/ viernes 20 de noviembre de 2020

Entorno Empresarial

Demandas actuales del Marketing

A muchos de los empresarios actuales les cuesta pensar con claridad acerca del papel del marketing en las condiciones presentes y en muchas ocasiones se ven más orientados al corto que al largo plazo, a la transacción que a la relación y ello hace que sus métodos de trabajo sean deficientes con respecto a la forma de enfrentar las situaciones que se viven.

Pueden llegar a olvidar que esto contribuye al crecimiento, en la medida que les ofrezca valor, no solo a los clientes sino a la misma empresa.

En este orden de ideas, es crucial que evalúen las posibles brechas que puedan existir entre el enfoque que usan y el que es necesario para establecer las capacidades a promover; las que hay que mantener; las que es preciso reducir, subcontratar o automatizar, y de esta manera rediseñar las tareas en aras de ofrecer una nueva propuesta de valor para sus múltiples públicos.

El marketing nunca había sido tan complejo. Los grandes avances en temas tecnológicos han tenido un gran impacto y provocado cambios dramáticos, al igual que fragmentado su desempeño.

Por otra parte, problemas sociales, para no mencionar sino algunos: la actual pandemia, los movimientos defensores de minorías, la crisis climática, etc., incrementan las expectativas de las personas por el desempeño social que están obligadas a exhibir las firmas.

Muchos ven esto como solamente adquirir tecnología o replantear estructuras, en lugar de preguntarse la manera en que entregan valor en un contexto tan cambiante.

Pueden pensar también en simples transiciones, por ejemplo dejar de inquietarse tanto por la marca y buscar resultados, o pasar de un esquema antiguo a uno nuevo. Asimismo, considerar que el esfuerzo de modernización tan solo es de ciertos responsables.

Contar con un marco de operación que asuma tanto las necesidades y los deseos de los consumidores finales, como los de los diferentes grupos de interés que inciden en el desempeño de cualquier compañía. Sin un objetivo claro de marketing, basado en valores y en una estrategia para precisar las aptitudes necesarias para lograrlo, es poco probable que las nuevas tecnologías, estructuras y procesos produzcan mejoras sustanciales en el ejercicio.

Demandas actuales del Marketing

A muchos de los empresarios actuales les cuesta pensar con claridad acerca del papel del marketing en las condiciones presentes y en muchas ocasiones se ven más orientados al corto que al largo plazo, a la transacción que a la relación y ello hace que sus métodos de trabajo sean deficientes con respecto a la forma de enfrentar las situaciones que se viven.

Pueden llegar a olvidar que esto contribuye al crecimiento, en la medida que les ofrezca valor, no solo a los clientes sino a la misma empresa.

En este orden de ideas, es crucial que evalúen las posibles brechas que puedan existir entre el enfoque que usan y el que es necesario para establecer las capacidades a promover; las que hay que mantener; las que es preciso reducir, subcontratar o automatizar, y de esta manera rediseñar las tareas en aras de ofrecer una nueva propuesta de valor para sus múltiples públicos.

El marketing nunca había sido tan complejo. Los grandes avances en temas tecnológicos han tenido un gran impacto y provocado cambios dramáticos, al igual que fragmentado su desempeño.

Por otra parte, problemas sociales, para no mencionar sino algunos: la actual pandemia, los movimientos defensores de minorías, la crisis climática, etc., incrementan las expectativas de las personas por el desempeño social que están obligadas a exhibir las firmas.

Muchos ven esto como solamente adquirir tecnología o replantear estructuras, en lugar de preguntarse la manera en que entregan valor en un contexto tan cambiante.

Pueden pensar también en simples transiciones, por ejemplo dejar de inquietarse tanto por la marca y buscar resultados, o pasar de un esquema antiguo a uno nuevo. Asimismo, considerar que el esfuerzo de modernización tan solo es de ciertos responsables.

Contar con un marco de operación que asuma tanto las necesidades y los deseos de los consumidores finales, como los de los diferentes grupos de interés que inciden en el desempeño de cualquier compañía. Sin un objetivo claro de marketing, basado en valores y en una estrategia para precisar las aptitudes necesarias para lograrlo, es poco probable que las nuevas tecnologías, estructuras y procesos produzcan mejoras sustanciales en el ejercicio.