/ viernes 27 de mayo de 2022

Entorno Empresarial

Pobreza laboral

Coneval dio a conocer su estimación del Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP). La pobreza laboral disminuyó de 40.3 a 38.8% entre el cierre del 2021 y el primer trimestre de este año.

La pobreza laboral es una categoría económica que refleja un segmento de la población que sí tiene trabajo, sin importar su nivel escolar o capacidad intelectual, y gana menos de lo que requieren para cubrir sus necesidades personales o de familia.

El indicador de pobreza laboral despeja los espejismos que puede causar el índice de creación de empleos.

Es decir, es posible que las cifras revelen un crecimiento de fuentes de trabajo, el problema es que, en ocasiones, esos empleos no generan los recursos necesarios para sostener a una familia de acuerdo a sus obligaciones.

En la actualidad, dadas las circunstancias, es preciso tener cuidado. La pobreza laboral se extiende a millones de mexicanos, quienes, a pesar de tener un trabajo, no cuentan con los ingresos para satisfacer las necesidades básicas y mucho menos para mejorar su nivel de vida.

Si vemos alrededor, descubriremos a muchos que aceptaron subemplearse para resolver un problema de corto plazo y que no han logrado encontrar una plaza en la que converjan su nivel educativo, sus necesidades de ingreso y el salario que tienen. Ahí se tiende la nube de humo y se puede crear el espejismo. La economía puede reportar cifras de crecimiento de empleo y no estar resolviendo el problema de fondo.

El crecimiento económico de un país se ha confiado al impulso de la demanda y a la capacidad adquisitiva de los sectores en el mercado interno. Por lo tanto, si nos enteramos de cómo impactan los índices de pobreza laboral es momento de preocuparse y de ocuparse. Hay que generar mejores empleos.

Si bien las cifras muestran una mejoría, muchos de los empleos son en el sector informal de la economía que se está activando, sin embargo en un análisis más puntual no es una cifra que muestre un alivio masivo.

Hogares en pobreza laboral pueden lograr alimentarse a partir de ingresos no laborales como remesas, transferencias o acceso a programas sociales. Esto es una tragedia si reflexionamos que, en ningún país un trabajador que labore en el mercado formal debiera ser pobre.

Hay que crear empleos de calidad. Hay que generar fuentes de trabajo en el que la gente que quiere y puede desempeñarse, lo haga. De otra forma se está fomentando la desigualdad y la pobreza.

Pobreza laboral

Coneval dio a conocer su estimación del Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP). La pobreza laboral disminuyó de 40.3 a 38.8% entre el cierre del 2021 y el primer trimestre de este año.

La pobreza laboral es una categoría económica que refleja un segmento de la población que sí tiene trabajo, sin importar su nivel escolar o capacidad intelectual, y gana menos de lo que requieren para cubrir sus necesidades personales o de familia.

El indicador de pobreza laboral despeja los espejismos que puede causar el índice de creación de empleos.

Es decir, es posible que las cifras revelen un crecimiento de fuentes de trabajo, el problema es que, en ocasiones, esos empleos no generan los recursos necesarios para sostener a una familia de acuerdo a sus obligaciones.

En la actualidad, dadas las circunstancias, es preciso tener cuidado. La pobreza laboral se extiende a millones de mexicanos, quienes, a pesar de tener un trabajo, no cuentan con los ingresos para satisfacer las necesidades básicas y mucho menos para mejorar su nivel de vida.

Si vemos alrededor, descubriremos a muchos que aceptaron subemplearse para resolver un problema de corto plazo y que no han logrado encontrar una plaza en la que converjan su nivel educativo, sus necesidades de ingreso y el salario que tienen. Ahí se tiende la nube de humo y se puede crear el espejismo. La economía puede reportar cifras de crecimiento de empleo y no estar resolviendo el problema de fondo.

El crecimiento económico de un país se ha confiado al impulso de la demanda y a la capacidad adquisitiva de los sectores en el mercado interno. Por lo tanto, si nos enteramos de cómo impactan los índices de pobreza laboral es momento de preocuparse y de ocuparse. Hay que generar mejores empleos.

Si bien las cifras muestran una mejoría, muchos de los empleos son en el sector informal de la economía que se está activando, sin embargo en un análisis más puntual no es una cifra que muestre un alivio masivo.

Hogares en pobreza laboral pueden lograr alimentarse a partir de ingresos no laborales como remesas, transferencias o acceso a programas sociales. Esto es una tragedia si reflexionamos que, en ningún país un trabajador que labore en el mercado formal debiera ser pobre.

Hay que crear empleos de calidad. Hay que generar fuentes de trabajo en el que la gente que quiere y puede desempeñarse, lo haga. De otra forma se está fomentando la desigualdad y la pobreza.