Atravesamos una transición epidemiológica en un país cada vez más afectado por condiciones que merman la esperanza y calidad de vida de las personas. Es un hecho que el panorama de salud en México tiende al aumento de las enfermedades crónico degenerativas, sin embargo la incidencia y prevalencia de las enfermedades a nivel nacional no coincide por completo con las tendencias globales.
Muestra clara de esto es la diabetes que es de las enfermedades que mas daños saludables quita a los mexicanos, de la mano de una de sus más devastadoras complicaciones: la enfermedad renal crónica, que se posiciona como la quinta causa de muerte en México con alrededor de 8 millones de personas actualmente padeciendo esta enfermedad.
Pacientes cuya enfermedad renal crónica deriva en insuficiencia renal presentan una pérdida de la capacidad de filtración de sustancias tóxicas sanguíneas, y requieren costosos procedimientos de diálisis, hemodiálisis y eventualmente un trasplante de riñón, que en caso de, tendría que ser cubierto con el dinero del bolsillo del paciente, seguramente será un gasto catastrófico, es decir aquel que supera el 30% de la capacidad de pago de una familia para financiar la salud de alguno de sus integrantes, generando un riesgo de empobrecimiento.
El Sistema de Salud en México no tiene la capacidad para ofrecer tratamiento y rehabilitación a todos los pacientes que padecen esta condición, debido a que carece de la infraestructura, recursos humanos y financieros necesarios. Una clara muestra de esto se suscitó en el año 2003 cuando se creó la política pública del Seguro Popular como una opción de protección financiera en salud para todas las personas que no contaban con otro tipo de protección social.
En un inicio, la enfermedad renal crónica figuraba en el Catálogo Universal de Servicios en Salud (CAUSES) como una condición que sería cubierta por el Seguro Popular, sin embargo tras el inicio de su implementación, el presupuesto disponible para atender a todas las personas con todas las enfermedades incluidas en el CAUSES, fue arrasado por un pequeño número de pacientes con enfermedad renal crónica, debido al elevado costo del tratamiento, provocando la remoción casi inmediata de este padecimiento del catálogo.
La plena consciencia de las limitaciones de nuestro sistema de salud debe orientarnos a dirigir los recursos hacia la prevención de dichas condiciones, ya que sólo así se puede pensar en un futuro de sostenibilidad para el sistema de salud Mexicano.