/ viernes 26 de abril de 2019

Entorno Empresarial

El mercado del lujo

La estructura poblacional va cambiando a lo largo del tiempo y generación tras generación se van modificando los mercados y productos, de esta manera al adecuarse las empresas crean productos cada vez mas especializados.

La sociedad también se polariza según cada país, en nuestro caso se ha reducido la clase media, sin embargo en la cúspide de esta existen personas que acceden a productos de lujo a base del ahorro y el esfuerzo, mientras que la clase alta va en aumento y adquieren marcas y no solo se conforman con ello y se les llaman Henrys.

Es un término que se acuñó en Estados Unidos en 2003. Se trata de millennials y de la generación X que gozan de un poder adquisitivo mayor que el de la clase media pero que aún no son ricos. Lo serán, muy posiblemente.

Se les llama Henry y tiene entre 20 y 36 años, es común verlo al volante de un BMW, un Mercedes-Benz, luciendo un Rolex y vistiendo de Gucci.

México se ha posicionado como el mayor mercado de artículos de lujo de América Latina, seguido de Brasil, según recoge el estudio "Potencias globales de artículos de lujo 2017" realizado por la consultora Deloitte.

Ahora este tipo de consumidores esta sufriendo transformaciones y se inclinan cada vez mas por lo exclusivo, la personalización se ha convertido en una tendencia fundamental, presente en todos los sectores del lujo, el consumidor quiere algo único, un producto personalizado para él solo, de ahí el éxito de las marcas que ofrecen cada vez más productos a medida y gusto de cada cliente.

Pero también se ha generado una modalidad de renta, en Francia, para responder a las nuevas formas de consumo, el sitio InstantLuxe.com lanzó un servicio de alquiler en línea de bolsos nuevos; a partir de diez euros diarios y con un mínimo de cuatro días de renta, la gente puede lucir el último modelo de la gama de productos Chanel, Louis Vuitton, Dior, Gucci, Saint Laurent. Mismo comportamiento que en Estados Unidos y lo envían por mensajería.

Aunque no puede predecir lo que nos depara el futuro del lujo, las marcas, jóvenes o tradicionales, internacionales o locales, tendrán que renovarse sin cesar para sobrevivir y asentarse.

Existe un verdadero cambio social y generacional, hay una menor necesidad de poseer, se interesa más por la imagen personal. Estamos entrando en la quintaesencia del consumo: consumimos un objeto que no nos pertenece y que después desaparece.

El mercado del lujo

La estructura poblacional va cambiando a lo largo del tiempo y generación tras generación se van modificando los mercados y productos, de esta manera al adecuarse las empresas crean productos cada vez mas especializados.

La sociedad también se polariza según cada país, en nuestro caso se ha reducido la clase media, sin embargo en la cúspide de esta existen personas que acceden a productos de lujo a base del ahorro y el esfuerzo, mientras que la clase alta va en aumento y adquieren marcas y no solo se conforman con ello y se les llaman Henrys.

Es un término que se acuñó en Estados Unidos en 2003. Se trata de millennials y de la generación X que gozan de un poder adquisitivo mayor que el de la clase media pero que aún no son ricos. Lo serán, muy posiblemente.

Se les llama Henry y tiene entre 20 y 36 años, es común verlo al volante de un BMW, un Mercedes-Benz, luciendo un Rolex y vistiendo de Gucci.

México se ha posicionado como el mayor mercado de artículos de lujo de América Latina, seguido de Brasil, según recoge el estudio "Potencias globales de artículos de lujo 2017" realizado por la consultora Deloitte.

Ahora este tipo de consumidores esta sufriendo transformaciones y se inclinan cada vez mas por lo exclusivo, la personalización se ha convertido en una tendencia fundamental, presente en todos los sectores del lujo, el consumidor quiere algo único, un producto personalizado para él solo, de ahí el éxito de las marcas que ofrecen cada vez más productos a medida y gusto de cada cliente.

Pero también se ha generado una modalidad de renta, en Francia, para responder a las nuevas formas de consumo, el sitio InstantLuxe.com lanzó un servicio de alquiler en línea de bolsos nuevos; a partir de diez euros diarios y con un mínimo de cuatro días de renta, la gente puede lucir el último modelo de la gama de productos Chanel, Louis Vuitton, Dior, Gucci, Saint Laurent. Mismo comportamiento que en Estados Unidos y lo envían por mensajería.

Aunque no puede predecir lo que nos depara el futuro del lujo, las marcas, jóvenes o tradicionales, internacionales o locales, tendrán que renovarse sin cesar para sobrevivir y asentarse.

Existe un verdadero cambio social y generacional, hay una menor necesidad de poseer, se interesa más por la imagen personal. Estamos entrando en la quintaesencia del consumo: consumimos un objeto que no nos pertenece y que después desaparece.