/ viernes 13 de julio de 2018

Entorno Empresarial

LA IMITACIÓN ES LA FUERZA QUE CONFIGURA A LOS PAÍSES

Un joven pianista admira al maestro de piano más importante del mundo.

Ambos comparten la meta de ser el mejor músico del mundo, solo que el de mayor experiencia logró lo que quería, mientras que el joven lo aprecia, e idolatra.

Es en este punto cuando ambos se vuelven rivales. Para poder imitar al maestro, el aprendiz debe convertirse en el mejor pianista del mundo.

Los dos quieren una misma cosa, una que solo puede ser de uno de ellos.

Esta analogía de los pianistas es usada por el filósofo francés, René Girard, para explicar que la imitación es la fuerza que configura a los países.

Esta idea también nos sirve para entender el auge y caída de las potencias mundiales: Roma fue grande porque imitó y absorbió a la cultura griega; EE.UU utilizó elementos clave de la revolución industrial inglesa; Japón obtuvo su fantástico crecimiento económico en la década de 1980, copiando estructuras corporativas de EE.UU y China logró crecer gracias a la ingeniería inversa que aplicó a la tecnología estadounidense.

Y justamente, el robo de propiedad intelectual ha sido uno de los argumentos que Donald Trump ha utilizado para iniciar su guerra comercial con China, con la que pretende corregir el déficit de US$300.000 millones que tiene con ese país.

China ha respondido con medidas de comercio internacional y con la devaluación del yuan, lo que, según algunos expertos, se convertiría en el comienzo de una guerra de monedas.

Una depreciación de la moneda china implicaría que muchos productos entraran en pérdidas, creando un problema para el sistema financiero de ese país.

El gobierno de Xi Jinping es consciente de esto desde hace varios años y ha empezado un proceso de reestructuración, convirtiendo la deuda corporativa en gubernamental.

Hay que tener en cuenta que cualquier aumento en la volatilidad de la moneda china tiene un impacto en los mercados emergentes como el nuestro.

Sin duda, de continuar la estrategia china serían los mercados y monedas de los países emergentes las primeras víctimas. Por ahora, resta esperar quién imitará a quién en la guerra comercial de Trump.


LA IMITACIÓN ES LA FUERZA QUE CONFIGURA A LOS PAÍSES

Un joven pianista admira al maestro de piano más importante del mundo.

Ambos comparten la meta de ser el mejor músico del mundo, solo que el de mayor experiencia logró lo que quería, mientras que el joven lo aprecia, e idolatra.

Es en este punto cuando ambos se vuelven rivales. Para poder imitar al maestro, el aprendiz debe convertirse en el mejor pianista del mundo.

Los dos quieren una misma cosa, una que solo puede ser de uno de ellos.

Esta analogía de los pianistas es usada por el filósofo francés, René Girard, para explicar que la imitación es la fuerza que configura a los países.

Esta idea también nos sirve para entender el auge y caída de las potencias mundiales: Roma fue grande porque imitó y absorbió a la cultura griega; EE.UU utilizó elementos clave de la revolución industrial inglesa; Japón obtuvo su fantástico crecimiento económico en la década de 1980, copiando estructuras corporativas de EE.UU y China logró crecer gracias a la ingeniería inversa que aplicó a la tecnología estadounidense.

Y justamente, el robo de propiedad intelectual ha sido uno de los argumentos que Donald Trump ha utilizado para iniciar su guerra comercial con China, con la que pretende corregir el déficit de US$300.000 millones que tiene con ese país.

China ha respondido con medidas de comercio internacional y con la devaluación del yuan, lo que, según algunos expertos, se convertiría en el comienzo de una guerra de monedas.

Una depreciación de la moneda china implicaría que muchos productos entraran en pérdidas, creando un problema para el sistema financiero de ese país.

El gobierno de Xi Jinping es consciente de esto desde hace varios años y ha empezado un proceso de reestructuración, convirtiendo la deuda corporativa en gubernamental.

Hay que tener en cuenta que cualquier aumento en la volatilidad de la moneda china tiene un impacto en los mercados emergentes como el nuestro.

Sin duda, de continuar la estrategia china serían los mercados y monedas de los países emergentes las primeras víctimas. Por ahora, resta esperar quién imitará a quién en la guerra comercial de Trump.