/ jueves 25 de febrero de 2021

¡Cristo es la respuesta!

¿Qué hacer para cuidar nuestras palabras?

Lucas 6:45

En el último artículo hablamos acerca de la importancia de cuidar nuestras palabras, y en esta ocasión hablaremos acerca de lo que debemos de hacer para que verdaderamente estemos cuidando lo que hablamos.

Lo primero lo encontramos en Lucas 6:45 que dice “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca. “Aquí el Señor Jesucristo nos advierte con claridad, que las palabras que salen de nuestra boca, están directamente relacionadas con lo que hay en el corazón. Ahora, cuando aquí se habla del corazón, no se habla del órgano de nuestro cuerpo, sino del lugar donde se encuentran nuestras emociones, nuestros sentimientos, nuestros deseos, de tal forma que si vamos a cuidar nuestra manera de hablar, es necesario cuidar nuestro corazón. Si usted desea saber qué hay en el corazón de una persona, solo hay que escucharla hablar y pronto nos vamos a dar cuenta de eso. Si en el corazón hay amargura, enojo, rencor, odio, desánimo, eso se va a ver reflejado en sus palabras; por el contrario, si hay paz, gozo, contentamiento, alegría, eso también se va a notar en su manera de hablar.

Ahora, yo sé que hay circunstancias en nuestra vida que ciertamente afectarán nuestro corazón como la pérdida de un ser querido, o alguna situación extraordinaria que de momento nos afectará; pero es más bien en las situaciones cotidianas, en el día a día, en condiciones normales, que si no cuidamos el corazón y dejamos que se llene de malos sentimientos, eso será reflejado en las palabras que salgan de nuestra boca; y claro que una súplica constante delante de Dios, deberá ser que Él nos ayude a cuidar nuestro corazón.

Otra recomendación, es que nos acostumbremos a dar gracias a Dios. En Efesios 5:3,4 dice: “Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aún se nombre entre vosotros, como conviene a los santos, ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias.” Es interesante que en los versículos que acabamos de mencionar, después de dar una lista de cosas que no debemos decir, la conclusión es: “Antes bien acciones de gracias”, y es que algo que va a guardar nuestras palabras, es la buena costumbre de dar gracias a Dios. Lo cierto es que muchas de las cosas que nos suceden nos estamos quejando; del clima, del gobierno, de la familia, del trabajo, de los vecinos; y aunque pudiéramos tener una razón de porqué hacerlo, si vamos a cuidar nuestras palabras, hay que tener un buen hábito de tener acciones de gracias, ésta acción sin duda hará la diferencia acerca del tema que estamos tratando.

Finalmente, recordemos lo que dice 1 Pedro 3:10, “Porque el que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño.” Proverbios 21:23 dice: “El que guarda su boca y su lengua, su alma guarda de angustias.” ¿Quién de nosotros desea ver días buenos y que nuestra alma sea guardada de angustias? Pues yo creo que todos deseamos eso, pues bien, todo comienza con refrenar la lengua, guardar nuestros labios, nuestras palabras, porque si somos honestos, muchas veces nuestros días son arruinados, y nuestra alma se llena de angustia, porque hemos sido descuidados en nuestra manera de hablar. Que el Señor nos conceda la gracia de en verdad cuidar nuestras palabras. ¡Dios los bendiga!

Iglesia Bíblica Bautista

Calle Nube 560, Colonia Garita de Jalisco. Tel. 841-5387 www.ibbslp.org.mx

¿Qué hacer para cuidar nuestras palabras?

Lucas 6:45

En el último artículo hablamos acerca de la importancia de cuidar nuestras palabras, y en esta ocasión hablaremos acerca de lo que debemos de hacer para que verdaderamente estemos cuidando lo que hablamos.

Lo primero lo encontramos en Lucas 6:45 que dice “El hombre bueno, del buen tesoro de su corazón saca lo bueno; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca lo malo; porque de la abundancia del corazón habla la boca. “Aquí el Señor Jesucristo nos advierte con claridad, que las palabras que salen de nuestra boca, están directamente relacionadas con lo que hay en el corazón. Ahora, cuando aquí se habla del corazón, no se habla del órgano de nuestro cuerpo, sino del lugar donde se encuentran nuestras emociones, nuestros sentimientos, nuestros deseos, de tal forma que si vamos a cuidar nuestra manera de hablar, es necesario cuidar nuestro corazón. Si usted desea saber qué hay en el corazón de una persona, solo hay que escucharla hablar y pronto nos vamos a dar cuenta de eso. Si en el corazón hay amargura, enojo, rencor, odio, desánimo, eso se va a ver reflejado en sus palabras; por el contrario, si hay paz, gozo, contentamiento, alegría, eso también se va a notar en su manera de hablar.

Ahora, yo sé que hay circunstancias en nuestra vida que ciertamente afectarán nuestro corazón como la pérdida de un ser querido, o alguna situación extraordinaria que de momento nos afectará; pero es más bien en las situaciones cotidianas, en el día a día, en condiciones normales, que si no cuidamos el corazón y dejamos que se llene de malos sentimientos, eso será reflejado en las palabras que salgan de nuestra boca; y claro que una súplica constante delante de Dios, deberá ser que Él nos ayude a cuidar nuestro corazón.

Otra recomendación, es que nos acostumbremos a dar gracias a Dios. En Efesios 5:3,4 dice: “Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aún se nombre entre vosotros, como conviene a los santos, ni palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias.” Es interesante que en los versículos que acabamos de mencionar, después de dar una lista de cosas que no debemos decir, la conclusión es: “Antes bien acciones de gracias”, y es que algo que va a guardar nuestras palabras, es la buena costumbre de dar gracias a Dios. Lo cierto es que muchas de las cosas que nos suceden nos estamos quejando; del clima, del gobierno, de la familia, del trabajo, de los vecinos; y aunque pudiéramos tener una razón de porqué hacerlo, si vamos a cuidar nuestras palabras, hay que tener un buen hábito de tener acciones de gracias, ésta acción sin duda hará la diferencia acerca del tema que estamos tratando.

Finalmente, recordemos lo que dice 1 Pedro 3:10, “Porque el que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua de mal, y sus labios no hablen engaño.” Proverbios 21:23 dice: “El que guarda su boca y su lengua, su alma guarda de angustias.” ¿Quién de nosotros desea ver días buenos y que nuestra alma sea guardada de angustias? Pues yo creo que todos deseamos eso, pues bien, todo comienza con refrenar la lengua, guardar nuestros labios, nuestras palabras, porque si somos honestos, muchas veces nuestros días son arruinados, y nuestra alma se llena de angustia, porque hemos sido descuidados en nuestra manera de hablar. Que el Señor nos conceda la gracia de en verdad cuidar nuestras palabras. ¡Dios los bendiga!

Iglesia Bíblica Bautista

Calle Nube 560, Colonia Garita de Jalisco. Tel. 841-5387 www.ibbslp.org.mx