/ viernes 8 de enero de 2021

¡Cristo es la respuesta!

Sólo Dios

Ezequiel 2:1 al 5

Hace algunos años pasé una circunstancia difícil y complicada en mi vida la cual creo que será una bendición compartir con ustedes lo que el Señor en ese tiempo me mostró, especialmente en el comienzo de un año nuevo.

Recuerdo bien que era el día de mi cumpleaños y francamente me encontraba muy desanimado; en mi trabajo había situaciones donde habían problemas y gente muy cercana a mí, también estaba enfrentando dificultades tan es así que el que era mi jefe que por cierto también era mi amigo y mi mentor dejó el trabajo, ya que entre otras cosas su padre falleció y en su testamento lo dejó a él como encargado del negocio familiar y tuvo viajar al lugar donde estaba el negocio y atender la petición de su padre. Por otro lado, recuerdo que un hermano a quien acudía por consejo también estaba pasando por una situación familiar muy complicada, y aunque estoy seguro que si lo buscaba, él estaría dispuesto a ayudarme, todavía pensaba que lo mejor sería no importunar por causa de su situación. En ese tiempo pensé renunciar a todo lo que estaba haciendo, le comenté a mi esposa y ella me animaba a seguir adelante, pero todavía seguía con el mismo pensamiento de ya no continuar; hasta que en esa mañana leí mi Biblia y Dios me habló de tal manera que eso sacudió mi mente y corazón; lo primero es lo que dice en Ezequiel 2:1 “Me dijo: Hijo de hombre, ponte sobre tus pies, y hablaré contigo.” La verdad, como le menciono, en ese tiempo yo me sentía derrotado, sin saber qué hacer, me sentía en la lona, y el que Dios me dijera: “Ponte sobre tus pies”, fue algo muy significativo, fue algo que definitivamente pensé: “Esto es algo que Dios tiene para mí”. En el versículo 2 dice: “Y luego me habló, entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies, y oí al que me hablaba.” Al estar viendo este pasaje y aplicándolo a lo que yo estaba viviendo, me sentí, no sólo de pie, pero también afirmado por causa del Espíritu del Señor en mí; sería largo entrar en detalles, pero recuerdo que después de leer todo el capítulo 2 de Ezequiel, entendí que lo único que yo necesitaba para seguir adelante, era tomarme del Señor, de su Palabra, del Espíritu Santo, que por causa de Cristo mora en mí (Efesios 1:13 y 14), e insisto, eso es lo que me ha permitido seguir adelante, ya que eso sucedió hace 17 años.

Recientemente volví a leer este pasaje, y fui grandemente bendecido al recordar que lo único que necesito para continuar es a Dios, su Palabra, su Espíritu Santo, aún Dios me dio un pasaje que deseo sea mi versículo lema para este año, Ezequiel 17:24 que dice: “Y sabrán todos los árboles del campo que yo Jehová abatí el árbol sublime, levanté el árbol bajo, hice secar el árbol verde, e hice reverdecer el árbol seco. Yo Jehová lo he dicho, y lo haré.” Para este 2021 mi petición y ruego delante del Señor, es que Él levante mi vida, ya que me reconozco como el árbol bajo, que haga reverdecer mi vida, ya que también me reconozco como ese árbol seco, confío plenamente que Él lo hará, pues para Él nada es imposible y nuevamente entiendo que lo único que yo necesito para seguir adelante en mi vida, en mi matrimonio, en mi trabajo y familia, es solamente a Dios.

Iglesia Bíblica Bautista de San Luis Potosí

Calle Nube # 560 Colonia Garita de Jalisco

Servicios: Domingo 10:00 A.M., 12:00 P.M. y 5:00 P.M.

Sólo Dios

Ezequiel 2:1 al 5

Hace algunos años pasé una circunstancia difícil y complicada en mi vida la cual creo que será una bendición compartir con ustedes lo que el Señor en ese tiempo me mostró, especialmente en el comienzo de un año nuevo.

Recuerdo bien que era el día de mi cumpleaños y francamente me encontraba muy desanimado; en mi trabajo había situaciones donde habían problemas y gente muy cercana a mí, también estaba enfrentando dificultades tan es así que el que era mi jefe que por cierto también era mi amigo y mi mentor dejó el trabajo, ya que entre otras cosas su padre falleció y en su testamento lo dejó a él como encargado del negocio familiar y tuvo viajar al lugar donde estaba el negocio y atender la petición de su padre. Por otro lado, recuerdo que un hermano a quien acudía por consejo también estaba pasando por una situación familiar muy complicada, y aunque estoy seguro que si lo buscaba, él estaría dispuesto a ayudarme, todavía pensaba que lo mejor sería no importunar por causa de su situación. En ese tiempo pensé renunciar a todo lo que estaba haciendo, le comenté a mi esposa y ella me animaba a seguir adelante, pero todavía seguía con el mismo pensamiento de ya no continuar; hasta que en esa mañana leí mi Biblia y Dios me habló de tal manera que eso sacudió mi mente y corazón; lo primero es lo que dice en Ezequiel 2:1 “Me dijo: Hijo de hombre, ponte sobre tus pies, y hablaré contigo.” La verdad, como le menciono, en ese tiempo yo me sentía derrotado, sin saber qué hacer, me sentía en la lona, y el que Dios me dijera: “Ponte sobre tus pies”, fue algo muy significativo, fue algo que definitivamente pensé: “Esto es algo que Dios tiene para mí”. En el versículo 2 dice: “Y luego me habló, entró el Espíritu en mí y me afirmó sobre mis pies, y oí al que me hablaba.” Al estar viendo este pasaje y aplicándolo a lo que yo estaba viviendo, me sentí, no sólo de pie, pero también afirmado por causa del Espíritu del Señor en mí; sería largo entrar en detalles, pero recuerdo que después de leer todo el capítulo 2 de Ezequiel, entendí que lo único que yo necesitaba para seguir adelante, era tomarme del Señor, de su Palabra, del Espíritu Santo, que por causa de Cristo mora en mí (Efesios 1:13 y 14), e insisto, eso es lo que me ha permitido seguir adelante, ya que eso sucedió hace 17 años.

Recientemente volví a leer este pasaje, y fui grandemente bendecido al recordar que lo único que necesito para continuar es a Dios, su Palabra, su Espíritu Santo, aún Dios me dio un pasaje que deseo sea mi versículo lema para este año, Ezequiel 17:24 que dice: “Y sabrán todos los árboles del campo que yo Jehová abatí el árbol sublime, levanté el árbol bajo, hice secar el árbol verde, e hice reverdecer el árbol seco. Yo Jehová lo he dicho, y lo haré.” Para este 2021 mi petición y ruego delante del Señor, es que Él levante mi vida, ya que me reconozco como el árbol bajo, que haga reverdecer mi vida, ya que también me reconozco como ese árbol seco, confío plenamente que Él lo hará, pues para Él nada es imposible y nuevamente entiendo que lo único que yo necesito para seguir adelante en mi vida, en mi matrimonio, en mi trabajo y familia, es solamente a Dios.

Iglesia Bíblica Bautista de San Luis Potosí

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