/ viernes 10 de mayo de 2019

Entorno Empresarial

EL IMPACTO DE LA POLÍTICA PROTECCIONISTA DE ESTADOS UNIDOS SOBRE MÉXICO

El mercado norteamericano es fundamental para cualquier empresa mexicana que desee ampliar y diversificar su cartera de clientes.

Exportar se antoja necesario para cualquier compañía que quiera mejorar sus volúmenes de venta y márgenes de beneficio. Más si los Estados Unidos son el primer socio comercial de nuestro país y el primer destino en exportaciones.

Sin embargo, y pese a que actualmente se cierra la negociación del antiguo TLCAN, que debe empujar a la eliminación de barreras comerciales, son aún muchas las que perviven y que dificultan las transacciones entre nuestro país y el estadounidense.

Ante la amenaza de perder la hegemonía mundial frente a China, el gobierno estadounidense ha pasado a cuestionar el libre comercio, como causante de su creciente déficit de comercio exterior y su bajo crecimiento económico.

De ahí que se ha pronunciado por políticas proteccionistas.

Algunas empresas que exportan a EE.UU., han frenado sus inversiones en México ante las amenazas que los aranceles representan, y aprovecharán las políticas de estímulos fiscales que otorga el gobierno de EE.UU. para realizar las inversiones en tal país.

A fin de contrarrestar los mayores costos de mano de obra, las empresas estadounidenses contarán con menores impuestos, para no afectar su competitividad, como para incrementar inversión y así la productividad.

De imponer EE.UU. reglas a su favor en el nuevo TLCAN, México verá disminuidas sus exportaciones, lo que implicará un fuerte golpe a la economía nacional.

De regresar algunas empresas transnacionales estadounidenses a su país, desocuparán a sus trabajadores en México, aumentará el desempleo, lo que, junto al regreso de inmigrantes, implica un reto al gobierno mexicano para generar empleo, y no tiene política de empleo alguno, ni para absorber a los connacionales que EE.UU. regresará al país, ni para los desempleados y subempleados existentes.

La agudización de los problemas que México tenga, no sería causa de EE.UU., sino delos gobiernos de México que no se han preocupado por impulsar condiciones endógenas de acumulación (productivas, financieras y de mercado interno), que encare en mejores términos las adversidades externas.

EL IMPACTO DE LA POLÍTICA PROTECCIONISTA DE ESTADOS UNIDOS SOBRE MÉXICO

El mercado norteamericano es fundamental para cualquier empresa mexicana que desee ampliar y diversificar su cartera de clientes.

Exportar se antoja necesario para cualquier compañía que quiera mejorar sus volúmenes de venta y márgenes de beneficio. Más si los Estados Unidos son el primer socio comercial de nuestro país y el primer destino en exportaciones.

Sin embargo, y pese a que actualmente se cierra la negociación del antiguo TLCAN, que debe empujar a la eliminación de barreras comerciales, son aún muchas las que perviven y que dificultan las transacciones entre nuestro país y el estadounidense.

Ante la amenaza de perder la hegemonía mundial frente a China, el gobierno estadounidense ha pasado a cuestionar el libre comercio, como causante de su creciente déficit de comercio exterior y su bajo crecimiento económico.

De ahí que se ha pronunciado por políticas proteccionistas.

Algunas empresas que exportan a EE.UU., han frenado sus inversiones en México ante las amenazas que los aranceles representan, y aprovecharán las políticas de estímulos fiscales que otorga el gobierno de EE.UU. para realizar las inversiones en tal país.

A fin de contrarrestar los mayores costos de mano de obra, las empresas estadounidenses contarán con menores impuestos, para no afectar su competitividad, como para incrementar inversión y así la productividad.

De imponer EE.UU. reglas a su favor en el nuevo TLCAN, México verá disminuidas sus exportaciones, lo que implicará un fuerte golpe a la economía nacional.

De regresar algunas empresas transnacionales estadounidenses a su país, desocuparán a sus trabajadores en México, aumentará el desempleo, lo que, junto al regreso de inmigrantes, implica un reto al gobierno mexicano para generar empleo, y no tiene política de empleo alguno, ni para absorber a los connacionales que EE.UU. regresará al país, ni para los desempleados y subempleados existentes.

La agudización de los problemas que México tenga, no sería causa de EE.UU., sino delos gobiernos de México que no se han preocupado por impulsar condiciones endógenas de acumulación (productivas, financieras y de mercado interno), que encare en mejores términos las adversidades externas.