/ jueves 10 de septiembre de 2020

¡Cristo es la Respuesta!

Uno de mis pasajes favoritos y que Dios ha usados en varias ocasiones en mi vida es el Salmo 27:13 y 14 donde dice: “Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes. Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; si espera a Jehová.” Recientemente y meditando sobre este pasaje, creo en una manera resumida, encontramos lo que sostiene al creyente en todo momento; pero especialmente en los tiempos de prueba y quebranto como los que actualmente estamos viviendo.

La primera cosa es lo que el salmista expresa al decir: “Hubiera yo desmayado.” Y la razón del porqué esto no sucede, es porque él cree que verá la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes; y uno de los atributos divinos que la Biblia nos enseña acerca del carácter de Dios, es que Él es bueno, bondadoso; hay gente que cree que Dios es malo, que busca dañarnos, que no le importamos, que lo que hace es buscar cualquier oportunidad para castigarnos, hacernos la vida difícil y vernos sufrir, pero nada de esto es verdad. Dios es bondadoso, y por lo tanto, si algo podemos esperar de Él es su bondad.

Recuerdo hace años que el Pastor de nuestra iglesia, nos dijo acerca del temor que tenía una hermana de morir; y es que como ella padecía ataques epilépticos, le aterraba el pensar que por causa de ello, la sepultaran sin que en realidad ella estuviera muerta; y ese pensamiento la atormentaba, a lo cual el pastor le dijo: Hermana, no se martirice con ese pensamiento, nunca olvide que Dios es bueno. Y claro que Él nos cuida, nos protege, Él busca nuestro bien, Él no nos va a dañar ni a perjudicar.

Ahora, también sé que vivimos en un mundo caído, donde el pecado y la maldad abundan; y luego suceden tragedias y desgracias, pero aun en todo esto Dios nos permita ver su bondad, porque de lo contrario, desmayaremos. Creo que es un buen motivo de oración pedirle precisamente esto, que nos permita ver su bondad. Creo que a veces vivimos tan enfocados en nuestros problemas, en nuestra aflicción, que se nos olvida y no tomamos en cuenta su bondad, que es parte fundamental de lo que habrá de sostener nuestras vidas.

Siguiendo con el pasaje, el versículo 14 dice: “Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón, sí, espera en Jehová.” Aquí habla el salmista que aparte de no desmayar el corazón, se esfuerza y se alienta por el hecho de guardar y esperar a Jehová; y sí , el cristiano debe esforzarse y alentarse, y esa será la evidencia y el testimonio de que en quien aguardamos y esperamos es en Dios. Cuántas veces hemos sido decepcionados y desilusionados porque hemos esperado en ciertas personas, en que algunas cosas sucedan, en obtener tal o cual logro, para luego darnos cuenta que en realidad no era lo que esperábamos; pero el aguardar y esperar en Dios, es lo que a fin de cuentas sostendrá nuestras vidas.

En lo personal, estoy enfrentando situaciones adversas y complicadas, y el pensar una y otra vez en este pasaje, ha sido para mí una gran bendición y mi suplica y mi ruego al Señor, es que no desmaye, que me permita esforzarme y tener aliento por cuanto creo que veré su bondad y aguardo y espero en Jehová, porque eso es lo que como cristiano me va a sostener en sus promesas.

Uno de mis pasajes favoritos y que Dios ha usados en varias ocasiones en mi vida es el Salmo 27:13 y 14 donde dice: “Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes. Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón; si espera a Jehová.” Recientemente y meditando sobre este pasaje, creo en una manera resumida, encontramos lo que sostiene al creyente en todo momento; pero especialmente en los tiempos de prueba y quebranto como los que actualmente estamos viviendo.

La primera cosa es lo que el salmista expresa al decir: “Hubiera yo desmayado.” Y la razón del porqué esto no sucede, es porque él cree que verá la bondad de Jehová en la tierra de los vivientes; y uno de los atributos divinos que la Biblia nos enseña acerca del carácter de Dios, es que Él es bueno, bondadoso; hay gente que cree que Dios es malo, que busca dañarnos, que no le importamos, que lo que hace es buscar cualquier oportunidad para castigarnos, hacernos la vida difícil y vernos sufrir, pero nada de esto es verdad. Dios es bondadoso, y por lo tanto, si algo podemos esperar de Él es su bondad.

Recuerdo hace años que el Pastor de nuestra iglesia, nos dijo acerca del temor que tenía una hermana de morir; y es que como ella padecía ataques epilépticos, le aterraba el pensar que por causa de ello, la sepultaran sin que en realidad ella estuviera muerta; y ese pensamiento la atormentaba, a lo cual el pastor le dijo: Hermana, no se martirice con ese pensamiento, nunca olvide que Dios es bueno. Y claro que Él nos cuida, nos protege, Él busca nuestro bien, Él no nos va a dañar ni a perjudicar.

Ahora, también sé que vivimos en un mundo caído, donde el pecado y la maldad abundan; y luego suceden tragedias y desgracias, pero aun en todo esto Dios nos permita ver su bondad, porque de lo contrario, desmayaremos. Creo que es un buen motivo de oración pedirle precisamente esto, que nos permita ver su bondad. Creo que a veces vivimos tan enfocados en nuestros problemas, en nuestra aflicción, que se nos olvida y no tomamos en cuenta su bondad, que es parte fundamental de lo que habrá de sostener nuestras vidas.

Siguiendo con el pasaje, el versículo 14 dice: “Aguarda a Jehová; esfuérzate, y aliéntese tu corazón, sí, espera en Jehová.” Aquí habla el salmista que aparte de no desmayar el corazón, se esfuerza y se alienta por el hecho de guardar y esperar a Jehová; y sí , el cristiano debe esforzarse y alentarse, y esa será la evidencia y el testimonio de que en quien aguardamos y esperamos es en Dios. Cuántas veces hemos sido decepcionados y desilusionados porque hemos esperado en ciertas personas, en que algunas cosas sucedan, en obtener tal o cual logro, para luego darnos cuenta que en realidad no era lo que esperábamos; pero el aguardar y esperar en Dios, es lo que a fin de cuentas sostendrá nuestras vidas.

En lo personal, estoy enfrentando situaciones adversas y complicadas, y el pensar una y otra vez en este pasaje, ha sido para mí una gran bendición y mi suplica y mi ruego al Señor, es que no desmaye, que me permita esforzarme y tener aliento por cuanto creo que veré su bondad y aguardo y espero en Jehová, porque eso es lo que como cristiano me va a sostener en sus promesas.