/ viernes 8 de julio de 2022

Entorno empresarial | Parálisis Laboral

Hay distintos tipos de miedos a los que se enfrenta un empresario y pueden dejarlos moralmente desplomados.

Suelen existir obstáculos que paralizan, no estamos hablando del rechazo de un préstamo o la pérdida de un contrato, me refiero a los temores que paralizan y perjudican el correcto crecimiento empresarial de un negocio, que está muy vinculado a un temor personal y los trabajadores también lo padecen.

El miedo tiene un alto precio en las empresas, ya que despoja a los trabajadores de su orgullo, los hiere y los priva de la oportunidad para contribuir en las metas organizacionales.

En las empresas los trabajadores tienen la posibilidad de hablar sobre temas importantes, sin embargo, prefieren a menudo permanecer en silencio por temor a las consecuencias negativas que podrían tener a nivel personal y profesional.

Los trabajadores tienen miedo de admitir sus errores, de modo que estos nunca se corrigen, y por ello prefieren preservar el statu quo, pues consideran que es el único camino seguro.

Con relación a los problemas, los trabajadores prefieren no señalarlos, pues consideran que sus jefes pueden sentirse amenazados y desquitarse con ellos. Sugerir nuevas ideas resulta ser arriesgado, pues los trabajadores temen perder un aumento de sueldo o un ascenso, y en algunas ocasiones el mismo empleo.

Así mismo el empresario también es propenso al miedo que afecta el rendimiento empresarial y el éxito del negocio.

Una de las principales implicaciones de este artículo para el campo de la administración y organizaciones es que los efectos del miedo generan costos que no se pueden cuantificar debido a que se presentan de diferentes maneras y en diferentes momentos.

En el caso que el miedo paralice al empresario o dueño, es importante que no lo permita y aprenda a gestionarlo.

Sin embargo, el miedo es una emoción humana que no se puede separar del trabajo, y gestionarlo implica retos para la administración, dado que esta emoción varía en cada individuo y se comporta de diferentes maneras.

Entre los miedos más comunes figuran, miedo a fallar al equipo, miedo a lo que no pueden controlar, miedo a tomar decisiones arriesgadas, miedo a no tener para pagar la nómina.

Definitivamente, el empresario tiene estos miedos y es importante revertirlos. Las empresas son como una montaña rusa, a veces está en la cima y a veces abajo. La mentalidad y emociones de los empresarios deben ser firmes pese a esa oscilación.

Hay distintos tipos de miedos a los que se enfrenta un empresario y pueden dejarlos moralmente desplomados.

Suelen existir obstáculos que paralizan, no estamos hablando del rechazo de un préstamo o la pérdida de un contrato, me refiero a los temores que paralizan y perjudican el correcto crecimiento empresarial de un negocio, que está muy vinculado a un temor personal y los trabajadores también lo padecen.

El miedo tiene un alto precio en las empresas, ya que despoja a los trabajadores de su orgullo, los hiere y los priva de la oportunidad para contribuir en las metas organizacionales.

En las empresas los trabajadores tienen la posibilidad de hablar sobre temas importantes, sin embargo, prefieren a menudo permanecer en silencio por temor a las consecuencias negativas que podrían tener a nivel personal y profesional.

Los trabajadores tienen miedo de admitir sus errores, de modo que estos nunca se corrigen, y por ello prefieren preservar el statu quo, pues consideran que es el único camino seguro.

Con relación a los problemas, los trabajadores prefieren no señalarlos, pues consideran que sus jefes pueden sentirse amenazados y desquitarse con ellos. Sugerir nuevas ideas resulta ser arriesgado, pues los trabajadores temen perder un aumento de sueldo o un ascenso, y en algunas ocasiones el mismo empleo.

Así mismo el empresario también es propenso al miedo que afecta el rendimiento empresarial y el éxito del negocio.

Una de las principales implicaciones de este artículo para el campo de la administración y organizaciones es que los efectos del miedo generan costos que no se pueden cuantificar debido a que se presentan de diferentes maneras y en diferentes momentos.

En el caso que el miedo paralice al empresario o dueño, es importante que no lo permita y aprenda a gestionarlo.

Sin embargo, el miedo es una emoción humana que no se puede separar del trabajo, y gestionarlo implica retos para la administración, dado que esta emoción varía en cada individuo y se comporta de diferentes maneras.

Entre los miedos más comunes figuran, miedo a fallar al equipo, miedo a lo que no pueden controlar, miedo a tomar decisiones arriesgadas, miedo a no tener para pagar la nómina.

Definitivamente, el empresario tiene estos miedos y es importante revertirlos. Las empresas son como una montaña rusa, a veces está en la cima y a veces abajo. La mentalidad y emociones de los empresarios deben ser firmes pese a esa oscilación.