/ viernes 10 de julio de 2020

Entorno Empresarial

La predicción de la previsión

Con el regreso de algunas actividades, empresas están inmersas en un ciclo de incertidumbre, volatilidad y ambigüedad.

Sin embargo, bajo este panorama, la clave de una estrategia efectiva podría estar en la previsión de esta. La incertidumbre es el componente fundamental en épocas de pandemia. No se sabe qué pasará en el corto o el mediano plazo.

De hecho, las proyecciones son lo suficientemente abstractas como para no dilucidar las inquietudes que aquejan diariamente a personas, empresas y organizaciones públicas.

No estamos seguros de cuál es el siguiente paso o de cómo progresar sin profundizar aún más la crisis.

Por ende, podría decirse que plantear una estrategia parece conveniente. ¿Pero cómo hacerlo cuando no se tiene la más mínima certeza de qué será en los próximos meses?

Cuando la predicción pierde alcance, la previsión es la respuesta. Actualmente, la herramienta más popular de la previsión estratégica es la planificación de escenarios para moldear el presente con base en esos futuros.

Sin embargo, la incertidumbre se deriva de la incapacidad para comparar el presente con cualquier cosa que se haya podido experimentar antes.

Así, se tienen problemas imaginando cómo se desarrollarán en el futuro. Por eso hacer evaluaciones del pasado a veces no basta. Para sobrevivir y prosperar en este tiempo, debe tenerse en cuenta que si bien el proceso puede resultar un poco intimidante para quien nunca lo ha ejercido, algunas de las pautas que los líderes pueden seguir para organizar un ejercicio de planificación de escenarios es: invitar a las personas adecuadas a participar, identificar conductores e incertidumbres, imaginar futuros plausibles, habilitar esos futuros, identificar y aislar las estrategias útiles en varios escenarios posibles e implementar esas estrategias.

Es conveniente incluir una etapa de reevaluación y retroalimentación, especialmente porque, como hemos visto, la pandemia ha provocado que las necesidades y las suposiciones cambien rápidamente.

Por tanto, vale la pena considerar los panoramas y situaciones altamente dinámicas. Como empresa, ha de recordar que en épocas de pandemia las personas observan y recordarán cómo las organizaciones trataron a sus empleados, clientes e inversores, esta percepción jugará un papel trascendental.

La predicción de la previsión

Con el regreso de algunas actividades, empresas están inmersas en un ciclo de incertidumbre, volatilidad y ambigüedad.

Sin embargo, bajo este panorama, la clave de una estrategia efectiva podría estar en la previsión de esta. La incertidumbre es el componente fundamental en épocas de pandemia. No se sabe qué pasará en el corto o el mediano plazo.

De hecho, las proyecciones son lo suficientemente abstractas como para no dilucidar las inquietudes que aquejan diariamente a personas, empresas y organizaciones públicas.

No estamos seguros de cuál es el siguiente paso o de cómo progresar sin profundizar aún más la crisis.

Por ende, podría decirse que plantear una estrategia parece conveniente. ¿Pero cómo hacerlo cuando no se tiene la más mínima certeza de qué será en los próximos meses?

Cuando la predicción pierde alcance, la previsión es la respuesta. Actualmente, la herramienta más popular de la previsión estratégica es la planificación de escenarios para moldear el presente con base en esos futuros.

Sin embargo, la incertidumbre se deriva de la incapacidad para comparar el presente con cualquier cosa que se haya podido experimentar antes.

Así, se tienen problemas imaginando cómo se desarrollarán en el futuro. Por eso hacer evaluaciones del pasado a veces no basta. Para sobrevivir y prosperar en este tiempo, debe tenerse en cuenta que si bien el proceso puede resultar un poco intimidante para quien nunca lo ha ejercido, algunas de las pautas que los líderes pueden seguir para organizar un ejercicio de planificación de escenarios es: invitar a las personas adecuadas a participar, identificar conductores e incertidumbres, imaginar futuros plausibles, habilitar esos futuros, identificar y aislar las estrategias útiles en varios escenarios posibles e implementar esas estrategias.

Es conveniente incluir una etapa de reevaluación y retroalimentación, especialmente porque, como hemos visto, la pandemia ha provocado que las necesidades y las suposiciones cambien rápidamente.

Por tanto, vale la pena considerar los panoramas y situaciones altamente dinámicas. Como empresa, ha de recordar que en épocas de pandemia las personas observan y recordarán cómo las organizaciones trataron a sus empleados, clientes e inversores, esta percepción jugará un papel trascendental.