/ domingo 2 de junio de 2019

Cristo es la respuesta


“El primer conquistador, la primera vocación”. Moisés Lira Serafín Art. No. 650

Jesús dice estas palabras a sus discípulos, Sin mí nada podéis hacer (Jn 15,5), para hacerles ver que sólo con la asistencia de Él pueden ser fieles a su amistad, en las muchas ocasiones de hacer a un lado su compañía y la misión que se les asignó como continuadores de su Iglesia.

Esta afirmación se aplica no sólo para los hombres y mujeres de su tiempo sino para todas las épocas, pues Jesús es de ayer, de hoy y de siempre, como Alfa y Omega de la Historia.

La asistencia divina tiene aplicación en las múltiples y diferentes encomiendas asignadas a los seres de la tierra. Teilhard de Chardin comenta que en el universo nada se realiza si no es mediante la permisión divina, como respuesta lógica a un orden establecido.

El padre Moisés Lira Serafín, desde su ambiente familiar aprendió que todo acontecimiento sucede por un fin previamente establecido de lo alto, y en orden a esto su paz interior era motivada por su gran fe puesta en la voluntad de Dios, lo que le permitía hacer tranquilamente lo que le mandaban, sin cuestionamiento alguno de por medio.

Sabedor que todo lo tenía que hacer, siempre frecuentaba el Sagrario y de la oración obtenía las gracias y las fuerzas necesarias, aunque su salud estuviera delicada, como había momentos en que se le veía haciendo especial esfuerzo para atender a quienes le pedían un determinado servicio. Nunca puso su salud como pretexto para que sus feligreses dejaran de recibir la atención requerida.

El padre Federico Garibay y el padre Salvador Sánchez, Misioneros del Espíritu Santo, hacen amplios comentarios en relación a sus múltiples cualidades en su atención a todos los que solicitaban sus servicios, especialmente en el sacramento de la reconciliación, en el cual tenía una fama increíble por su especial forma de ejercerla.

Comenta, el padre Garibay, que en Celaya el padre Moisés tenía el Apostolado de la Cruz y lo tenía muy bien organizado, y que ayudó muchísimo al padre Salvador recién ordenado sacerdote. “La intervención del padre Moisés como que imprimió carácter en él para el ministerio, lo centró e hizo que profundizara en la pastoral”.

Seguramente, todo ello como un don recibido por ser el primer Misionero del Espíritu Santo, así lo afirma el padre Federico Garibay, el padre Moisés “fue el primer conquistado, fue la primera vocación. Esa es la verdad histórica”.

El Venerable Siervo de Dios Moisés Lira Serafín, “el apóstol de la bondad”, se encuentra en proceso de ser reconocido por la iglesia como santo, con mucha fe encomiéndate a su intercesión y comunica tus testimonios a Misioneras de la Caridad de María Inmaculada, Naranjo 157, Col. Sta. María la Ribera, 06400 Ciudad de México, Tel. 01(55)55 47 31 39

apostoldelabondad@gmail.com

e-mail: apostoldelabondad@gmail.com


“El primer conquistador, la primera vocación”. Moisés Lira Serafín Art. No. 650

Jesús dice estas palabras a sus discípulos, Sin mí nada podéis hacer (Jn 15,5), para hacerles ver que sólo con la asistencia de Él pueden ser fieles a su amistad, en las muchas ocasiones de hacer a un lado su compañía y la misión que se les asignó como continuadores de su Iglesia.

Esta afirmación se aplica no sólo para los hombres y mujeres de su tiempo sino para todas las épocas, pues Jesús es de ayer, de hoy y de siempre, como Alfa y Omega de la Historia.

La asistencia divina tiene aplicación en las múltiples y diferentes encomiendas asignadas a los seres de la tierra. Teilhard de Chardin comenta que en el universo nada se realiza si no es mediante la permisión divina, como respuesta lógica a un orden establecido.

El padre Moisés Lira Serafín, desde su ambiente familiar aprendió que todo acontecimiento sucede por un fin previamente establecido de lo alto, y en orden a esto su paz interior era motivada por su gran fe puesta en la voluntad de Dios, lo que le permitía hacer tranquilamente lo que le mandaban, sin cuestionamiento alguno de por medio.

Sabedor que todo lo tenía que hacer, siempre frecuentaba el Sagrario y de la oración obtenía las gracias y las fuerzas necesarias, aunque su salud estuviera delicada, como había momentos en que se le veía haciendo especial esfuerzo para atender a quienes le pedían un determinado servicio. Nunca puso su salud como pretexto para que sus feligreses dejaran de recibir la atención requerida.

El padre Federico Garibay y el padre Salvador Sánchez, Misioneros del Espíritu Santo, hacen amplios comentarios en relación a sus múltiples cualidades en su atención a todos los que solicitaban sus servicios, especialmente en el sacramento de la reconciliación, en el cual tenía una fama increíble por su especial forma de ejercerla.

Comenta, el padre Garibay, que en Celaya el padre Moisés tenía el Apostolado de la Cruz y lo tenía muy bien organizado, y que ayudó muchísimo al padre Salvador recién ordenado sacerdote. “La intervención del padre Moisés como que imprimió carácter en él para el ministerio, lo centró e hizo que profundizara en la pastoral”.

Seguramente, todo ello como un don recibido por ser el primer Misionero del Espíritu Santo, así lo afirma el padre Federico Garibay, el padre Moisés “fue el primer conquistado, fue la primera vocación. Esa es la verdad histórica”.

El Venerable Siervo de Dios Moisés Lira Serafín, “el apóstol de la bondad”, se encuentra en proceso de ser reconocido por la iglesia como santo, con mucha fe encomiéndate a su intercesión y comunica tus testimonios a Misioneras de la Caridad de María Inmaculada, Naranjo 157, Col. Sta. María la Ribera, 06400 Ciudad de México, Tel. 01(55)55 47 31 39

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