/ sábado 20 de noviembre de 2021

¡Cristo es la Respuesta!

Hijos de Dios Juan 1:11 al 13

Hay una idea que mucha gente piensa y cree acerca de que toda persona es hijo de Dios, que con el hecho de nacer, automáticamente es hijo de Dios. La Biblia enseña con claridad que esto no es así, ya que en Juan 1:11 y 12 dice lo siguiente: “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”.

Es decir, el Señor Jesucristo vino a su pueblo Israel, pero éstos lo rechazaron, no le aceptaron; y el versículo concluye con una forma que no deja lugar para la duda diciendo: “…Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre…” Eso nos da la potestad, el derecho de ser llamados hijos de Dios, esta es la manera que la Biblia enseña que una persona puede llegar a ser hijo de Dios.

Ahora, ¿qué dice la Biblia de cómo puede una persona recibir a Jesús? ¿Cómo puede creer en su Nombre? Básicamente uno necesita reconocer la condición que todo ser humano tiene delante de Dios, y esta es que todos somos pecadores; en Romanos 3:10 al 12 dice: “Como está escrito: No hay justo, ni aún uno; no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno”. Y en Romanos 3:23 recalca diciendo: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.” Ahora, no solo reconocer que somos pecadores, pero entender que es porque la Biblia así lo enseña, que a fin de cuentas, nuestro pecado lo que hace es separarnos de Dios por la eternidad, pues la Escritura dice en Apocalipsis 21:8: “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda”. Es decir, que nuestro pecado termina por separarnos eternamente de Dios en un lugar que comúnmente conocemos como el infierno; sin embargo, y aquí es donde viene la clave para llegar a ser hijo de Dios, si una persona reconoce su pecado y su consecuencia, y decide aceptar a Cristo y recibirlo como su salvador, tendrá perdón de pecados, vida eterna, y le dará el derecho de ser constituido como un hijo de Dios.


Hay un caso en la Biblia que creo que deja muy claro lo que estoy tratando con todo mi corazón de explicar, en Lucas 23 donde se nos habla de dos malhechores que estaban siendo crucificados juntamente con Jesús, uno de ellos le injuriaba y le decía: “Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros; respondiendo el otro malhechor le reprendió diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios estando en la misma condenación, nosotros a la verdad justamente padecemos porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos, más éste ningún mal hizo”. Y dijo a Jesús: “Acuérdate de mí cuando vengas a tu reino. Entonces Jesús le dijo: “De cierto te digo, que hoy estarás conmigo en el paraíso”.


No importa la vida pasada de este hombre, , él reconoció su pecado y la consecuencia de su pecado; pero en una sencilla frase aceptó a Cristo como el soberano y como su salvador; lo recibió y de acuerdo a Juan 1:11 y 12, fue hecho un hijo de Dios y Cristo en una manera muy preciosa le asegura que en ese día estarían juntos en el paraíso. La pregunta es: ¿Usted ya es un hijo de Dios? Recuerde que la única manera, es recibir a Cristo, creyendo en su Nombre; si no lo ha hecho, hoy puede ser ese día. ¡Amén!



Iglesia Bíblica Bautista de San Luis Potosí


Calle Nube #560, colonia Garita de Jalisco


Teléfono: 444-841-5387


Horarios. Domingo: 10:00 A.M. 12:00 P.M. Y 6:00 P.M. Miércoles 7:00 P.M.


Hijos de Dios Juan 1:11 al 13

Hay una idea que mucha gente piensa y cree acerca de que toda persona es hijo de Dios, que con el hecho de nacer, automáticamente es hijo de Dios. La Biblia enseña con claridad que esto no es así, ya que en Juan 1:11 y 12 dice lo siguiente: “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios”.

Es decir, el Señor Jesucristo vino a su pueblo Israel, pero éstos lo rechazaron, no le aceptaron; y el versículo concluye con una forma que no deja lugar para la duda diciendo: “…Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre…” Eso nos da la potestad, el derecho de ser llamados hijos de Dios, esta es la manera que la Biblia enseña que una persona puede llegar a ser hijo de Dios.

Ahora, ¿qué dice la Biblia de cómo puede una persona recibir a Jesús? ¿Cómo puede creer en su Nombre? Básicamente uno necesita reconocer la condición que todo ser humano tiene delante de Dios, y esta es que todos somos pecadores; en Romanos 3:10 al 12 dice: “Como está escrito: No hay justo, ni aún uno; no hay quien busque a Dios. Todos se desviaron, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno”. Y en Romanos 3:23 recalca diciendo: “Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.” Ahora, no solo reconocer que somos pecadores, pero entender que es porque la Biblia así lo enseña, que a fin de cuentas, nuestro pecado lo que hace es separarnos de Dios por la eternidad, pues la Escritura dice en Apocalipsis 21:8: “Pero los cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda”. Es decir, que nuestro pecado termina por separarnos eternamente de Dios en un lugar que comúnmente conocemos como el infierno; sin embargo, y aquí es donde viene la clave para llegar a ser hijo de Dios, si una persona reconoce su pecado y su consecuencia, y decide aceptar a Cristo y recibirlo como su salvador, tendrá perdón de pecados, vida eterna, y le dará el derecho de ser constituido como un hijo de Dios.


Hay un caso en la Biblia que creo que deja muy claro lo que estoy tratando con todo mi corazón de explicar, en Lucas 23 donde se nos habla de dos malhechores que estaban siendo crucificados juntamente con Jesús, uno de ellos le injuriaba y le decía: “Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros; respondiendo el otro malhechor le reprendió diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios estando en la misma condenación, nosotros a la verdad justamente padecemos porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos, más éste ningún mal hizo”. Y dijo a Jesús: “Acuérdate de mí cuando vengas a tu reino. Entonces Jesús le dijo: “De cierto te digo, que hoy estarás conmigo en el paraíso”.


No importa la vida pasada de este hombre, , él reconoció su pecado y la consecuencia de su pecado; pero en una sencilla frase aceptó a Cristo como el soberano y como su salvador; lo recibió y de acuerdo a Juan 1:11 y 12, fue hecho un hijo de Dios y Cristo en una manera muy preciosa le asegura que en ese día estarían juntos en el paraíso. La pregunta es: ¿Usted ya es un hijo de Dios? Recuerde que la única manera, es recibir a Cristo, creyendo en su Nombre; si no lo ha hecho, hoy puede ser ese día. ¡Amén!



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