/ viernes 30 de abril de 2021

Entorno empresarial


Reafirmar empresas en la crisis

Las crisis cambian la forma de pensar, cambian las prioridades y reescriben los valores. Algunas han servido para reafirmar empresas e instituciones y reposicionar su sitio en el entorno, así como para revisar el funcionamiento de la sociedad y las directrices del entramado económico.

La crisis provocada por la pandemia de la covid-19 es la primera crisis compleja del mundo interconectado.

Esta crisis está formada e influida por variables diversas relacionadas con la salud, la economía, la política, las propias del ámbito emocional o psicológico tanto personal como colectivo, así como las de la vertiente empresarial y todos sus componentes. Esta interconexión hace de esta crisis un evento nuevo, sin referentes conocidos.

La economía no tiene un escudo anticrisis ni para derrotar a la crisis de forma rápida.

Del análisis de una crisis como la de la covid-19 se desprenden una serie de reflexiones y enseñanzas de aplicación práctica y alcance global:

Las crisis son impredecibles y se expanden velozmente.

Debemos acostumbrarnos a lo inesperado y estar abiertos al cambio.

La iniciativa empresarial e institucional son claves en la adaptación a los nuevos entornos.

La innovación y el conocimiento tienen una gran relevancia para el avance y el funcionamiento de la economía.

Estos puntos se traducen en formatos organizativos nuevos, que se adaptan a una economía dinámica y fluctuante de marcado acento global.

Estos cambios están relacionados con:

Dotar a las empresas de más flexibilidad, aligerando sus modelos de negocio y estructuras.

Promocionar la innovación dentro de las empresas (intraemprendimiento), como fuente de riqueza, innovación y evolución.

Desarrollar el talento y fomentar el conocimiento como capital esencial para el movimiento de la economía.

Introducir programas de transformación digital e invertir en tecnología.

En definitiva, las decisiones que se tomen deben ir encaminadas a generar acciones visibles que generen confianza y aumenten la credibilidad. La velocidad a la que se recupera la confianza es directamente proporcional al calado de las medidas y al alcance de las acciones.

Las líneas de actuación en un mercado global han de ser firmes y mantener un hilo conductor congruente. De lo contrario se corre el riesgo de que la crisis se enquiste y solo ofrezca repuntes ilusorios de falsas recuperaciones. Es tiempo de repensar el mundo.

La iniciativa empresarial e institucional son claves en la adaptación a los nuevos entornos. La economía no tiene un escudo anticrisis ni para derrotarla de forma rápida.


Reafirmar empresas en la crisis

Las crisis cambian la forma de pensar, cambian las prioridades y reescriben los valores. Algunas han servido para reafirmar empresas e instituciones y reposicionar su sitio en el entorno, así como para revisar el funcionamiento de la sociedad y las directrices del entramado económico.

La crisis provocada por la pandemia de la covid-19 es la primera crisis compleja del mundo interconectado.

Esta crisis está formada e influida por variables diversas relacionadas con la salud, la economía, la política, las propias del ámbito emocional o psicológico tanto personal como colectivo, así como las de la vertiente empresarial y todos sus componentes. Esta interconexión hace de esta crisis un evento nuevo, sin referentes conocidos.

La economía no tiene un escudo anticrisis ni para derrotar a la crisis de forma rápida.

Del análisis de una crisis como la de la covid-19 se desprenden una serie de reflexiones y enseñanzas de aplicación práctica y alcance global:

Las crisis son impredecibles y se expanden velozmente.

Debemos acostumbrarnos a lo inesperado y estar abiertos al cambio.

La iniciativa empresarial e institucional son claves en la adaptación a los nuevos entornos.

La innovación y el conocimiento tienen una gran relevancia para el avance y el funcionamiento de la economía.

Estos puntos se traducen en formatos organizativos nuevos, que se adaptan a una economía dinámica y fluctuante de marcado acento global.

Estos cambios están relacionados con:

Dotar a las empresas de más flexibilidad, aligerando sus modelos de negocio y estructuras.

Promocionar la innovación dentro de las empresas (intraemprendimiento), como fuente de riqueza, innovación y evolución.

Desarrollar el talento y fomentar el conocimiento como capital esencial para el movimiento de la economía.

Introducir programas de transformación digital e invertir en tecnología.

En definitiva, las decisiones que se tomen deben ir encaminadas a generar acciones visibles que generen confianza y aumenten la credibilidad. La velocidad a la que se recupera la confianza es directamente proporcional al calado de las medidas y al alcance de las acciones.

Las líneas de actuación en un mercado global han de ser firmes y mantener un hilo conductor congruente. De lo contrario se corre el riesgo de que la crisis se enquiste y solo ofrezca repuntes ilusorios de falsas recuperaciones. Es tiempo de repensar el mundo.

La iniciativa empresarial e institucional son claves en la adaptación a los nuevos entornos. La economía no tiene un escudo anticrisis ni para derrotarla de forma rápida.