facebook.com/anamariavaldezcastrejon, en twitter @anacastrejon