/ domingo 24 de febrero de 2019

Estar Presentes

Estar presente en la vida de otros, llamémoslos familia, amigos, o vecinos es estar presentes en esencia más que en presencia física; en esta nueva era enfrentamos una generación físicamente presentes pero ausentes en espíritu y atención, todos lo percibimos pocos hacemos algo pues desconocemos que estar presentes se trata de ir al desierto del alma con la otra persona sabiendo que no somos responsables de hacer que su dolor o alegria desaparezca, sino de estar ahí, presentes, honrando su espíritu sin dar soluciones o enfocarse al intelecto.

Estar presentes es escuchar con el corazón y no analizar con la cabeza, el silencio presente dice y ayuda más que mil palabras, pues estar presente es dar testimonio de las luchas de quienes nos comparten sus cuitas y alegrías, sus desesperanzas y tristezas sin juzgar o dar dirección a sus luchas, es el don de escuchar estando presentes, es tal vez, callar y decir mil palabras con un abrazo o un apretón de manos, ya que estar presente se trata de acompañar sin dirigir y mucho menos conducir o ser conducido, se trata de caminar al lado sin juzgar o descubrir errores, acompañar y estar presentes es encontrar los dones del silencio sagrado sin llenar de sermones o consejos que no son requeridos.

Cuántas veces acompañamos sin respetar el desorden o confusión de quien simplemente necesita nuestro silencio y presencia, estar presente con quien sufre es quedarse quieto, silencioso, sin movernos o querer mover a quien se encuentra en caos sin darle tiempo y espacio para descubrirlo, estar presente se basa en respeto sin imponer orden o lógica, es aprender de otros sin doctrinas o enseñanzas, es tener una actitud de aprendizaje y no de expertos , es ser un apóstol de la belleza que ayuda a los demás con sonrisa y sentido del humor.

Cuesta trabajo ver cómo actualmente estamos ausentes, carentes de asombro ante lo que se nos da gratis: el sol, las montañas, los árboles, ¿en qué momento nos volvimos ausentes? ¿cómo la tecnología nos avasalló sin siquiera percibirlo? ¿cómo niños y adolescentes perdieron la brújula de la convivencia y sus padres también? Cuesta creer que alguna de estas cosas haya sucedido por casualidad ya que parecen haber sido perfectamente diseñadas, perfectamente situadas, perfectamente equilibradas para que nosotros perdiésemos el sentido de vida y, a pesar que nos damos cuenta de que todas estas cosas puede que no sean por casualidad, encontramos aun así que en esta imperfecta ausencia podemos recuperar la esencia del ser, más que el hacer, ya que el equilibrio de cada elemento microscópico que rodea o habita la Tierra está en perfecta armonía para apoyarnos, para sentir enorme gratitud por la vida, porque ¡Todo se ha hecho para sustentarnos! El aire mágico que respiras no es casualidad ni un capricho de la naturaleza, el hecho de respirar y llenar tu cuerpo de aire te deja sin aliento en todos los sentidos. Respiramos una y otra vez y nunca pensamos en el hecho de que siempre hay aire para que respiremos y estamos ausentes en lo esencial y pegados al teléfono sin respirar a pesar que respiramos olvidando agradecer, cuando empezamos a estar agradecidas por los verdaderos regalos de la vida es cuando experimentamos el poder esencial de la gratitud. Cuanto más agradecidos estamos por una puesta de sol, un árbol, el mar, el rocío, la hierba, nuestra vida y las personas que hay en ella todas las cosas materiales con las que soñamos cambian para nosotros, por eso pido que los modernos papás se ocupen de enseñar las pequeñas cosas esenciales y estén presentes en la vida de sus niños y adolescentes sin olvidar que estar presentes es más importante para trascender en ellos que todo el dinero que puedan heredar y con esta reflexión.

Espero sus comentarios en angeldesofia@yahoo.com.mx Dándoles las gracias por su lectura.

Estar presente en la vida de otros, llamémoslos familia, amigos, o vecinos es estar presentes en esencia más que en presencia física; en esta nueva era enfrentamos una generación físicamente presentes pero ausentes en espíritu y atención, todos lo percibimos pocos hacemos algo pues desconocemos que estar presentes se trata de ir al desierto del alma con la otra persona sabiendo que no somos responsables de hacer que su dolor o alegria desaparezca, sino de estar ahí, presentes, honrando su espíritu sin dar soluciones o enfocarse al intelecto.

Estar presentes es escuchar con el corazón y no analizar con la cabeza, el silencio presente dice y ayuda más que mil palabras, pues estar presente es dar testimonio de las luchas de quienes nos comparten sus cuitas y alegrías, sus desesperanzas y tristezas sin juzgar o dar dirección a sus luchas, es el don de escuchar estando presentes, es tal vez, callar y decir mil palabras con un abrazo o un apretón de manos, ya que estar presente se trata de acompañar sin dirigir y mucho menos conducir o ser conducido, se trata de caminar al lado sin juzgar o descubrir errores, acompañar y estar presentes es encontrar los dones del silencio sagrado sin llenar de sermones o consejos que no son requeridos.

Cuántas veces acompañamos sin respetar el desorden o confusión de quien simplemente necesita nuestro silencio y presencia, estar presente con quien sufre es quedarse quieto, silencioso, sin movernos o querer mover a quien se encuentra en caos sin darle tiempo y espacio para descubrirlo, estar presente se basa en respeto sin imponer orden o lógica, es aprender de otros sin doctrinas o enseñanzas, es tener una actitud de aprendizaje y no de expertos , es ser un apóstol de la belleza que ayuda a los demás con sonrisa y sentido del humor.

Cuesta trabajo ver cómo actualmente estamos ausentes, carentes de asombro ante lo que se nos da gratis: el sol, las montañas, los árboles, ¿en qué momento nos volvimos ausentes? ¿cómo la tecnología nos avasalló sin siquiera percibirlo? ¿cómo niños y adolescentes perdieron la brújula de la convivencia y sus padres también? Cuesta creer que alguna de estas cosas haya sucedido por casualidad ya que parecen haber sido perfectamente diseñadas, perfectamente situadas, perfectamente equilibradas para que nosotros perdiésemos el sentido de vida y, a pesar que nos damos cuenta de que todas estas cosas puede que no sean por casualidad, encontramos aun así que en esta imperfecta ausencia podemos recuperar la esencia del ser, más que el hacer, ya que el equilibrio de cada elemento microscópico que rodea o habita la Tierra está en perfecta armonía para apoyarnos, para sentir enorme gratitud por la vida, porque ¡Todo se ha hecho para sustentarnos! El aire mágico que respiras no es casualidad ni un capricho de la naturaleza, el hecho de respirar y llenar tu cuerpo de aire te deja sin aliento en todos los sentidos. Respiramos una y otra vez y nunca pensamos en el hecho de que siempre hay aire para que respiremos y estamos ausentes en lo esencial y pegados al teléfono sin respirar a pesar que respiramos olvidando agradecer, cuando empezamos a estar agradecidas por los verdaderos regalos de la vida es cuando experimentamos el poder esencial de la gratitud. Cuanto más agradecidos estamos por una puesta de sol, un árbol, el mar, el rocío, la hierba, nuestra vida y las personas que hay en ella todas las cosas materiales con las que soñamos cambian para nosotros, por eso pido que los modernos papás se ocupen de enseñar las pequeñas cosas esenciales y estén presentes en la vida de sus niños y adolescentes sin olvidar que estar presentes es más importante para trascender en ellos que todo el dinero que puedan heredar y con esta reflexión.

Espero sus comentarios en angeldesofia@yahoo.com.mx Dándoles las gracias por su lectura.