/ lunes 13 de septiembre de 2021

Educación y Sindicalismo

1810-2021 Bajo un sueño de libertad

Mientras exista opresión habrá rebelión

TRESCIENTOS AÑOS DE dominación, TRESCIENTOS años de explotación física y espiritual retribuyeron a la península ibérica la más grande riqueza soñada por los imperios europeos. La corona española sobrepasó el poderío de su eterno rival y puso frente a los ojos de esa vieja Inglaterra los escudos heráldicos de una familia unida entre Castilla y Aragón. La mano benévola de Isabel y la inteligencia de Don Fernando habían firmado las Capitulaciones de Santa Fe, para darle al soñador genovés la herencia de ser el descubridor de la ruta hacia un continente desconocido; así, el heredero de la doctrina secreta de los viejos navegantes Del Mediterráneo y militante activo de los “Señores De La Cruz Templaría” le entregó al mundo del 1492, las tierras y vidas de un nuevo punto geográfico tan sólo conocido en aquel tiempo por los descendientes de los vikingos, huella que se había perdido desde hacía mucho tiempo.

EN LA SEGUNDA etapa, bajo los mandos sucesivos de Cristóbal Colón, su hijo Diego y Diego Velázquez, las Islas de las Antillas y del Caribe se eligieron como punta de lanza para las exploraciones hacia el occidente, “lugar adonde habían llegado los dioses”. Francisco Hernández de Córdoba y Juan de Grijalva se pusieron a la avanzada dejando por las costas de Yucatán, Tabasco y Veracruz su huella de “primeros visitantes de paso”. La riqueza soñada por los hispanos sólo llegó a sus oídos bajo los consejos de los indígenas de Cuba o de los comerciantes que encontraban entre la isla y tierra firme; las dos exploraciones dejaron la huella de su camino con Gonzalo Guerrero y el fraile Gerónimo de Aguilar convirtiéndose el primero en el “hacedor del mestizaje de América”.

AL COMIENZO DE la tercera etapa sólo un soldado podría emprender la aventura de la conquista, el mejor soldado y el mejor hombre al decir del conservadurismo mexicano: Hernán Cortés borracho, tramposo, mujeriego, ladrón, asesino, mentiroso y otros etcéteras más que se le pudieran agregar, según los partidarios de la mexicanidad; a este hombre le entregó Diego de Velázquez la encomienda de la conquista de las tierras americanas y cuya ruta emprendió siguiendo el mismo camino hasta Veracruz que los otros dos habían señalado. Cortés estableció la política de hacer creer que era el “salvador de los pueblos”, al indicar a las tribus dominadas por los aztecas que él les quitaría el yugo, esa fue su bandera para atraerse a los pobladores de las tierras por donde fue cruzando, así comenzó la conquista española.

DEL PRIMER AYUNTAMIENTO de Veracruz hasta la destrucción de la gran Tenochtitlán y el ahorcamiento de Cuautemoc, Hernán Cortés cimentaría en la vieja Anáhuac la dominación española bajo las premisas de esclavitud y muerte. En toda la etapa de la conquista y del coloniaje español en América, más de 2 millones de víctimas indígenas cayeron bajo la férula de los encomenderos, capataces y milicia ibérica y más de 2 mil 500 millones de pesos (oro de aquellos años) había ganado la Corona española por concepto de tributos, alcábatas y primicias establecidos entre los reyes y el papado romano. La explotación y la esclavitud escribieron entonces en nuestra historia enormes cantidades de páginas negras por el sojuzgamiento a que se sometieron a los pueblos del continente desde la Alta California, Nuevo México, Texas y la Florida; hasta la punta de América del Sur.

PARA EL INICIO de 1800 treinta y cinco rebeliones habíanse adelantado a los movimientos de la década de la Libertad. Habían caído Jacinto Canek, el Negro Yanga Y muchos más, luchando por la libertad de sus pueblos; los gritos de rebeldía se escucharon dolientes en los socavones de las minas, en los campos de labranza, en las obrajes y en todo lugar donde el indio, el mestizo, y el criollos se movían. La colonia nunca estuvo en paz, porque nunca paró el esclavismo, la violación, el robo, el asesinato y la exploración espiritual de los habitantes de América. El marcaje de la huella de los fierros ganaderos quedó en las espaldas de los ocupados y con ella y por ella la herencia ancestral del mexicano conservaría su rebeldía a todo lo que implique encadenamiento de su libertad.

HOY, DE NUEVA cuenta llegamos a una celebración de nuestra emancipación política; recordamos en un solo día y en una sola noche nuestra historia pasando como ráfaga, la memoria de aquel hombre que a sólo pocos kilómetros de esta capital de la revolución eligiera un pueblo. La vieja Cocomacan, en el altar de la Patria. Hoy, a 211 años del tañer de una campana libertaria impulsada por las manos de Miguel Gregorio Ignacio Hidalgo Gallaga, aún queremos ser libres de toda explotación siguiendo la huella imperecedera de aquellos caudillos de nuestra independencia. Hoy, a esa distancia tan larga en el tiempo, pero tan corta en la historia, aún seguimos luchando en contra de aquellos descendientes de las fauces conquistadoras; aún soportando el yugo de la explotación de los que convirtieron en capitalismo lo que debería de ser igualdad para todos; aún tenemos por dentro y por fuera la marca del hierro extranjero como una réplica de aquellos que dejaron en nuestro suelo el robo y el asesinato para los seguidores de la Libertad.

LIBERTAD EN UN 1810 con Hidalgo, libertad en 1815 con Morelos, libertad en un 1821 con Guerrero, libertad en un 1857 con Juárez, libertad en los tiempos de una revolución social en la década del 1900, libertad, libertad… libertad.

1810-2021 Bajo un sueño de libertad

Mientras exista opresión habrá rebelión

TRESCIENTOS AÑOS DE dominación, TRESCIENTOS años de explotación física y espiritual retribuyeron a la península ibérica la más grande riqueza soñada por los imperios europeos. La corona española sobrepasó el poderío de su eterno rival y puso frente a los ojos de esa vieja Inglaterra los escudos heráldicos de una familia unida entre Castilla y Aragón. La mano benévola de Isabel y la inteligencia de Don Fernando habían firmado las Capitulaciones de Santa Fe, para darle al soñador genovés la herencia de ser el descubridor de la ruta hacia un continente desconocido; así, el heredero de la doctrina secreta de los viejos navegantes Del Mediterráneo y militante activo de los “Señores De La Cruz Templaría” le entregó al mundo del 1492, las tierras y vidas de un nuevo punto geográfico tan sólo conocido en aquel tiempo por los descendientes de los vikingos, huella que se había perdido desde hacía mucho tiempo.

EN LA SEGUNDA etapa, bajo los mandos sucesivos de Cristóbal Colón, su hijo Diego y Diego Velázquez, las Islas de las Antillas y del Caribe se eligieron como punta de lanza para las exploraciones hacia el occidente, “lugar adonde habían llegado los dioses”. Francisco Hernández de Córdoba y Juan de Grijalva se pusieron a la avanzada dejando por las costas de Yucatán, Tabasco y Veracruz su huella de “primeros visitantes de paso”. La riqueza soñada por los hispanos sólo llegó a sus oídos bajo los consejos de los indígenas de Cuba o de los comerciantes que encontraban entre la isla y tierra firme; las dos exploraciones dejaron la huella de su camino con Gonzalo Guerrero y el fraile Gerónimo de Aguilar convirtiéndose el primero en el “hacedor del mestizaje de América”.

AL COMIENZO DE la tercera etapa sólo un soldado podría emprender la aventura de la conquista, el mejor soldado y el mejor hombre al decir del conservadurismo mexicano: Hernán Cortés borracho, tramposo, mujeriego, ladrón, asesino, mentiroso y otros etcéteras más que se le pudieran agregar, según los partidarios de la mexicanidad; a este hombre le entregó Diego de Velázquez la encomienda de la conquista de las tierras americanas y cuya ruta emprendió siguiendo el mismo camino hasta Veracruz que los otros dos habían señalado. Cortés estableció la política de hacer creer que era el “salvador de los pueblos”, al indicar a las tribus dominadas por los aztecas que él les quitaría el yugo, esa fue su bandera para atraerse a los pobladores de las tierras por donde fue cruzando, así comenzó la conquista española.

DEL PRIMER AYUNTAMIENTO de Veracruz hasta la destrucción de la gran Tenochtitlán y el ahorcamiento de Cuautemoc, Hernán Cortés cimentaría en la vieja Anáhuac la dominación española bajo las premisas de esclavitud y muerte. En toda la etapa de la conquista y del coloniaje español en América, más de 2 millones de víctimas indígenas cayeron bajo la férula de los encomenderos, capataces y milicia ibérica y más de 2 mil 500 millones de pesos (oro de aquellos años) había ganado la Corona española por concepto de tributos, alcábatas y primicias establecidos entre los reyes y el papado romano. La explotación y la esclavitud escribieron entonces en nuestra historia enormes cantidades de páginas negras por el sojuzgamiento a que se sometieron a los pueblos del continente desde la Alta California, Nuevo México, Texas y la Florida; hasta la punta de América del Sur.

PARA EL INICIO de 1800 treinta y cinco rebeliones habíanse adelantado a los movimientos de la década de la Libertad. Habían caído Jacinto Canek, el Negro Yanga Y muchos más, luchando por la libertad de sus pueblos; los gritos de rebeldía se escucharon dolientes en los socavones de las minas, en los campos de labranza, en las obrajes y en todo lugar donde el indio, el mestizo, y el criollos se movían. La colonia nunca estuvo en paz, porque nunca paró el esclavismo, la violación, el robo, el asesinato y la exploración espiritual de los habitantes de América. El marcaje de la huella de los fierros ganaderos quedó en las espaldas de los ocupados y con ella y por ella la herencia ancestral del mexicano conservaría su rebeldía a todo lo que implique encadenamiento de su libertad.

HOY, DE NUEVA cuenta llegamos a una celebración de nuestra emancipación política; recordamos en un solo día y en una sola noche nuestra historia pasando como ráfaga, la memoria de aquel hombre que a sólo pocos kilómetros de esta capital de la revolución eligiera un pueblo. La vieja Cocomacan, en el altar de la Patria. Hoy, a 211 años del tañer de una campana libertaria impulsada por las manos de Miguel Gregorio Ignacio Hidalgo Gallaga, aún queremos ser libres de toda explotación siguiendo la huella imperecedera de aquellos caudillos de nuestra independencia. Hoy, a esa distancia tan larga en el tiempo, pero tan corta en la historia, aún seguimos luchando en contra de aquellos descendientes de las fauces conquistadoras; aún soportando el yugo de la explotación de los que convirtieron en capitalismo lo que debería de ser igualdad para todos; aún tenemos por dentro y por fuera la marca del hierro extranjero como una réplica de aquellos que dejaron en nuestro suelo el robo y el asesinato para los seguidores de la Libertad.

LIBERTAD EN UN 1810 con Hidalgo, libertad en 1815 con Morelos, libertad en un 1821 con Guerrero, libertad en un 1857 con Juárez, libertad en los tiempos de una revolución social en la década del 1900, libertad, libertad… libertad.