/ viernes 24 de enero de 2020

Entorno Empresarial

El Sistema de Salud en México comprende dos sectores, el público y el privado.

Las instituciones de seguridad social dan acceso a servicios médicos a los trabajadores asalariados y a sus familias, además de otras prestaciones sociales, en tanto las instituciones de protección social en salud dan acceso a servicios de salud a las personas que no tienen afiliación obligatoria al sistema de seguridad social.

La desaparición del Seguro Popular por el ya conocido Insabi, causa preocupación por su falta de comunicación y articulación, situación bastante grave pues a quien aqueja en mayor medida es a las personas de menores recursos, dejándoles muchas de las veces la única opción de la salud en empresas privadas, fuera de su alcance.

Por el momento atentando contra la salud de muchos mexicanos con el cambio dado.

Uno de los argumentos para la desaparición del Seguro Popular fueron los desvíos, entre otros, sin embargo pudo ser perfectible y sancionar a los responsables, y no cambiar de tajo el sistema y la política publica que había dado resultado.

Este cambio institucional genera una serie de inequidades, ineficiencias y rezagos en el acceso a los servicios de salud. Presentandose de múltiples formas y padecimientos en los distintos niveles del sistema de salud.

En el desempeño general del sistema, se pone de manifiesto con una falta de coordinación entre los distintos niveles y sitios de atención, duplicación de los servicios y la infraestructura, capacidad instalada ociosa y servicios de salud prestados en el sitio menos apropiado, en especial, en los hospitales.

En la experiencia de las personas que utilizan el sistema, se expresa con difícil acceso a los servicios, pérdida de la continuidad de la atención y falta de congruencia de los servicios con las necesidades de los usuarios.

Que no tiene que ver con los médicos y enfermeras que realizan de manera eficiente su labor.

El Sistema de Salud debe transformarse en uno que responda a las necesidades cambiantes de los individuos y las comunidades a lo largo de todo el ciclo de vida, capaz de ofrecer un cuidado continuo, personalizado, proactivo y con orientación preventiva. Y no transformar a capricho.

Esperemos que la nueva política pública tenga la capacidad de solventar las necesidades de las personas en algo tan delicado y preciado como lo es la salud.

El Sistema de Salud en México comprende dos sectores, el público y el privado.

Las instituciones de seguridad social dan acceso a servicios médicos a los trabajadores asalariados y a sus familias, además de otras prestaciones sociales, en tanto las instituciones de protección social en salud dan acceso a servicios de salud a las personas que no tienen afiliación obligatoria al sistema de seguridad social.

La desaparición del Seguro Popular por el ya conocido Insabi, causa preocupación por su falta de comunicación y articulación, situación bastante grave pues a quien aqueja en mayor medida es a las personas de menores recursos, dejándoles muchas de las veces la única opción de la salud en empresas privadas, fuera de su alcance.

Por el momento atentando contra la salud de muchos mexicanos con el cambio dado.

Uno de los argumentos para la desaparición del Seguro Popular fueron los desvíos, entre otros, sin embargo pudo ser perfectible y sancionar a los responsables, y no cambiar de tajo el sistema y la política publica que había dado resultado.

Este cambio institucional genera una serie de inequidades, ineficiencias y rezagos en el acceso a los servicios de salud. Presentandose de múltiples formas y padecimientos en los distintos niveles del sistema de salud.

En el desempeño general del sistema, se pone de manifiesto con una falta de coordinación entre los distintos niveles y sitios de atención, duplicación de los servicios y la infraestructura, capacidad instalada ociosa y servicios de salud prestados en el sitio menos apropiado, en especial, en los hospitales.

En la experiencia de las personas que utilizan el sistema, se expresa con difícil acceso a los servicios, pérdida de la continuidad de la atención y falta de congruencia de los servicios con las necesidades de los usuarios.

Que no tiene que ver con los médicos y enfermeras que realizan de manera eficiente su labor.

El Sistema de Salud debe transformarse en uno que responda a las necesidades cambiantes de los individuos y las comunidades a lo largo de todo el ciclo de vida, capaz de ofrecer un cuidado continuo, personalizado, proactivo y con orientación preventiva. Y no transformar a capricho.

Esperemos que la nueva política pública tenga la capacidad de solventar las necesidades de las personas en algo tan delicado y preciado como lo es la salud.