MÁS INCENTIVOS DEL APRENDIZAJE Y CONTENIDOS QUE CAMBIOS ADMINISTRATIVOS
Para cerrar el ciclo de la reforma educativa, el plan del nuevo presidente plantea la desaparición del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, que se había encargado de evaluar el desempeño de los maestros. En su lugar, abrirá el Instituto Nacional para la Revalorización del Magisterio para impulsar la capacitación de los docentes y la mejora del sistema educativo.
El compromiso que la nueva propuesta pone sobre la mesa la ampliación del sistema gratuito de educación a todos los niveles, la actualización permanente de los programas educativos, la integración del arte y la música en los planes de estudio, el fortalecimiento de las escuelas que preparan a los profesores, y la inclusión de las culturas indígenas para combatir la desigualdad. Además, López obrador ha insistido en su promesa de campaña de abrir 100 universidades y ampliar la capacidad de las universidades públicas que ya existen.
A partir de la lectura de las propuestas educativas usualmente tienden a las propuestas populares sin mucho contenido.
Posiblemente el conjunto de estas propuestas si las revisamos a detalles son sin duda benéficas para la Educación es un plano coyuntural pero si pensamos en política pública son cosas que siempre se necesitan o ya sucedieron
El populismo educativo, el ofrecer lo popular pero no la solución a los temas de la educación se basan más en el sentido común.
Las herramientas y los contenidos educativos son importantes y cruciales en el proceso, pero en el sistema depende más de los incentivos del aprendizaje, los profesores, los sistemas, los programas y el cuidado de la formación de los alumnos lo cual genera calidad.
Para que avance el sistema educativo en México es fundamental cambiar el modelo pedagógico y transformar los contenidos y el ambiente escolar donde se devuelven los estudiantes.
No podemos seguir reproduciendo este modelo donde el profesor se para al frente del aula y se dedica a recitar, este no puede ser el rol del docente, y menos en la era de la información donde lo que el profesor está declamando ya está en una página de internet.
Además que la base pedagógica hay que tomar al estudiante como protagonista del proceso educativo y lo asume no como recipiente pasivo de información, sino como constructor activo de conocimiento.
