Andrés Manuel ganará las próximas elecciones presidenciales y, consecuentemente, gobernará el próximo sexenio; le sobra capacidad y voluntad. Además, tiene la virtud de rodearse de gente valiosa… ¿Que no falta un pillo que se cuele? ¡Eso no puede ser motivo de susto! ¡Si a Jesús, hijo de María y José, se le coló entre los apóstoles el Sr. Judas! Son, pues, negritos del mismo arroz; a la mejor cocinera se le va un tomate entero. Esos supuestos, posibles y agigantados equívocos tendrán solución rápida… Lo que se avizora con un mucho mayor grado de real dificultad, es la planificada acción de la oligarquía mexicana, es la reacción de partidos y políticos perdedores, así como la presión al interior del gobierno, naciendo en las ganas de los morenos más radicales para querer cambiarlo todo en seis años.
De la misma forma que López Obrador ganará la presidencia de la república, Ricardo Gallardo Juárez triunfará como candidato a la presidencia municipal capitalina, reeligiéndose en el puesto. Todo en el manejo de tiempos adecuados para competir y ganar la gubernatura del estado… Así será: ganará.
En mi ignorancia no comprendo el por qué Ricardo Gallardo no compitió para obtener una diputación federal o una senaduría, que evidentemente le proyectarían en todo el estado potosino―proyección que le es necesaria―, entendiendo la circunscripción de la diputaciones pero sabiendo que las senadurías no tienen esta limitante. Desconozco si hay impedimentos legales que le impidieran haber llegado al senado. En cuando a votación se refiere, nadie duda de que la hubiera ganado.
Y no propiamente adoptando como plataforma al PRD, no. Recuerdo el año de 1990, cuando en la república peruana, el Ing. agrónomo Alberto Fujimori ganó las elecciones presidenciales, para lo cual tuvo que formar la agrupación “Cambio 90”. Fujimori solo tenía―con ganas de verlo así― como capital y antecedente político, el ser rector de la Universidad Nacional Agraria. Eso y solo eso. En aquel tiempo y bajo esa circunstancia se le escuchó decir a don Teófilo Torres Corzo: “Con este hecho se abre una puerta en la política moderna, en donde el individuo, el líder, rebaza la presencia y conducción que tenían los partidos políticos... Se verá la presencia de políticos sin el sello de partidos muchas veces acartonados por el tiempo”. Por eso digo que en San Luis Potosí, Gallardo le presta el jorongo a su partido, porque el del PRD está lastimosamente deshilachado.
Caben dos posibilidades que pudieran bloquear la llegada de Gallardo a la gubernatura: una sería la incorporación a la política militante de la Sra. Concepción Guadalupe Nava (Conchalupe) y, la otra, la reincorporación a la política partidista de Carlos Jiménez Macías. Esos sí serian rivales de peso especifico para Ricardo Gallardo.
Quien de esto sabe, entiende que las elecciones que vivimos se empezaron a hilvanar hace 4, 5años. Así como las elecciones presidenciales desde hace 6, 8, 18 años. De forma que al escribir del próximo gobierno potosino no es adelantar tiempos, solo es tratar de ver cómo están tejiendo los que saben tejer.
