“ESTABAMOS MEJOR CUANDO ESTABAMOS PEOR”
Por: Tino Portillo
Ricardo “Cero” Monreal, es otro de aquellos deportistas de la década de los 60’s, cuando la situación económica era precaria, más sin embargo se competía con el corazón y se lograban buenos resultados.
Nos referimos concretamente a aquella delegación potosina que fue a los Juegos Nacionales a la ciudad de Puebla y en un desfile, en el que participaron todas las delegaciones deportivas, los de San Luis Potosí fueron la única delegación que se presentó sin uniformar y la gente a manera de insulto, les empezó a lanzar monedas a su paso.
No fue sólo esa vez que se presentaron sin uniformes o si los portaban, eran de la mas mala calidad, sin embargo, en lo deportivo San Luis Potosí se hizo respetar, cuando se presentaba el seleccionado de San Luis Potosí, en la disciplina de atletismo, todas las demás delegaciones le tenían respeto, pues ya se sabía que primero iban los de la “Ola Roja” del Distrito Federal (ahora Ciudad de México), luego una o dos delegaciones más y después San Luis Potosí.
Ricardo Monreal recuerda que en esa vez que se presentaron en Puebla, la selección San Luis de Basquetbol, hizo un decoroso papel y llegaron hasta semifinales y atrás de ellos todos los representantes de las delegaciones que en el desfile inaugural les aventaron monedas para humillarlos.
Fue hasta la época de Juan Hernández Cossío, que, al estar en el INPODE, mandó por avión, a las delegaciones potosinas, además de que lo hicieron portando uniformes de marca y hospedándose en hoteles de 4 o 5 estrellas, aunque el gasto de esto último correspondía al Estado sede del evento.
Que hubieran dado deportistas de aquel entonces, ser tratados de esa manera, pues en ese entonces, para los llamados Juegos Nacionales se utilizaban hasta cuarteles militares para hospedarlos.
Fernando Montelongo, que es también de los deportistas de esa época, cuenta como anécdota, que en Monterrey los hospedaron en un cuartel militar, en donde, para ir al baño se entraba a un galerón, donde había como 25 tazas de un lado y 25 al frente, todas sin ninguna división, sin ninguna privacidad, pero que los soldados como ya estaban acostumbrados, utilizaban esos baños con toda naturalidad, algunos leyendo el periódico y otros platicando entre sí.
Dice Montelongo que había algunos tenistas potosinos, que se levantaban a las cinco de la mañana para tener más privacidad.
Hoy Fernando Montelongo tiene marcas, que los atletas actuales no han podido romper
