/ viernes 27 de agosto de 2021

Entorno Empresarial

El sector privado será el que permitirá la recuperación

Los efectos de la pandemia nos ha costado como país los logros obtenidos en toda una década.

En efecto la pobreza extrema y la pobreza se habían reducido especialmente en los centros urbanos. Pero con la pandemia perdimos buena parte de lo ganado.

Hoy tenemos fincadas las esperanzas en la reactivación económica, y en ese frente el rol preponderante lo jugarán las empresas.

El sector privado será el que permitirá recuperar lo perdido y qué bueno sería que lográramos reiniciar los ciclos virtuosos de reducción aún de los niveles en que estábamos antes de la pandemia.

Históricamente, la pobreza ha sido reducida en el país gracias al crecimiento, consideramos que en un 70%, mientras que el restante 30% ha sido gracias a subsidios.

Así, no esperemos que la administración gubernamental sea la gran solución, ayudará mucho, pero no será el vector que nos jalone para reducir la pobreza de manera significativa.

El impacto importante vendrá del crecimiento, se ven avances resultado de un arrastre del exterior, sin embargo las variables internas no son muy halagadoras.

Sin embargo, todavía no podemos hacer fiesta, la ola de contagios ha deprimido el consumo interno a pesar de todos los esfuerzos del gobierno por no cerrar los negocios, estamos en un semáforo rojo simulado.

Tampoco buenos vientos se reflejan en el mercado laboral.

En efecto se redujo un poco el desempleo, pero entramos en una especie de meseta.

Hay muchas hipótesis, que todavía no hay la suficiente confianza de los empresarios en la solidez de la recuperación y prefieren ser prudentes en contrataciones; otros lanzan como explicación que el aparato productivo con la pandemia ganó en eficiencia en muchos frentes y que ello implicará una reducción permanente en la nómina.

Hay sectores muy intensivos en mano de obra que todavía no logran reactivarse, como el cultural, recreativo y turismo.

En conclusión, esperamos que la confianza vaya poco interactuando con indicadores positivos y que el aparato productivo recupere velocidad en materia de empleo y crecimiento.

De tal suerte que los subsidios no serán la panacea en esta pandemia, es claro que para quienes los reciben, tendrán un alivio temporal, pero para la macroeconomía no será un factor decisivo. Recordemos que la fórmula de reducción de pobreza es: + Crecimiento económico + Efectos redistributivos - inflación.

El sector privado será el que permitirá la recuperación

Los efectos de la pandemia nos ha costado como país los logros obtenidos en toda una década.

En efecto la pobreza extrema y la pobreza se habían reducido especialmente en los centros urbanos. Pero con la pandemia perdimos buena parte de lo ganado.

Hoy tenemos fincadas las esperanzas en la reactivación económica, y en ese frente el rol preponderante lo jugarán las empresas.

El sector privado será el que permitirá recuperar lo perdido y qué bueno sería que lográramos reiniciar los ciclos virtuosos de reducción aún de los niveles en que estábamos antes de la pandemia.

Históricamente, la pobreza ha sido reducida en el país gracias al crecimiento, consideramos que en un 70%, mientras que el restante 30% ha sido gracias a subsidios.

Así, no esperemos que la administración gubernamental sea la gran solución, ayudará mucho, pero no será el vector que nos jalone para reducir la pobreza de manera significativa.

El impacto importante vendrá del crecimiento, se ven avances resultado de un arrastre del exterior, sin embargo las variables internas no son muy halagadoras.

Sin embargo, todavía no podemos hacer fiesta, la ola de contagios ha deprimido el consumo interno a pesar de todos los esfuerzos del gobierno por no cerrar los negocios, estamos en un semáforo rojo simulado.

Tampoco buenos vientos se reflejan en el mercado laboral.

En efecto se redujo un poco el desempleo, pero entramos en una especie de meseta.

Hay muchas hipótesis, que todavía no hay la suficiente confianza de los empresarios en la solidez de la recuperación y prefieren ser prudentes en contrataciones; otros lanzan como explicación que el aparato productivo con la pandemia ganó en eficiencia en muchos frentes y que ello implicará una reducción permanente en la nómina.

Hay sectores muy intensivos en mano de obra que todavía no logran reactivarse, como el cultural, recreativo y turismo.

En conclusión, esperamos que la confianza vaya poco interactuando con indicadores positivos y que el aparato productivo recupere velocidad en materia de empleo y crecimiento.

De tal suerte que los subsidios no serán la panacea en esta pandemia, es claro que para quienes los reciben, tendrán un alivio temporal, pero para la macroeconomía no será un factor decisivo. Recordemos que la fórmula de reducción de pobreza es: + Crecimiento económico + Efectos redistributivos - inflación.