/ domingo 18 de octubre de 2020

El amarillo no es gratis


Para que San Luis Potosí se colocara en el color amarillo en el semáforo epidemiológico nacional, debieron ocurrir varios factores, pero el principal fue la disciplina social a la que convocó el Gobernador del Estado, Juan Manuel Carreras López, como cabeza principal en el entramado para vencer la pandemia del Covid 19.

Para nadie es un secreto, salvo para los escépticos, que el coronavirus arribó al estado meses después de destrozar todos los sistemas de salud que le enfrentaron en el mundo, porque no hay elementos para darle una batalla exitosamente y sí en cambio, hay otros datos para destacar el número de personas que salvaron la vida, que son cientos de miles y a los que nadie hace referencia.

En un país dominado por la corrupción y la impunidad por décadas, la salud de los mexicanos fue lo que menos importó a los gobernantes y se notó, cuando se declaró la llegada del virus. El primer acierto que tuvieron el Gobierno Federal y la administración de Carreras López, fue aplicar inversiones millonarias para levantar un sistema clínico y hospitalario esquelético, famélico.

Unos 450 millones de pesos fue el primer desembolso que registran las estadísticas aquí en marzo, para poner de pie, totalmente, clínicas y hospitales enclavados en las cuatro regiones de la entidad. Enfrentar el poder destructivo de un enemigo descomunal con lo que había, y además merece un comentario, que no hubo ninguna queja del mandatario por la desventaja tan evidente.

Solamente se puso a trabajar al frente de un equipo multidisciplinario, para revisar las condiciones en que operaban el Hospital Central Dr. Ignacio Morones Prieto, el del Niño y la Mujer Dr. Alberto López Hermosa, los hospitales generales en Ciudad Valles, Matehuala, Rioverde y Soledad de Graciano Sánchez. Asimismo, la Unidad Quirúrgica en Ciudad Valles, los hospitales básicos en Aquismón, Ciudad del Maíz, Ébano y Salinas de Hidalgo.

También los básicos en Tamazunchale, Tamuín y Villa de Arista, el hospital comunitario de Xilitla y mil 126 centros de salud, para enseguida, hacer las concertaciones para la reconversión a Covid 19 de la infraestructura federal, que todos los estratos sociales tuvieran al alcance médicos y medicinas, en un trabajo que, a pesar del número de contagiados y defunciones, tiene un superávit impresionante de pacientes que salvaron la vida tanto en San Luis Potosí como en el país y del que nadie, extrañamente, quiere hablar, nadie describe el esfuerzo y los conocimientos de nuestros profesionales de la salud.

Los números de los especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) que trabajan en las áreas Covid del Hospital General de Zona número 50, revelan que entre los más de 25 mil contagiados, el 90 por ciento recuperaron su salud y un 10 por ciento fallecieron y de éstos, gran número ocurrió porque acudieron demasiado tarde a recibir atención médica, en una estadística que debe conocer la población, más bien del lado del trabajo de las instituciones de salud y de su personal, que dentro de un margen de criminalización por el curso que lleva la pandemia.

Imposible rebatirlos, ellos y ellas están ahí enfrente del virus, pero además, de acuerdo con su opinión, la estrategia que comandan los Servicios de Salud del Gobierno del Estado es la correcta y citan como muestra a Guanajuato, en donde se fueron por la libre, no reconvirtieron hospitales a Covid 19, no realizaron inversiones para fortalecer su sistema de salud y tienen casi 45 mil infectados, obviamente, un mayor porcentaje en decesos, por el 12 por ciento, más o menos.

Otro dato relevante, nos aseguran, es que el sistema clínico y hospitalario aquí nunca colapsó, no existen quejas de familiares de pacientes que fallecieron por falta de atención médica, por lo tanto, de acuerdo con los especialistas IMSS, el color amarillo que el semáforo epidemiológico nacional otorgó a San Luis Potosí, es el correcto, es el reflejo del trabajo incansable de las instituciones de salud del estado todos los días que lleva la pandemia.

Entendemos que la emergencia sanitaria a algunos les sirve para satanizar o glorificar la estrategia estatal, sin embargo, los seis párrafos anteriores escenifican la contundencia de la labor que se tuvo que realizar al revisar centenares de instalaciones médicas en todos los rincones del estado, en donde exponen su vida miles de profesionistas, médicos, enfermeras, enfermeros, técnicos y personal de soporte, que ya pagaron una cuota muy elevada de fallecimientos.

Indudablemente que el trabajo institucional en este sector, (les guste o no a quienes, en tiempos electorales intentan restarle poder político al ejecutivo con fines aviesos, malsanos, con golpeteo mediático), es evidente. El juicio y la diatriba fáciles no es lo oportuno en una época en la que tenemos en vilo la salud, en una etapa en la que la solidaridad es la piedra angular, ante una pandemia que derrotó a todos los gobiernos en el mundo, prueba de ello es que luego de diez meses, nadie puede proclamarse victorioso.

El tono amarillo para San Luis Potosí del semáforo epidemiológico nacional, solamente es el reflejo de una sociedad que se respeta, que entiende la labor de sus instituciones, comprende la sabiduría con que el personal del sector salud pudo aliviar a decenas de miles y que, al final de cuentas, podrían ser las únicas voces autorizadas para emitir calificativos.

¿Se imaginan si hablaran?

twitter:

@lozano_ray

@lozano_ray


Para que San Luis Potosí se colocara en el color amarillo en el semáforo epidemiológico nacional, debieron ocurrir varios factores, pero el principal fue la disciplina social a la que convocó el Gobernador del Estado, Juan Manuel Carreras López, como cabeza principal en el entramado para vencer la pandemia del Covid 19.

Para nadie es un secreto, salvo para los escépticos, que el coronavirus arribó al estado meses después de destrozar todos los sistemas de salud que le enfrentaron en el mundo, porque no hay elementos para darle una batalla exitosamente y sí en cambio, hay otros datos para destacar el número de personas que salvaron la vida, que son cientos de miles y a los que nadie hace referencia.

En un país dominado por la corrupción y la impunidad por décadas, la salud de los mexicanos fue lo que menos importó a los gobernantes y se notó, cuando se declaró la llegada del virus. El primer acierto que tuvieron el Gobierno Federal y la administración de Carreras López, fue aplicar inversiones millonarias para levantar un sistema clínico y hospitalario esquelético, famélico.

Unos 450 millones de pesos fue el primer desembolso que registran las estadísticas aquí en marzo, para poner de pie, totalmente, clínicas y hospitales enclavados en las cuatro regiones de la entidad. Enfrentar el poder destructivo de un enemigo descomunal con lo que había, y además merece un comentario, que no hubo ninguna queja del mandatario por la desventaja tan evidente.

Solamente se puso a trabajar al frente de un equipo multidisciplinario, para revisar las condiciones en que operaban el Hospital Central Dr. Ignacio Morones Prieto, el del Niño y la Mujer Dr. Alberto López Hermosa, los hospitales generales en Ciudad Valles, Matehuala, Rioverde y Soledad de Graciano Sánchez. Asimismo, la Unidad Quirúrgica en Ciudad Valles, los hospitales básicos en Aquismón, Ciudad del Maíz, Ébano y Salinas de Hidalgo.

También los básicos en Tamazunchale, Tamuín y Villa de Arista, el hospital comunitario de Xilitla y mil 126 centros de salud, para enseguida, hacer las concertaciones para la reconversión a Covid 19 de la infraestructura federal, que todos los estratos sociales tuvieran al alcance médicos y medicinas, en un trabajo que, a pesar del número de contagiados y defunciones, tiene un superávit impresionante de pacientes que salvaron la vida tanto en San Luis Potosí como en el país y del que nadie, extrañamente, quiere hablar, nadie describe el esfuerzo y los conocimientos de nuestros profesionales de la salud.

Los números de los especialistas del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) que trabajan en las áreas Covid del Hospital General de Zona número 50, revelan que entre los más de 25 mil contagiados, el 90 por ciento recuperaron su salud y un 10 por ciento fallecieron y de éstos, gran número ocurrió porque acudieron demasiado tarde a recibir atención médica, en una estadística que debe conocer la población, más bien del lado del trabajo de las instituciones de salud y de su personal, que dentro de un margen de criminalización por el curso que lleva la pandemia.

Imposible rebatirlos, ellos y ellas están ahí enfrente del virus, pero además, de acuerdo con su opinión, la estrategia que comandan los Servicios de Salud del Gobierno del Estado es la correcta y citan como muestra a Guanajuato, en donde se fueron por la libre, no reconvirtieron hospitales a Covid 19, no realizaron inversiones para fortalecer su sistema de salud y tienen casi 45 mil infectados, obviamente, un mayor porcentaje en decesos, por el 12 por ciento, más o menos.

Otro dato relevante, nos aseguran, es que el sistema clínico y hospitalario aquí nunca colapsó, no existen quejas de familiares de pacientes que fallecieron por falta de atención médica, por lo tanto, de acuerdo con los especialistas IMSS, el color amarillo que el semáforo epidemiológico nacional otorgó a San Luis Potosí, es el correcto, es el reflejo del trabajo incansable de las instituciones de salud del estado todos los días que lleva la pandemia.

Entendemos que la emergencia sanitaria a algunos les sirve para satanizar o glorificar la estrategia estatal, sin embargo, los seis párrafos anteriores escenifican la contundencia de la labor que se tuvo que realizar al revisar centenares de instalaciones médicas en todos los rincones del estado, en donde exponen su vida miles de profesionistas, médicos, enfermeras, enfermeros, técnicos y personal de soporte, que ya pagaron una cuota muy elevada de fallecimientos.

Indudablemente que el trabajo institucional en este sector, (les guste o no a quienes, en tiempos electorales intentan restarle poder político al ejecutivo con fines aviesos, malsanos, con golpeteo mediático), es evidente. El juicio y la diatriba fáciles no es lo oportuno en una época en la que tenemos en vilo la salud, en una etapa en la que la solidaridad es la piedra angular, ante una pandemia que derrotó a todos los gobiernos en el mundo, prueba de ello es que luego de diez meses, nadie puede proclamarse victorioso.

El tono amarillo para San Luis Potosí del semáforo epidemiológico nacional, solamente es el reflejo de una sociedad que se respeta, que entiende la labor de sus instituciones, comprende la sabiduría con que el personal del sector salud pudo aliviar a decenas de miles y que, al final de cuentas, podrían ser las únicas voces autorizadas para emitir calificativos.

¿Se imaginan si hablaran?

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