/ lunes 7 de septiembre de 2020

Educación y Sindicalismo

Ecos educativos pandémicos

Nada hay que no quede escrito cuando de alerta se produce el grito.

Llevamos ya cinco meses y medio en medio de la pandemia y en la medida que pasa el tiempo la multiplicación de la enfermedad ha provocado cientos de muertes en el solar potosino y con ello la tristeza y desolación sobre todo sentimental en cada hogar. En repetidas ocasiones familias casi completas ha sucumbido bajo el azote del fenómeno infeccioso multiplicando el tema o sobre quiénes tuvieron relación material con ellos; entonces, la afectación inmisericorde no es sobre solamente la familia de los muertos si no se radia en los demás con círculos cercanos. Entonces, al número de fallecidos hay que agregar la afectación sentimental de los cercanos a ellos. La cantidad aumenta pues.

Pero hay un nivel de suprema consecuencia cuyos efectos son más largos que los demás, ello es el educativo que desde el cierre de las escuelas (18 de marzo) se ha llevado entre sus desarrollos pandemicos a miles y miles de alumnos que, aunque no enfermos para la fortuna nuestra, si han sido cortados en su desarrollo mental y físico al no estar en forma presencial en los planteles y en el aula.

Desde la “prohibición” del contacto de aglomerativo escolar, ni maestros ni alumnos han podido ni pudieron seguir con la programación fijada por la SEP en forma oficial ni tampoco han fijado una secuencia real ajustada a la realidad social que se vive. Es decir, no se le haya aún el remedio para el mal escolar.

Las instrucciones han sido precisas según los tiempos de la acrecentamiento del suceso pandémico: primero, se cortó de tajo y al 100% la asistencia del alumnado en las escuelas; Segundo, se instruyó para finiquitar el ciclo escolar 19-20 “pasando” a todos aunque con calificación de “panzaso”, es decir sin reprobación; tercero, se adelantaron las “vacaciones” al darse por terminado el ciclo; la duración de tres meses sin clases presenciales 19-20 provocó desajuste del calendario escolar; cuarto, no se actualizaron exámenes de “fin de cursos” aunque se instruyó evaluar para saber el nivel del alumnado; quinto, la SEP federal y la SEGE estatal junto con el sindicato ordenaron ¿...?, a todo el personal de servicio educativo (maestros y apoyo) guardar cuarentena obligatoria y seguir las instrucciones de salud; Sexto, para el mes de agosto se aperturan “las clases a distancia” y se programan actividades no calendarizadas en un proceso de casi autoevaluación para “rellenar deficiencias”; séptimo, con extremadas fallas, sin insumos técnicos, sin asistencia presencial, contra viento y marea los maestros y alumnos tratan de conectarse y en un 50% se pierde la acción educativa del 20-21.

¿Qué pasa pues ahora? tanto la SEP federal como la SEGE estatal definen proyectos de auto educación para cada alumno sobre todo de quinto grado en adelante incluyendo preparatoria-bachillerato para que intervenga Ceneval y admita efectuar exámenes a “distancia” con procedimientos ya conocidos y aplicados; es decir, alumnos y maestros pronto podrán solicitar ser evaluados por Ceneval directamente o dan instrucciones para que las dependencias educativas de los estados lo hagan.

A clases presenciales no se vuelve todavía, aún no se consolida la fase amarilla y esta quedaría demasiado pegada a la naranja. En este juego pandémico de colores, a la verde todavía le arrastra tiempo y mientras el alumnado está batallando con la “distancia” sobre todo con los primeros grados de primaria.

De otras cosas.- Es poco el alumnado de colegios a escuelas oficiales… No habrá grito de independencia pero si gritos de protesta… Bravo los curas ya tienen partido político… La fase dos de entrega de libros de texto por incremento ya está operando mediante la entrega de estadística… ¿Su hijo no tiene libros?, acuda a la CELTGS-Sege… Recuerden los libros son gratuitos, denuncien lo contrario… Hay alumnos sobresalientes que se pueden usar como monitores a distancia o presenciales ¡usenlos!… Buen bono quincenal para los compás de apoyo... Punto.

Ecos educativos pandémicos

Nada hay que no quede escrito cuando de alerta se produce el grito.

Llevamos ya cinco meses y medio en medio de la pandemia y en la medida que pasa el tiempo la multiplicación de la enfermedad ha provocado cientos de muertes en el solar potosino y con ello la tristeza y desolación sobre todo sentimental en cada hogar. En repetidas ocasiones familias casi completas ha sucumbido bajo el azote del fenómeno infeccioso multiplicando el tema o sobre quiénes tuvieron relación material con ellos; entonces, la afectación inmisericorde no es sobre solamente la familia de los muertos si no se radia en los demás con círculos cercanos. Entonces, al número de fallecidos hay que agregar la afectación sentimental de los cercanos a ellos. La cantidad aumenta pues.

Pero hay un nivel de suprema consecuencia cuyos efectos son más largos que los demás, ello es el educativo que desde el cierre de las escuelas (18 de marzo) se ha llevado entre sus desarrollos pandemicos a miles y miles de alumnos que, aunque no enfermos para la fortuna nuestra, si han sido cortados en su desarrollo mental y físico al no estar en forma presencial en los planteles y en el aula.

Desde la “prohibición” del contacto de aglomerativo escolar, ni maestros ni alumnos han podido ni pudieron seguir con la programación fijada por la SEP en forma oficial ni tampoco han fijado una secuencia real ajustada a la realidad social que se vive. Es decir, no se le haya aún el remedio para el mal escolar.

Las instrucciones han sido precisas según los tiempos de la acrecentamiento del suceso pandémico: primero, se cortó de tajo y al 100% la asistencia del alumnado en las escuelas; Segundo, se instruyó para finiquitar el ciclo escolar 19-20 “pasando” a todos aunque con calificación de “panzaso”, es decir sin reprobación; tercero, se adelantaron las “vacaciones” al darse por terminado el ciclo; la duración de tres meses sin clases presenciales 19-20 provocó desajuste del calendario escolar; cuarto, no se actualizaron exámenes de “fin de cursos” aunque se instruyó evaluar para saber el nivel del alumnado; quinto, la SEP federal y la SEGE estatal junto con el sindicato ordenaron ¿...?, a todo el personal de servicio educativo (maestros y apoyo) guardar cuarentena obligatoria y seguir las instrucciones de salud; Sexto, para el mes de agosto se aperturan “las clases a distancia” y se programan actividades no calendarizadas en un proceso de casi autoevaluación para “rellenar deficiencias”; séptimo, con extremadas fallas, sin insumos técnicos, sin asistencia presencial, contra viento y marea los maestros y alumnos tratan de conectarse y en un 50% se pierde la acción educativa del 20-21.

¿Qué pasa pues ahora? tanto la SEP federal como la SEGE estatal definen proyectos de auto educación para cada alumno sobre todo de quinto grado en adelante incluyendo preparatoria-bachillerato para que intervenga Ceneval y admita efectuar exámenes a “distancia” con procedimientos ya conocidos y aplicados; es decir, alumnos y maestros pronto podrán solicitar ser evaluados por Ceneval directamente o dan instrucciones para que las dependencias educativas de los estados lo hagan.

A clases presenciales no se vuelve todavía, aún no se consolida la fase amarilla y esta quedaría demasiado pegada a la naranja. En este juego pandémico de colores, a la verde todavía le arrastra tiempo y mientras el alumnado está batallando con la “distancia” sobre todo con los primeros grados de primaria.

De otras cosas.- Es poco el alumnado de colegios a escuelas oficiales… No habrá grito de independencia pero si gritos de protesta… Bravo los curas ya tienen partido político… La fase dos de entrega de libros de texto por incremento ya está operando mediante la entrega de estadística… ¿Su hijo no tiene libros?, acuda a la CELTGS-Sege… Recuerden los libros son gratuitos, denuncien lo contrario… Hay alumnos sobresalientes que se pueden usar como monitores a distancia o presenciales ¡usenlos!… Buen bono quincenal para los compás de apoyo... Punto.