/ viernes 21 de febrero de 2020

Entorno Empresarial

En junio de 1870 con la quiebra de la entonces empresa más importante del sector de transportes a nivel mundial, Pen Central Transportation Co. ocasionó pérdidas millonarias que hicieron notoria la necesidad de corregir el sistema de calificación para las empresas.

Así las calificadoras darían claridad sobre la calidad crediticia de la empresa o gobierno emisor.

Esto significa que el inversionista sabrá la capacidad para pagar que tiene una empresa o el gobierno, a quienes les entregó su dinero, a cambio de una tasa de interés pactada a un periodo definido.

El 28 de octubre de 2018, ante el resultado en favor de Santa Lucía en la consulta popular en México, la agencia Fitch cambió la perspectiva para la calificación de México de estable a negativa.

Como consecuencia, no sólo el peso cayó a su nivel más bajo en cuatro meses, el índice S&P/BMV IPC de la Bolsa Mexicana de Valores perdió más de 1,500 puntos en una sola jornada.

La calificadora Moody's advirtió en su último reporte que la economía mexicana “se recuperará lentamente en 2020”, aunque los hogares contribuirán “poco” a esta “modesta recuperación

El análisis pronosticó un crecimiento de 1.0 por ciento del PIB para este año y de 2.1 por ciento para 2021 tras caer “a su ritmo más bajo desde 2009”.

“La trayectoria de las ventas minoristas de México permanece incierta para el 2020, pero el pequeño tamaño del mercado de crédito al consumo del país, una debilidad estructural, sugiere que el consumo de los hogares no incrementará de manera sustancial en el futuro próximo”, señaló el reporte.

Tras las cifras preliminares del Inegi, Moody’s advirtió que la contracción de la economía mexicana es negativa para el crédito y refleja el “sentimiento adverso” de los inversionistas, en un comunicado del 4 de febrero.

“El incremento en la proporción del consumo no se debe a un rápido crecimiento en el gasto de los hogares, sino a una aguda caída en la inversión. El puntual decrecimiento en la inversión, que se aceleró en 2019, ante un restringido gasto gubernamental, empujó la contracción de la economía”, argumentó el reporte.

La actual administración desestima los pronósticos de la calificadora, sin embargo no es una buena noticia económica y los efectos que conlleva inciden de manera negativa en el margen de maniobra del gobierno, y en el bienestar de la población.

En junio de 1870 con la quiebra de la entonces empresa más importante del sector de transportes a nivel mundial, Pen Central Transportation Co. ocasionó pérdidas millonarias que hicieron notoria la necesidad de corregir el sistema de calificación para las empresas.

Así las calificadoras darían claridad sobre la calidad crediticia de la empresa o gobierno emisor.

Esto significa que el inversionista sabrá la capacidad para pagar que tiene una empresa o el gobierno, a quienes les entregó su dinero, a cambio de una tasa de interés pactada a un periodo definido.

El 28 de octubre de 2018, ante el resultado en favor de Santa Lucía en la consulta popular en México, la agencia Fitch cambió la perspectiva para la calificación de México de estable a negativa.

Como consecuencia, no sólo el peso cayó a su nivel más bajo en cuatro meses, el índice S&P/BMV IPC de la Bolsa Mexicana de Valores perdió más de 1,500 puntos en una sola jornada.

La calificadora Moody's advirtió en su último reporte que la economía mexicana “se recuperará lentamente en 2020”, aunque los hogares contribuirán “poco” a esta “modesta recuperación

El análisis pronosticó un crecimiento de 1.0 por ciento del PIB para este año y de 2.1 por ciento para 2021 tras caer “a su ritmo más bajo desde 2009”.

“La trayectoria de las ventas minoristas de México permanece incierta para el 2020, pero el pequeño tamaño del mercado de crédito al consumo del país, una debilidad estructural, sugiere que el consumo de los hogares no incrementará de manera sustancial en el futuro próximo”, señaló el reporte.

Tras las cifras preliminares del Inegi, Moody’s advirtió que la contracción de la economía mexicana es negativa para el crédito y refleja el “sentimiento adverso” de los inversionistas, en un comunicado del 4 de febrero.

“El incremento en la proporción del consumo no se debe a un rápido crecimiento en el gasto de los hogares, sino a una aguda caída en la inversión. El puntual decrecimiento en la inversión, que se aceleró en 2019, ante un restringido gasto gubernamental, empujó la contracción de la economía”, argumentó el reporte.

La actual administración desestima los pronósticos de la calificadora, sin embargo no es una buena noticia económica y los efectos que conlleva inciden de manera negativa en el margen de maniobra del gobierno, y en el bienestar de la población.