/ viernes 1 de abril de 2022

¡Cristo es la respuesta!

Un Trofeo de Su Gracia

En el Libro de 1 Crónicas 4:9 y 10, nos narra en una manera clara y concisa, acerca de un personaje llamado Jabes, quien ha sido inspiración a muchos creyentes, pues es evidente la gracia de Dios en su vida.

Comenzaremos por decir que la Biblia menciona que Jabes fue más ilustre que sus hermanos; ahora, la palabra “Ilustre” no significa que su origen familiar era de la nobleza o distinguida, sino más bien que él fue sobresaliente, destacado y ejemplar más que sus hermanos, por lo tanto, podemos deducir que esa era la cualidad que lo distinguía. Jabes era alguien distinguido, responsable, empeñoso de carácter.

Si queremos ver la gracia y el favor de Dios en nuestra vida primeramente, debemos de hacer nuestra parte. Ahora, no estoy hablando lo que muchos dicen acerca de Dios: “Ayúdate que yo te ayudaré”; pero estoy convencido que: “Si nosotros hacemos lo posible, Dios hará lo imposible”, Si nosotros hacemos lo que tenemos qué hacer, sin lugar a dudas, Dios hará su parte ¡Amén!

Siguiendo con el pasaje, encontramos que la madre de Jabes, le llamó así diciendo: “Por cuanto lo di a luz en dolor”. Y es que literalmente el nombre de “Jabes” significa “dolor”. La Biblia no da más detalles acerca de ello, pero las circunstancias en que este hombre nació, fueron dolorosas, adversas y difíciles, tanto que pudiéramos especular acerca de eso, no sabemos si se refiere a un dolor físico, emocional o ambos, pero el que su madre le haya dado a luz en dolor, tiene un contexto quizá de rechazo, abandono, abuso o carencias, encima de eso su mamá le pone un nombre que habría de ser un recordatorio para toda su vida, pero a pesar de eso, él se sobrepuso y siguió adelante, no se dio por vencido, no se hizo la víctima y se apropio de la gracia de Dios en su vida. Me gusta leer historias de hombres destacados en la industria, en los inventos y en el deporte; y en muchos casos sus orígenes fueron muy humildes, con familias disfuncionales, hogares con muchas carencias, algunos hasta fueron adoptados, trasfondos muy difíciles, pero aun así lograron triunfar, y ese fue exactamente el caso de Jabes.

En el versículo 10, dice que Jabes invocó al Dios de Israel; la palabra “invocar”, quiere decir llamar en voz alta, clamar, dar voces pidiendo ayuda de manera desesperada y con gran urgencia. Jabes hizo su parte, se sobrepuso a su dolor, pero entendió que necesitaba desesperadamente a Dios, que él solo no podía, que necesitaba la ayuda de Dios, su favor, su gracia y le dice al Señor: “¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras del mal para que no me dañe!” Lo que quiero destacar es que Jabes clamó a Dios, muchos de nosotros ni siquiera le pedimos a Dios y por eso no vemos su gracia; luego si pedimos, pedimos mal, dice en Santiago 4:3 al final: “Para gastar en nuestros deleites”. Jabes pidió de acuerdo a la voluntad de Dios, y por eso, de manera plena pudo ver la gracia del Señor, pues el versículo 10, termina diciendo: “¡Y le otorgó Dios lo que pidió! Que al igual que Jabes, nuestra vida sea un trofeo de su gracia. ¡Amén!

Iglesia Bíblica Bautista de San Luis Potosí.

Calle Nube #560, colonia Garita de Jalisco. Teléfono: 444-841-5387 Horarios: 10:00 A.M. 12:00 P.M. y 6:00 P.M. Miércoles 7:00 P.M.

Un Trofeo de Su Gracia

En el Libro de 1 Crónicas 4:9 y 10, nos narra en una manera clara y concisa, acerca de un personaje llamado Jabes, quien ha sido inspiración a muchos creyentes, pues es evidente la gracia de Dios en su vida.

Comenzaremos por decir que la Biblia menciona que Jabes fue más ilustre que sus hermanos; ahora, la palabra “Ilustre” no significa que su origen familiar era de la nobleza o distinguida, sino más bien que él fue sobresaliente, destacado y ejemplar más que sus hermanos, por lo tanto, podemos deducir que esa era la cualidad que lo distinguía. Jabes era alguien distinguido, responsable, empeñoso de carácter.

Si queremos ver la gracia y el favor de Dios en nuestra vida primeramente, debemos de hacer nuestra parte. Ahora, no estoy hablando lo que muchos dicen acerca de Dios: “Ayúdate que yo te ayudaré”; pero estoy convencido que: “Si nosotros hacemos lo posible, Dios hará lo imposible”, Si nosotros hacemos lo que tenemos qué hacer, sin lugar a dudas, Dios hará su parte ¡Amén!

Siguiendo con el pasaje, encontramos que la madre de Jabes, le llamó así diciendo: “Por cuanto lo di a luz en dolor”. Y es que literalmente el nombre de “Jabes” significa “dolor”. La Biblia no da más detalles acerca de ello, pero las circunstancias en que este hombre nació, fueron dolorosas, adversas y difíciles, tanto que pudiéramos especular acerca de eso, no sabemos si se refiere a un dolor físico, emocional o ambos, pero el que su madre le haya dado a luz en dolor, tiene un contexto quizá de rechazo, abandono, abuso o carencias, encima de eso su mamá le pone un nombre que habría de ser un recordatorio para toda su vida, pero a pesar de eso, él se sobrepuso y siguió adelante, no se dio por vencido, no se hizo la víctima y se apropio de la gracia de Dios en su vida. Me gusta leer historias de hombres destacados en la industria, en los inventos y en el deporte; y en muchos casos sus orígenes fueron muy humildes, con familias disfuncionales, hogares con muchas carencias, algunos hasta fueron adoptados, trasfondos muy difíciles, pero aun así lograron triunfar, y ese fue exactamente el caso de Jabes.

En el versículo 10, dice que Jabes invocó al Dios de Israel; la palabra “invocar”, quiere decir llamar en voz alta, clamar, dar voces pidiendo ayuda de manera desesperada y con gran urgencia. Jabes hizo su parte, se sobrepuso a su dolor, pero entendió que necesitaba desesperadamente a Dios, que él solo no podía, que necesitaba la ayuda de Dios, su favor, su gracia y le dice al Señor: “¡Oh, si me dieras bendición, y ensancharas mi territorio, y si tu mano estuviera conmigo, y me libraras del mal para que no me dañe!” Lo que quiero destacar es que Jabes clamó a Dios, muchos de nosotros ni siquiera le pedimos a Dios y por eso no vemos su gracia; luego si pedimos, pedimos mal, dice en Santiago 4:3 al final: “Para gastar en nuestros deleites”. Jabes pidió de acuerdo a la voluntad de Dios, y por eso, de manera plena pudo ver la gracia del Señor, pues el versículo 10, termina diciendo: “¡Y le otorgó Dios lo que pidió! Que al igual que Jabes, nuestra vida sea un trofeo de su gracia. ¡Amén!

Iglesia Bíblica Bautista de San Luis Potosí.

Calle Nube #560, colonia Garita de Jalisco. Teléfono: 444-841-5387 Horarios: 10:00 A.M. 12:00 P.M. y 6:00 P.M. Miércoles 7:00 P.M.