/ viernes 31 de diciembre de 2021

Entorno Empresarial

Economía 2022

Casi por iniciar el año del 2022, las expectativas económicas parece ser que permanecerán sin cambio; o bien sin cambios radicales, aun así, se palpa un panorama de muchas interrogantes.

Las señales de recuperación de los últimos meses han puesto nuevamente sobre el tapete la discusión acerca de las posibilidades de crecimiento sostenido de la economía.

Factores como ómicron o la inflación amenazan la previsión para 2022, según la cual el PIB global avanzará a menor ritmo que en 2021.

En 2022, la previsión de consenso es que el crecimiento continúe la fase de desaceleración que se inició hace un semestre.

Las economías tendrán que acostumbrarse poco a poco a funcionar sin tanta liquidez en el sistema.

Para el caso de México estimamos que vamos a ver una cuarta ola del Covid-19 en el primer trimestre, con menores efectos en la economía.

Es importante señalar que el grado de blindaje que tiene la economía mexicana ante embates especulativos es todavía muy elevado.

En las finanzas públicas va a ser difícil lograr las metas de recaudación, ante un crecimiento del PIB de poco más de la mitad que el contemplado en el paquete económico del 2022.

Se estima un crecimiento del PIB de entre 2.3 al 2.8 por ciento anual, un incremento de la inversión fija bruta del 1.2 por ciento anual apoyado por la inversión orientada a la producción para el mercado norteamericano, y por la mayor inversión pública.

En la inflación llegara a un máximo de 7.90 por ciento anual al cierre del primer trimestre y un descenso gradual hacia el 4.8 por ciento anual para el cierre del próximo año.

Con este escenario, al cierre del 2022 no se habrá logrado recuperar el nivel de actividad económica prepandémico, a pesar de acumular dos años de crecimiento positivo.

De los factores de riesgo, es una eventual aprobación de la reforma energética, ya que en este escenario como lo hemos mencionado con anterioridad habrá demandas de los productores privados, y por parte de empresas estadounidenses y canadienses, así como en paneles de solución de controversias en el T-MEC, además se podrían dar sanciones arancelarias a distintos productos de exportación mexicanos, pero lo más grave una desinversión significativa y cierre de plantas manufactureras.

Esto nos podría llevar a una profunda recesión y a perder el grado de inversión de la deuda soberana, con lo que también se tendría una devaluación e hiperinflación.

Economía 2022

Casi por iniciar el año del 2022, las expectativas económicas parece ser que permanecerán sin cambio; o bien sin cambios radicales, aun así, se palpa un panorama de muchas interrogantes.

Las señales de recuperación de los últimos meses han puesto nuevamente sobre el tapete la discusión acerca de las posibilidades de crecimiento sostenido de la economía.

Factores como ómicron o la inflación amenazan la previsión para 2022, según la cual el PIB global avanzará a menor ritmo que en 2021.

En 2022, la previsión de consenso es que el crecimiento continúe la fase de desaceleración que se inició hace un semestre.

Las economías tendrán que acostumbrarse poco a poco a funcionar sin tanta liquidez en el sistema.

Para el caso de México estimamos que vamos a ver una cuarta ola del Covid-19 en el primer trimestre, con menores efectos en la economía.

Es importante señalar que el grado de blindaje que tiene la economía mexicana ante embates especulativos es todavía muy elevado.

En las finanzas públicas va a ser difícil lograr las metas de recaudación, ante un crecimiento del PIB de poco más de la mitad que el contemplado en el paquete económico del 2022.

Se estima un crecimiento del PIB de entre 2.3 al 2.8 por ciento anual, un incremento de la inversión fija bruta del 1.2 por ciento anual apoyado por la inversión orientada a la producción para el mercado norteamericano, y por la mayor inversión pública.

En la inflación llegara a un máximo de 7.90 por ciento anual al cierre del primer trimestre y un descenso gradual hacia el 4.8 por ciento anual para el cierre del próximo año.

Con este escenario, al cierre del 2022 no se habrá logrado recuperar el nivel de actividad económica prepandémico, a pesar de acumular dos años de crecimiento positivo.

De los factores de riesgo, es una eventual aprobación de la reforma energética, ya que en este escenario como lo hemos mencionado con anterioridad habrá demandas de los productores privados, y por parte de empresas estadounidenses y canadienses, así como en paneles de solución de controversias en el T-MEC, además se podrían dar sanciones arancelarias a distintos productos de exportación mexicanos, pero lo más grave una desinversión significativa y cierre de plantas manufactureras.

Esto nos podría llevar a una profunda recesión y a perder el grado de inversión de la deuda soberana, con lo que también se tendría una devaluación e hiperinflación.