Los propósitos de Dios
Ezequiel 2
Hace años Dios uso este pasaje de la Escritura del libro de Ezequiel capítulo 2 para traer ánimo a mi vida; recuerdo que era un día de mi cumpleaños, habían estado pasando cosas que me tenían desanimado y frustrado, aun con dudas acerca de lo que estaba haciendo, confundido y sin deseos de seguir adelante.
Lo primero que tocó mi corazón de este pasaje, fue el versículo 1, donde dice: “Hijo de hombre, ponte sobre tus pies, y hablaré contigo.” Tomé esto como de parte del Señor diciendo: “No estés postrado, abatido; ponte de pie”; y es que si vamos a cumplir el propósito de Dios (que es de lo que deseo hablar en esta ocasión), nuestra parte es estar de pie, no lamentándonos o compadeciéndonos a nosotros mismos, sintiendo lastima y pensando que somos víctimas; sino ponernos de pie. Dios tiene un propósito para cada uno de nosotros, no estamos aquí sin razón, viviendo por vivir, por azar, por destino, por accidente. El Señor tiene un propósito que cumplir, pero es necesario que como lo hizo Ezequiel, no pongamos de pie.En seguida Dios hablo con Ezequiel, y esto es algo fundamental también para poder llevar acabo lo que Dios tiene para nuestras vidas; escuchar, atender lo que quiere hablar con nosotros. Sé que en la actualidad, no sucede que Dios habla a nuestros oídos, pero para empezar, tenemos la Biblia que es su Palabra, y claro que si deseamos escuchar su voz, hay que considerar lo que Él nos dice en las Escrituras; es como aquella situación donde yo me encontraba abatido, y el leer la Biblia me permitió escuchar lo que Dios me quería decir en esos momentos.
Si seguimos leyendo el capítulo 2 de Ezequiel, Dios le anima, le exhorta a seguir adelante en predicarle a los hijos de Israel, y le dice en el versículo 5: “Acaso ellos escuchen, pero si no escucharen, porque son una casa rebelde, siempre conocerán que hubo profeta entre ellos.” Y es que, aún cuando los resultados sean lo que esperamos o contrarios a ellos, todavía Dios quiere que sigamos adelante. Estoy seguro que Ezequiel deseaba ser escuchado, que la gente tomara en cuenta lo que Dios quería, pero a veces eso no pasaba, y el profeta se desanimaba, se desilusionaba; y eso es exactamente lo que yo estaba viviendo, no estaba sucediendo lo que yo esperaba, no había resultado, las cosas no estaban funcionando, pero el Señor diciendo, no sólo ponte de pie, sigue adelante
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