/ domingo 7 de octubre de 2018

Es lo que Hay

Ver lo que hicieron algunos presidentes municipales a las primeras horas de haber asumido el cargo, más que dar risa, ternura o preocupación, lo que seguramente provocó en muchos ciudadanos fue coraje.

A la gente le da rabia que otra vez le quieran ver la cara con discursos huecos, sin compromisos serios, con las promesas de siempre y con el ridículo, populista e innecesario anuncio de que ganarán poquito salario.

El independiente de Ciudad Valles, Adrián Esper, porque es riquillo, dice que cobrará un peso al mes y eso porque la ley lo obliga a tener un salario.

La alcaldesa antorchista de Armadillo de los Infante Sara Alvarez gritó entre aplausos que cobrará 3 mil pesos a la quincena.

Otros ediles han dicho que bajarán el ingreso salarial en un 10, 20, 30, 40 o hasta 50 por ciento, dependiendo del ánimo en que estén y de la necesidad que tengan de ganarse al auditorio presente.

Otros alcaldes fueron más allá, como el cuestionado y hasta tachado de peligroso edil de Aquismón Oscar Suárez, quien una hora después de la media noche mandó pintar toda la Presidencia Municipal de azul, porque es panista, como queriendo sacar su rencor, frustraciones y traumas con unos botes de pintura y “demostrar” que ahora él, es la mera autoridad.

Y bueno, la capital no se pudo quedar atrás con el también panista Xavier Nava, que fue recibido por unos mariachis contratados por el barbero líder sindical en la Unidad Administrativa Municipal para enviar el mensaje de que ahora “todo es fiesta, felicidad y armonía”, lo cual es una gran mentira.

Los nuevos “jefes” llegaron a humillar a los trabajadores y no precisamente a los “gallardistas” sino a todos, incluso a los que llegaron en otras administraciones; los soban, los tienen congelados sin hacer nada esperando a que renuncien; los amenazan, se burlan, en una actitud prepotente, abusiva e ilegal.

Pero claro, el presidente de la Comisión de Derechos Humanos ni sus luces, nadie ve por ellos, por sus derechos, menos el líder sindical que con la pasada administración agachó los cuernos y dejó a sus agremiados a la deriva cuando tenían problemas y ahora anda llevando música para ver qué logra en la nueva administración. Así se las gastan.

¿De verdad estos son los alcaldes que esperaban quienes votaron por ellos?

En primer lugar bajarse el salario hasta cobrar un peso o tres mil, solamente es un golpe publicitario que en nada, definitivamente en nada, ayuda a solucionar los grandes problemas de sus regiones. Y los alcaldes ni necesitan el salario, sus ingresos definitivamente están en otra parte.

Pero le dicen a la gente lo que quiere escuchar y hacen lo que quiere ver, es como un “show”, un momento de entretenimiento y después de eso, todo es como siempre ha sido.

Adrián Esper, quien ha prometido convertir a Ciudad Valles como una ciudad de Canadá, llegó a su evento de presentación montado en un “segwey” o patín balanceador, con chalequito negro y bailando reguetón. Dijo que los ciudadanos lo verán de albañil y rescatando gatitos de los árboles. Ah, y habrá Internet gratis en todas las escuelas rurales, ¡faltaba más!

Poco faltó para que prometiera delfines en el río Valles, un Metro como sistema de transporte y autobuses eléctricos en la zona indígena. Pero es lo que la gente quiere escuchar, promesas, esperanza, sueños, porque de otra manera no le encontrarían sentido al futuro.

Su gran bandera de acabar con la inseguridad no le duró ni una semana; ayer le secuestraron a un líder cañero y no ha salido a decir nada. Tuvo que esconderse.

Cargado de rencor, de ira y de justificaciones, el discurso de Xavier Nava en la Capital estuvo destinado a los anti-gallardistas, quienes brincaban de algarabía al escuchar cada párrafo contra el anterior alcalde, pero ¿y todos los demás ciudadanos que lo único que esperan son resultados?

Tampoco hubo nada qué rescatar, sólo porras a sus abuelitos y frases huecas como “ahora sí los potosinos se van a sentir seguros”. O sea que la seguridad se da por decreto, por trienio o porque sirve la frase para engalanar su noche. De haberlo sabido antes.

Y la alcaldesa de Armadillo prometiendo ganar poco, abusando de la buena fé de las personas, de su nobleza, y lo peor, aparentando una bondad que es lo que menos tiene el movimiento al que pertenece.

Estos son solamente algunos ejemplos de la nueva política que se practica hoy en día, porque ciertamente los tiempos han cambiado, los partidos políticos se volvieron obsoletos y terminaron por prostituirse, prestando sus siglas, sus colores y lo que queda de su estructura, al mejor postor.

Por eso en este arranque de las nuevas administraciones, las que fueron definidas por el voto de los ciudadanos, estuvo plagado de “shows” bien planeados, hechos por expertos y que tienen en común mostrarle a la gente lo que quiere ver para entretenerse un rato, como en los circos.

Pero como en cualquier espectáculo, hay muchas cosas que pasan atrás del escenario y que el público no ve y es ahí, donde lo verdaderamente importante ocurre.

Suerte para los 58 alcaldes y alcaldesas.

Twitter @lozano_ray



Ver lo que hicieron algunos presidentes municipales a las primeras horas de haber asumido el cargo, más que dar risa, ternura o preocupación, lo que seguramente provocó en muchos ciudadanos fue coraje.

A la gente le da rabia que otra vez le quieran ver la cara con discursos huecos, sin compromisos serios, con las promesas de siempre y con el ridículo, populista e innecesario anuncio de que ganarán poquito salario.

El independiente de Ciudad Valles, Adrián Esper, porque es riquillo, dice que cobrará un peso al mes y eso porque la ley lo obliga a tener un salario.

La alcaldesa antorchista de Armadillo de los Infante Sara Alvarez gritó entre aplausos que cobrará 3 mil pesos a la quincena.

Otros ediles han dicho que bajarán el ingreso salarial en un 10, 20, 30, 40 o hasta 50 por ciento, dependiendo del ánimo en que estén y de la necesidad que tengan de ganarse al auditorio presente.

Otros alcaldes fueron más allá, como el cuestionado y hasta tachado de peligroso edil de Aquismón Oscar Suárez, quien una hora después de la media noche mandó pintar toda la Presidencia Municipal de azul, porque es panista, como queriendo sacar su rencor, frustraciones y traumas con unos botes de pintura y “demostrar” que ahora él, es la mera autoridad.

Y bueno, la capital no se pudo quedar atrás con el también panista Xavier Nava, que fue recibido por unos mariachis contratados por el barbero líder sindical en la Unidad Administrativa Municipal para enviar el mensaje de que ahora “todo es fiesta, felicidad y armonía”, lo cual es una gran mentira.

Los nuevos “jefes” llegaron a humillar a los trabajadores y no precisamente a los “gallardistas” sino a todos, incluso a los que llegaron en otras administraciones; los soban, los tienen congelados sin hacer nada esperando a que renuncien; los amenazan, se burlan, en una actitud prepotente, abusiva e ilegal.

Pero claro, el presidente de la Comisión de Derechos Humanos ni sus luces, nadie ve por ellos, por sus derechos, menos el líder sindical que con la pasada administración agachó los cuernos y dejó a sus agremiados a la deriva cuando tenían problemas y ahora anda llevando música para ver qué logra en la nueva administración. Así se las gastan.

¿De verdad estos son los alcaldes que esperaban quienes votaron por ellos?

En primer lugar bajarse el salario hasta cobrar un peso o tres mil, solamente es un golpe publicitario que en nada, definitivamente en nada, ayuda a solucionar los grandes problemas de sus regiones. Y los alcaldes ni necesitan el salario, sus ingresos definitivamente están en otra parte.

Pero le dicen a la gente lo que quiere escuchar y hacen lo que quiere ver, es como un “show”, un momento de entretenimiento y después de eso, todo es como siempre ha sido.

Adrián Esper, quien ha prometido convertir a Ciudad Valles como una ciudad de Canadá, llegó a su evento de presentación montado en un “segwey” o patín balanceador, con chalequito negro y bailando reguetón. Dijo que los ciudadanos lo verán de albañil y rescatando gatitos de los árboles. Ah, y habrá Internet gratis en todas las escuelas rurales, ¡faltaba más!

Poco faltó para que prometiera delfines en el río Valles, un Metro como sistema de transporte y autobuses eléctricos en la zona indígena. Pero es lo que la gente quiere escuchar, promesas, esperanza, sueños, porque de otra manera no le encontrarían sentido al futuro.

Su gran bandera de acabar con la inseguridad no le duró ni una semana; ayer le secuestraron a un líder cañero y no ha salido a decir nada. Tuvo que esconderse.

Cargado de rencor, de ira y de justificaciones, el discurso de Xavier Nava en la Capital estuvo destinado a los anti-gallardistas, quienes brincaban de algarabía al escuchar cada párrafo contra el anterior alcalde, pero ¿y todos los demás ciudadanos que lo único que esperan son resultados?

Tampoco hubo nada qué rescatar, sólo porras a sus abuelitos y frases huecas como “ahora sí los potosinos se van a sentir seguros”. O sea que la seguridad se da por decreto, por trienio o porque sirve la frase para engalanar su noche. De haberlo sabido antes.

Y la alcaldesa de Armadillo prometiendo ganar poco, abusando de la buena fé de las personas, de su nobleza, y lo peor, aparentando una bondad que es lo que menos tiene el movimiento al que pertenece.

Estos son solamente algunos ejemplos de la nueva política que se practica hoy en día, porque ciertamente los tiempos han cambiado, los partidos políticos se volvieron obsoletos y terminaron por prostituirse, prestando sus siglas, sus colores y lo que queda de su estructura, al mejor postor.

Por eso en este arranque de las nuevas administraciones, las que fueron definidas por el voto de los ciudadanos, estuvo plagado de “shows” bien planeados, hechos por expertos y que tienen en común mostrarle a la gente lo que quiere ver para entretenerse un rato, como en los circos.

Pero como en cualquier espectáculo, hay muchas cosas que pasan atrás del escenario y que el público no ve y es ahí, donde lo verdaderamente importante ocurre.

Suerte para los 58 alcaldes y alcaldesas.

Twitter @lozano_ray