Donald Trump asegura que el primer día de su gobierno, el 20 de enero próximo, se estrenará con una ronda de nuevos aranceles a productos importados de México, Canadá y China.
En un comunicado, el presidente electo de EE.UU. dijo que el gravamen será del 25% a las importaciones que lleguen a su país desde Canadá y México. Y que impondrá un arancel adicional del 10% a los productos que tengan China como origen.
En manera particular comparto la idea de que, el anuncio de Trump corresponde a su conocido estilo de negociación, con miras a iniciar su gobierno con un acuerdo bajo el brazo. Es un llamado a iniciar una negociación con ventaja.
Aunado a lo anterior internamente vamos mal, el último par de semanas ha sido complicado para las perspectivas económicas de México.
El 14 de noviembre la agencia calificadora Moody's cambió su perspectiva de estable a negativa.
El 20 de noviembre la Cámara de Diputados aprobó la extinción de siete organismos clave para la transparencia, la regulación económica y la evaluación de la política educativa y social.
El viernes 22 de noviembre el Inegi presentó los datos de la actividad económica al tercer trimestre y varios sectores importantes muestran debilidad.
El lunes 25 pasaron tres cosas: Banco de México publicó la balanza de pagos, incluyendo la Inversión Extranjera Directa, donde se refleja que por tercer trimestre consecutivo las nuevas inversiones cayeron respecto a las del año pasado, la agencia calificadora HR Ratings siguió a Moody’s, cambiando su perspectiva a negativa.
La construcción se desaceleró, y creció sólo 0.6%, cuando los trimestres previos habían crecido 9 y 9.9%, y en 2023 creció 15.6%. Es normal que el ritmo disminuyera, pero lo que se observa en éstas y en las cifras de inversión es un freno seco.
Las manufacturas siguen débiles y no debemos obviar que representan 20% del PIB. En el tercer trimestre crecieron 1.1%. El comercio al por mayor decreció 0.4%. Y el de servicios de alojamiento y preparación de alimento y bebidas tuvo una caída de 3.2%.
En conjunto, el debilitamiento de las actividades secundarias y de algunos sectores clave en las terciarias muestra que el crecimiento hacia adelante será más complicado.
En conjunto, las noticias de la Inversión Extranjera Directa y sobre todo el anuncio de Donald Trump, revelan el espinoso camino que el sector exportador tiene por delante.
Y si añadimos que ya se espera un crecimiento más lento para los Estados Unidos, entonces no es absurdo acumular más dudas sobre el buen funcionamiento sobre ese importante motor de la economía.
Las agencias calificadoras cambiaron su perspectiva en buena medida porque ven difícil que se pueda lograr la reducción del déficit propuesto por Hacienda en el Paquete Económico para 2025. Moody's puso un énfasis en el debilitamiento institucional que deteriora la fortaleza económica y fiscal de México.
Los aranceles a México ocasionarían reducción de las exportaciones. El 81% de las ventas de bienes al exterior del país tienen como destino el mercado estadounidense.
Analistas coinciden en que de materializarse estas medidas, se afectaría a las cadenas de suministro de Norteamérica, se elevaría el riesgo inflacionario tanto afuera como al interior de EE UU, y fenómenos como la relocalización de empresas o nearshoring se verían truncados.